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Arlaxa |
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Doña Lambra |
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Ruy Velázquez |
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Mudarra |
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Almanzor |
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Gonzalo Bustos |
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Doña Sancha |
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Infante sin nombre |
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Infante sin nombre |
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Infante sin nombre |
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Infante sin nombre |
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Infante sin nombre |
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Infante sin nombre |
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Nuño, ayo de los Siete Infantes |
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Infante sin nombre |
Durante la ola de calor que este mes nos ha asolado salí de
las sombras un día para asistir a la celebración del sexto aniversario del
Árbol de la Provincia en Jaramillo de la Fuente. En aquella excepción me detuve en Lara de los Infantes, quería visitar a un amigo y me encontré con un tesoro.
FOTOGRAFÍAS: Colección pictórica en Lara (Tomadas en julio de 2015)
En lo
que se recuerda, siempre han estado en el Ayuntamiento. Nadie sabe cómo
llegaron allí, ni en qué época fueron pintados, ni mucho menos quien fue su
autor. No hay ninguna documentación, que conozcamos, nada, una espesa niebla
cubre todo lo que concierne a la sorprendente serie de retratos (15) policromados que hoy
están colgados (obsérvese que no digo expuestos, pues eso no respondería a la
verdad) en una sala del Consistorio de Lara y que, al menos desde hace más de
un siglo, siempre han estado en este lugar. Son quince cuadros representando a
todos los personajes de la leyenda de los
Siete Infantes de Lara. Doña Lambra, Mudarra, Ruy Velázquez, los Siete... Son
una maravilla que duerme el sueño de la ignorancia, o del desprecio, que aún es peor. A la vista de
estos lienzos uno no puede por menos que dejarse llevar por
vericuetos de los siglos pictóricos, quizá por el romanticismo idealizador,
quizá por el barroquismo, o tal vez por el Renacimiento y sus imitaciones; difícil, aunque no imposible, que estemos ante un artista local sin reconocer. Por
todos esos caminos sin rigor podríamos caminar dejando la imaginación a su
libre aire, viendo la colección. (Confieso mi ignorancia en temas pictóricos, por eso elucubro). En ninguno se observa firma, quizá se oculten tras los humildes marcos, demasiado humildes para
tan notables obras (¿serán posteriores a las mismas?), tal vez. No se ve la firma del autor,
pero sí el nombre de cada representado en la parte superior de las pinturas,
con una tipografía bastardilla que bien podría pertenecer al siglo XVIII, o al
XVII... ¿y por qué no al XIX? Interrogantes, todo son interrogantes. Lo único
claro y seguro es que, dada su importancia, pues aunque idealizadas, como no
podría ser de otra manera, parecen ser las únicas representaciones gráficas de
los Siete Infantes de Lara hasta ahora conocidas; lo único claro, digo, es que
esta colección deberían estar en lugar con mejores
condiciones de conservación; no digo ya en El Prado, pero sí en algún otro museo, aunque sea de
Burgos. En algún momento de euforia y optimismo podría llegar a pensar que habrá alguien que, a la vista de esta enigmática y desconocida muestra pictórica, quiera hacer una tesis doctoral sobre ella, o que los
responsables del patrimonio han decidido su estudio y puesta en valor. A ver.