jueves, 10 de junio de 2010

CAPADOCIA: PROTEGER LAS PINTURAS DE LAS IGLESIAS RUPESTRES




FOTOGRAFÍAS: Iglesias rupestres en el "Museo de Göreme" (Tomadas en mayo de 2010)

Hace unos días comentaba aquí mi regreso de Turquía, más que nada por justificar una ausencia que quizá a alguno pudo llegar a notar. Decía, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, que era muy posible que volviera a daros la carga, sin duda influenciado y anonadado por las maravillas que pude ver en este viaje. Alguno de vosotros quizá sepa de mis inquietudes por los eremitorios altomedieavles en Burgos, de hecho, algún trabajo tengo publicado sobre el tema. Por ello, no debe de extrañar mi gozo en Capadocia, lugar de otro planeta donde las iglesias rupestres, agrupadas en sorprendentes conjuntos, se pueden contar por cientos, muchísimas de ellas con frescos murales revistiendo sus paredes rocosas. Es precisamente sobre estos frescos, increíbles pinturas policromas del arte bizantino, representando la Historia Sagrada que nos contaron de niños, sobre lo que llamo la atención aquí, en este humilde y particular descargadero de frustraciones. Llamo la atención de las autoridades culturales turcas sobre la ausencia de protección de la mayor concentración pictórica y rupestre del mundo, Patrimonio de la Humanidad, para más señas. En mi visita al llamado Museo de Göreme, el gran circo (geológico) de iglesias trogloditas abierto comercialmente al público, pude ver con mis propios ojos cómo multitud de personas, una vez accedido al recinto visitable, se desparramaba sin control por donde mejor le parecía y se introducía masivamente en las iglesias pintadas sin que nadie controlara estas incursiones. Algunas iglesias, las más notables y mejor conservadas, tienen barreras de madera que acotan el paso a lugares especialmente protegidos, pero al no existir ninguna vigilancia, la gente salta dichas barreras para hacerse fotografías, y, sin percatarse de ello, llega a restregar con su cuerpo las paredes, poniendo en peligro los revestimientos pictóricos.
Es normal que Turquía quiera sacar rédito a un patrimonio tan inconmensurable, o que quiera difundirlo para todo el mundo, cualquier país haría lo mismo, pero creo que serían necesarias unas normas de visitas más estrictas y controladas. Al fin y al cabo, es un patrimonio de todos.

4 comentarios:

  1. En mi visita a la genial Capadocia en octubre pasado, al contrario que tú, amigo Elías, pude comprobar un gran respeto por las pinturas rupestres (frescos) en las iglesias del museo Göreme: con vigilantes de seguridad incluidos, y observé como los visitantes-turistas, eran respetuosos con el entorno y acataban las normas, es más estaba prohibido sacar fotos con flash. Si coincido contigo en que las pinturas están en un mal estado..., de lo que infiero que las autoridades culturales turcas quieren y esperan ayudas del exterior para la conservación de estas maravillas Patrimonio de la Humanidad. Y no sólo Capadocia que es como de otro planeta (con ese paisaje tan volcánico) tiene un inconmensurable patrimonio, en toda Turquía se pueden visitar infinidad de restos arqueológicos (ejemplo Antalya) controlados y bien orientados para que los conozca la humanidad. Desde mi humilde punto de vista Turquía es un ejemplo de cómo enseña al mundo y también comercializa ¿por qué no? , toda su riqueza natural y patrimonial incluidos los restos arqueológicos tanto romanos como greco-romanos.

    España y en particular Castilla y León no saca rédito a su patrimonio (también inconmensurable) ni lo difunde por el mundo, sino que además de una incuria absoluta permite que se caiga a pedazos, pongamos por caso, las magníficas ruinas del Monasterio cisterciense de Santa Maria de Rioseco del valle de Manzanedo en la provincia de Burgos. Salvemos Rioseco: http://www. salvemosrioseco. es/. Un saludo a todos y a todas.

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  2. Como especie somos la peste. Y como turistas mucho más :-(

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  3. Cada uno de los millones de turistas que pululan por el mundo podrá contar a la vuelta la feria según le ha ido. Yo os he contado lo que vi, que no fue otra cosa que visitas multitudinarias a las iglesias del Museo de Goreme y una pobre vigilancia. Había muchas excursiones de escolares (quizá fuera el día), pero como testimonio de la poca vigilancia de la que os hablaba, recuerdo especialmente la escena de un joven que nada más entrar en una fantástica iglesia, de tres naves y revestida de pinturas, se saltó la valla protectora y se sentó en el altar central para que sus amigos desde fuera le hicieran la foto. Quizá se sentía santo. Y éste no fue un caso aislado, luego la misma escena la pudimos ver en otras iglesias del conjunto.
    Habría mucho que decir y escribir sobre Capadocia, la inmensa mayoría cosas admirables,maravillosas, pero quién soy yo, humilde habitante estepario del páramo burgalés, para hacerlo? Nadie, nada.

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  4. En ocasiones, los turistas no nos comportamos como deberíamos, y no por ello siempre tiene que ser la culpa de la Seguridad del País que nos acoge; por supuesto que la seguridad tiene que estar vigilante, para que todos respetemos unas normas básicas de comportamiento y respeto al patrimonio de cualquier país que visitemos, sea o no este patrimonio, Patrimonio de la Humanidad.
    Saludos,

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