lunes, 12 de octubre de 2009

EL CAMINO DE LOS LADRONES




FOTOGRAFÍAS: Portillo del Tez, en San Martín de Elines. Emiliano Díez (Milo), de Quintanilla de Escalada y buen conocedor del Camino de los Ladrones. Ermita de San Antonio, de Valdelateja. Mal país por donde discurría el Camino de los Ladrones.


Quizá no sea propiamente un paso de montaña, y tampoco se encuentra en Burgos, pero el portillo de San Martín de Elines, es el principio, o el fin del Camino de los Ladrones y también del que lleva a Sargentes de la Lora. Estos dos caminos, atravesando un vasto e impresionante páramo de mal país, comunicaban el valle de Valderredible con los pueblos burgaleses de La Lora y del entorno del río Rudrón (Sedano, Nocedo, Huidobro, Cortiguera, Valdelateja,...). En su día, y como atajo para no dar el gran rodeo que suponía seguir el curso del Ebro, el Camino de los Ladrones fue muy frecuentado por aquellos que acudían a las ferias del valle Cántabro, fundamentalmente a las de Ruerrero y Polientes. Para llegar a San Martín de Elines, los burgaleses del Rudrón subían al páramo de La Lora por la ermita de San Antonio, de Valdelateja, cruzando la carretera; una vez arriba, siguiendo La Lora pero bordeando el cantil sobre el río, llegaban a las Loras de Quintanilla y de Escalada; una vez aquí, se adentraban en el páramo de Orbaneja y Villaescusa hasta encontrar el Camino de los Ladrones, que es el que les llevaba a San Martín de Elines, y finalmente a Ruerrero o Polientes.

Los vecinos de Covanera, San Felices, Quintanilla de Escalada y Escalada pudieron utilizarlo igualmente, pero a través de otras sendas que subían por la empinada ladera hasta coronar la línea de cumbre. De estos caminos secundarios y montaraces cabe destacar el cercano al Barrio de Nápoles, el cual, una vez arriba, se desviaba hacia Sargentes, y el que subía desde Quintanilla de Escalada por la Cueva Negra o de los Moros.

Hoy, todos estos caminos y sendas, incluido el de los Ladrones, se hallan prácticamente desaparecidos, borrados incluso de los mapas topográficos más modernos, pero en su día cumplieron una función socio-económica importante. Personas con animales en las alforjas, andando o en borricos o caballos, transitaban por ellos para acudir al mercado de Polientes y a las ferias de San Simón (28 de octubre), La Inmaculada (8 diciembre) y Santo Tomás de Aquino (5 de enero), de Ruerrero.

Hay quien cree que el nombre de Camino de los Ladrones le viene dado porque fue utilizado en los años de la posguerra con el estraperlo, pero también quien dice, creo que más atinadamente, que tal denominación viene de más atrás. Eso al menos es lo que opina mi amigo de Quintanilla de Escalada, Emiliano Díez (“Milo”), de ochenta años y gran conocedor de la zona y su historia: “Eso [el nombre] viene de más atrás, es más antiguo. Ese camino no fue usado cuando el estraperlo”. Lo más probable es que, como ya vimos que ocurría en el Portillo del Infierno, en este camino debieron apostarse asaltantes de las personas que transitaban a las ferias y volvían o iban con la bolsa bien llena.

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