jueves, 26 de abril de 2012

ATARDECER EN VILLARGÁMAR


Corredores sobre el puente.

Vías del tren. 

FOTOGRAFÍAS: Desde el puente de Villargámar. (2010- 2007). 

Permitidme, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, que en la sección “Arte en la Naturaleza”, que aquí seguimos, incluya también el cielo, los cielos de Burgos. Al fin y al cabo, ¿no es también el cielo naturaleza? ¿Hay cielos distintos? Siempre me lo he preguntado. ¿Acaso es el cielo de Patagonia diferente al de Burgos? Seguramente, sí. El de Burgos, condicionado y animado por nuestros familiares vientos y borrascas, siempre me ha parecido  distinto, e infinidad  de veces, obra de arte sin parangón. ¡Fotografiar el cielo! No sé, quizá con esta excentricidad esté haciendo la competencia a los informativos del tiempo en Televisión. No es mi intención, desde luego. En fin, perogrulladas aparte, lo que quería deciros es que en mi nuevo barrio, donde la ciudad muere, tengo ocasión de ver todos los días el cielo abierto, lo cual no deja de ser un privilegio. Tengo la suerte de poder contemplar, un día sí y otro también, indescriptibles ocasos, acompañados de nubes de mil colores que navegan a la deriva hasta perderse, fagocitadas por el sol al ocultarse. Qué maravilla, qué suerte. En las dos fotografías que os dejo, el cielo es el mismo, visto en distinto día y desde el mismo lugar. Tres hombres  que corren hacia el sol moribundo lo hacen sobre un puente de la vía del tren, de un tren que ya dejó de pasar porque ya no tiene vías. Unas vías que aquél día brillaban de oro, camino de Madrid, pero que ya han desaparecido. 

lunes, 23 de abril de 2012

ATARDECER EN LA UNIVERSIDAD

Monumento-logotipo en la Glorieta de la Universidad.
 Fue instalado en diciembre de 2009. 

Coronación de la Puerta de Romeros.

Conjunto de la Puerta de Romeros
en el Hospital del Rey. 
Nubes artificiales.

FOTOGRAFÍAS: Glorieta de la Universidad. Hospital del Rey (Tomadas el 16 de abril de 2012).  

Fue una buena idea que el logotipo universitario de Burgos evocara la llamada Puerta de Romeros, emblemático y sensacional conjunto renacentista en el Hospital del Rey. En los atardeceres burgaleses, el moderno elemento escultórico, enclavado en la Glorieta de la Universidad, se recorta y nos ofrece contraluces sorprendentes. Muchos lo habréis visto alguna vez, queridos amigos de este Cajón de Sastre, y seguro que no os digo nada  nuevo, pero quería expresaros que, cuando se trata de  hacer monumentos para glorietas (Por cierto, ¡qué invasión de glorietas!), unas veces se acierta y otras no; ejemplos tenemos de los dos en la ciudad. En este caso, en mi opinión, se ha acertado plenamente.    

miércoles, 18 de abril de 2012

EL ARCO DE MANSILLA ¿UN ARCO DE HERRADURA DE PEGA?

Iglesia de Mansilla con pórtico adosado.



Un sorprendente arco de herradura
da acceso al  pórtico. 

Ábside románico de la iglesia, una joya a conservar.  

FOTOGRAFÍAS: Iglesia de Mansilla (Tomadas en abril de 2012).  

Siempre me ha sorprendido su presencia en la iglesia parroquial de Mansilla. Es bien visible desde la carretera y eso ha hecho que, sin haberme apeado del coche, conozca su existencia desde hace mucho tiempo, pues son innumerables las veces que he tenido ocasión de hacer la ruta de Aguilar. Se trata de un arco de herradura lleno de misterio, de incertidumbres, y que a más de uno puede haber llevado a la confusión. Personalmente, reconozco que siempre lo desprecié, porque no se me pasaba por la cabeza que pudiera ser auténtico, más bien un revival artístico de algún buen cantero. Y es que,  ¿qué pinta un arco de herradura,  visigodo o califal, sin iglesia ni ermita de época que le cobije? No puede ser, debe haber trampa, si se me permite la expresión. Nunca me había parado para verlo de cerca, hasta ayer. A sus pies, uno no acaba de comprender, pues es tal la perfección con que ha sido realizado, y con tanto parecido a cualquier arco de herradura de la Repoblación, que se puede caer en la tentación de darle por bueno. ¿Lo es? No son muy frecuentes los arcos de herradura, visigodos o  mozárabes, en la provincia de Burgos, por ello, si este fuera auténtico, podríamos estar  ante un clamoroso olvido de los historiadores del arte. Pero ya digo, el arco no tiene ermita que lo cobije, sólo un pórtico adosado, de realización moderna, que sirve para acceder al verdadero acceso de  la iglesia; alguien podría decir, pues, que se trata de un “pegote”. Existe, sin embargo, la posibilidad de que el elemento hubiera sido trasladado, en tiempo no muy lejano, desde alguna ermita del entorno ya desaparecida. En este sentido, he consultado a las personas más mayores del pueblo y nadie me ha dado razón de un posible traslado; el arco, me dicen, siempre ha estado allí, y ni hijos, ni padres ni abuelos han conocido otra cosa distinta. No podría desdeñarse, en efecto, la posibilidad de que el arco hubiera estado siempre en el lugar que ocupa la actual iglesia y que hubiera sido reaprovechado. En este sentido, ya el precioso ábside románico de la parroquial nos habla de al menos un periodo artístico más antiguo que el de su actual fábrica. Pero todo esto no dejan de ser elucubraciones. Aquí os dejo, queridos amigos y seguidores de este cajón de Sastre, algunas imágenes de un arco que espero no os cause noches de insomnio. Quizá alguno de vosotros tenga datos de mayor enjundia que puedan aclarar el misterio.

Lo que hay pintado dentro del pórtico es harina de otro costal. El mural tiene cierto valor histórico, aunque nos recuerde una guerra que nunca debió suceder.  


Ave con escudo. Testimonio de un pasado reciente. 

viernes, 13 de abril de 2012

LORILLA


De Ecos de la lluvia y el aire
(Mayo 2012)

FOTOGRAFÍA: Ruinas de Lorilla. (Tomada el 27 de marzo de 2012).

Estas piedras descompuestas, estos muros muertos que vemos hoy en efímero equilibrio, un día fueron Lorilla. Recuerda,  hermana Lluvia, que nuestro amigo Acacio dijo de este lugar que fue orilla de un mar bravo que se hizo piedra, acantilado de un océano de tempestades donde tú y yo nos manifestamos con mayor crudeza. Bien sabes que no fuimos, ni tú ni yo, ejecutores de su final, aunque sí de su destino; no liquidamos nosotros, fueron ellos los que, temerosos de sus propios miedos, huyeron despavoridos Lora abajo en busca de quimeras y cielos sin alma. Hago memoria, querido Aire, y veo en mis nubes pasadas gente montada a caballo, emigrantes ya sin patria dejando regueros de polvo y lágrimas en el desierto pedregal, camino de lo incierto. Era su pueblo, parte indivisible de su ser, el libro de su memoria. Pero pon atención, siente el silencio profundo entre los esqueletos deformes de las casas. Oigo voces ausentes, Lluvia, también llantos, y risas, tañidos de campana en la nieve negra, naceres, vivires, morires..., oigo todo lo que tú y yo acompañamos en los siglos de páramo, en el borde de un mar perdido. 


domingo, 1 de abril de 2012

FLORES PARA JORGE



Jorge Villalmanzo, un hombre bueno que nos dejó.