jueves, 13 de agosto de 2009

CASAS NOTABLES DE BURGOS VI



FOTOS: Realizadas el 9 de septiembre de 2009, cuando la casa estaba siendo objeto de adecentamiento.

DESDE LA PLAZA PRIM, CON VISTAS A LA MONEDA Y SANTANDER

Diario 16 Burgos, 16 enero 1994

A.M.BU.: (Archivo Municipal de Burgos)

Cuatro calles corren paralelas desde el centro de la ciudad a la calle de San Juan: San Lorenzo, Almirante Bonifaz, Moneda y Santander, y las cuatro inician su recorrido en la plaza de Santo Domingo de Guzmán (antes plaza de Prim). Entre las dos últimas, con un fondo cercano a los 40 metros, existe un edificio de tres pisos con cierta notoriedad, una de cuyas fachadas, la que lleva el número 3 de la calle de Santander, se asoma a la plaza de Calvo Sotelo (antes Plaza de la Libertad) con permiso de la calle del Cordón y de los soportales de Antón. A la calle de la Moneda, en otro tiempo conocida como Entrambospuentes, da la otra fachada.

Como otras muchas edificaciones domésticas de la época dorada de la construcción en Burgos, en la que hoy llega a este serial, por la calle de Santander presenta los cuatro elementos que las caracterizan: ladrillo rojo, piedra caliza sillar, hierro en las balconadas y madera en los artísticos miradores Por cierto: ¡qué ingente labor la de los carpinteros de aquella época! Anote el lector curioso que, según la Guía General de Burgos, de A. Buitrago, en 1876 estaban a pleno rendimiento nada menos que 23 talleres de carpintería.
Con planos del prolífico arquitecto Severiano Cecilia, este edificio fue construido en 1889. En este año el Ayuntamiento Constitucional concedió permiso de obra a Celedonio Varea para edificar las casas número 2 de la calle de Santander y la número 7 de la calle de la Moneda (A.M.BU. exp. 1237). Por estas fechas todavía no estaba hecha la alineación definitiva de la última de las citadas calles, circunstancia por la cual la mencionada propietaria, en su solicitud, pedía a la municipalidad que fijara la alineación de sus dos fachadas. En este sentido, el criterio de la Comisión de Obrería del Consistorio, que entendió que la misma “sería de buen efecto arquitectónico”, fue para la Moneda el de “dejar todo el trayecto de una altura constante de 10 metros, y para la de Santander, contigua a una casa de la condesa de Bornos, que se sujetara a la alineación que ya estaba aprobada. Para esta última fue necesario también el informe del Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos y Puertos (no debe olvidarse que la calle de Santander era el inicio del camino hacia la capital cántabra), donde se advertía que “durante la construcción se embarace lo menos posible el tránsito público”. Y es que, con un pequeño esfuerzo, podrá el lector imaginarse esta calle en aquel tiempo tan transitada como hoy, pero por vehículos de menor cilindrada, por no decir de distintas herraduras.

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