Corredores sobre el puente. |
Vías del tren. |
FOTOGRAFÍAS: Desde el puente de Villargámar. (2010- 2007).
Permitidme, queridos amigos y seguidores de este
Cajón de Sastre, que en la sección “Arte en la Naturaleza”, que aquí seguimos,
incluya también el cielo, los cielos de Burgos. Al fin y al cabo, ¿no es
también el cielo naturaleza? ¿Hay cielos distintos? Siempre me lo he
preguntado. ¿Acaso es el cielo de Patagonia diferente al de Burgos?
Seguramente, sí. El de Burgos, condicionado y animado por nuestros familiares vientos y
borrascas, siempre me ha parecido
distinto, e infinidad de veces,
obra de arte sin parangón. ¡Fotografiar el cielo! No sé, quizá con esta
excentricidad esté haciendo la competencia a los informativos del tiempo en
Televisión. No es mi intención, desde luego. En fin, perogrulladas aparte, lo que quería deciros es
que en mi nuevo barrio, donde la ciudad muere, tengo ocasión de ver todos los
días el cielo abierto, lo cual no deja de ser un privilegio. Tengo la suerte de
poder contemplar, un día sí y otro también, indescriptibles ocasos, acompañados
de nubes de mil colores que navegan a la deriva hasta perderse, fagocitadas por
el sol al ocultarse. Qué maravilla, qué suerte. En las dos fotografías que os
dejo, el cielo es el mismo, visto en distinto día y desde el mismo lugar. Tres
hombres que corren hacia el sol
moribundo lo hacen sobre un puente de la vía del tren, de un tren que ya dejó de pasar porque ya no tiene vías. Unas vías que aquél día brillaban de oro, camino
de Madrid, pero que ya han desaparecido.