miércoles, 15 de enero de 2014

ATASCOS EN LA CALLE VITORIA


En dirección Burgos.

En dirección Madrid.


FOTOGRAFÍAS: Carteles en Quintanilla de la Mata (Diciembre, 2013) 


Ahora que todos estamos impresionados por lo que alguien ha dado en llamar “efecto Gamonal” (cuya expresión quizá recuerde la famosa película “El efecto Pelícano”), me  vienen a la memoria los años setenta del siglo pasado, tiempo de atascos de coches en la calle Vitoria, cuando no había circunvalaciones y esta arteria era la principal y única vía para atravesar la ciudad para los que venían del norte. Aquello fue un fenómeno como pocos, difícil de olvidar para los burgaleses. Era en los meses de verano de cada año, cuando el turismo europeo, francés sobre todo, con sus “tiburones”, y la ola emigrante en Europa, que cogía sus vacaciones al mismo tiempo, salían en masa para sus lugares de origen y destino, magrebíes y portugueses en su mayor parte. El espectáculo de ruido y sonido, con continuos bocinazos, era dantesco, y vecinos y trabajadores de comercios y oficinas difícilmente podían concentrarse en sus quehaceres. Las caravanas, atascadas, o en el mejor de los casos avanzando al paso caracol, llegaban hasta cerca de Briviesca, donde yo mismo sufrí largas retenciones, a pleno sol de julio o agosto. Era un martirio que también se sufría día y noche en la ciudad, y también en Aranda, en cuyo célebre puente más de una vez estuve a punto de arrojarme al Duero por no estar operado de los nervios. Quien no vivió aquellos atascos ha de imaginarse la calle Vitoria, desde la Plastimetal hasta El Cid, por no ser exhaustivo, soportando entre sus grandes bloques de viviendas aquel calvario contaminante. Debo confesar que todo aquello me interesaba desde un punto de vista sociológico, como todos los comportamiento de masas, y hasta tuve la tentación una noche de coger una silla Querejeta y sentarme a ver el espectáculo en la glorieta Bilbao (no lo hice porque mi mujer no me dejó, “tú estás loco”, me dijo). Y ya digo, eran miles y miles de marroquíes los que integraban la procesionaria (muchos de ellos dormían a la intemperie, vigilantes de sus coches, que por lo general llevaban cargados hasta los topes con cosas que ahora nos parece inverosímil que se puedan llevar en un coche). Bueno, pues todo esto viene a cuento, primero por el ya mencionado “efecto Gamonal”, que ha puesto sobre el tapete el enorme problema de aparcamientos en el ya famoso barrio, y luego por dos carteles publicitarios que recientemente he tenido ocasión de ver en la vieja N-1 a su paso por Quinatanilla de la Mata, con versiones en español y árabe y anunciando, creo, venta de miel, polen y jalea. Sin duda, estos carteles bilingües debieron ponerse con miras de atraer la atención de los turistas y emigrantes de ida y vuelta que no entendían el castellano. Otra cosa es la cantidad de dichos productos que pudieron llegar a venderse. En fin, ahí están todavía, desvaídos por el paso de los años, llamándonos la atención y recordándonos una etapa en la historia del tráfico afortunadamente superada en Burgos.  

4 comentarios:

  1. Estupendo blog Elías!! Le llevo siguiendo mucho tiempo y cada día pone post más interesantes. Una pregunta ¿No ha pensado en hacer un twitter ligado a este blog? Porque, la verdad... tendría muchísimos followers :D.
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Gracias, amigo anónimo, por tu muy amable comentario. Pues no, no he pensado en semejante cosa. Si te digo la verdad, no sé lo que significa eso de twitter ni followers. En realidad, pertenezco a la época del castellano antiguo y del interruptor de cuchillas, y ni siquiera sé cómo he podido llegar a mantener un lugar como este.

      Un muy cordial saludo

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  2. Imagino que conocerás esto pero. por si acaso, te lo pego. Para mi ha sido un descubrimiento gracias a una seguidora de nuestro muro de facebook. las ventajas delos castellanos un poquito más modernos. Salud, amigo.http://www.madrid.es/UnidadWeb/Contenidos/Publicaciones/TemaCulturaYOcio/SanIsidro/eustasio.pdf

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  3. Gracias, Jokin, por la información. Ya conocía la obra de Eustaquio. En burgos también se hizo la exposición hace años, creo recordar que fue en el Consulado del Mar.

    Saludos.

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