lunes, 2 de febrero de 2015

LA ESCUELA DE BAÑUELOS DE BUREBA, LOS NIÑOS IMPRESORES (I)


Bañuelos de Bureba


FOTOGRAFÍAS: Bañuelos de Bureba. Escuela de Bañuelos de Bureba (Tomadas en enero de 2015). 



No sé si Laurentino Muelas, el maestro de Alba, a quien vimos en entrada anterior, y Antonio Benaiges, también maestro pero en Bañuelos de Bureba, al que igualmente ya nos hemos referido y que es el que motiva esta nueva entrada, llegaron a conocerse. Los dos pueblos no se hallan muy distantes entres sí, pero la complicada geografía en este sector oriental de la provincia de Burgos jugaba en contra de esa posibilidad. Desde luego, sus inquietudes y las fechas en que ejercieron son concordantes, y no sería por ello extraño el encuentro. Quizá pudieron coincidir algún domingo o festivo en Briviesca, paseando junto al templete de la música, o comprando en su día libre en Abascal materiales escolares para sus respectivos niños. Sería bonito y hasta cierto punto romántico, pero eso es una especulación, nada sabemos al respecto y quizá nunca sabremos. 



Edificio de la escuela de Bañuelos


En la escuela de Bañuelos de Bureba, la que ahora se trata de rescatar para el conocimiento y reconocimiento de un maestro excepcional que puso en práctica en este lugar de Burgos la técnica Freinet para la enseñanza, basada en una imprenta para niños, se entrecruzan historias y hechos verdaderamente conmovedores. En lo que a mi respecta, empezaré confesando que hasta el pasado día 25, que visité Bañuelos y su escuela, era un total desconocedor del tema, probablemente por no haber estado nunca ligado a la enseñanza ni haber seguido los distintos trabajos que ya han sido publicados. Aquel día de mi visita tuve la suerte de entrevistarme con el alcalde de Bañuelos, Jesús Viadas, vecino implicado en restaurar y recuperar la escuela de su pueblo y todo lo que ella representa, con una pasión que pocas veces he visto y la ayuda de una Asociación creada a tal efecto. La historia es tan larga como infeliz su final, y no sabría por dónde empezar a contarla sin la ayuda de la grabación que aquel día realicé en la misma puerta de la escuela, de una escuela tan vacía ahora de mobiliario como llena de grietas y emotivas vivencias. 


Data en el alero


          Antes de nada, empezaré diciendo que el edificio en el que desarrolló su labor docente Antonio Benaiges fue construido en 1792, como parece desprenderse de una inscripción con esta fecha grabada en una esquina del alero. Aunque no es claro que en su origen tuviera una dedicación escolar. Probablemente fuera levantado para otros servicios municipales, o simplemente para vivienda de algún vecino de mayor rango, ya que no hay constancia de que funcionaran en los pueblos de Burgos escuelas normales por aquella época, como mucho, lo hacían algunas preceptorías. En este punto es importante recordar que a mediados del siglo XIX sí existía en Bañuelos una escuela de primeras letras, a la que asistían 32 niños de ambos sexos, según podemos ver en el Diccionario de Pascual Madoz, un hecho que viene a poner más dudas sobre la cuestión. La pregunta que cabría hacerse es:  ¿pudo esta escuela decimonónica estar en el mismo edificio del que ahora hablamos, en el construido a finales del XVIII? Quizá, pero a falta de más datos, lo dejo en el aire por si en algún momento llego a encontrarlos.

Continuará


3 comentarios:

  1. Muy dura la vida en esa época, en esos lugares, para los maestros y maestras, y también muy dura para sus gentes. Ayer vi al que posiblemente fue el último maestro de Quintanaloranco y hace muy poco, a uno de mis maestros de infancia. Gracias, Elias, por hacer aflorar unos recuerdos duros, pero gratos, de mi infancia.
    Saludos

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  2. Gracias a ti, Luis, por tu comentario. Ya me gustaría conocer al maestro de Quintanaloranco que dices, para escuchar el relato de su paso por aquella escuela..Seguro que puede contar cosas interesantes, como las podrían contar todos los maestros y maestras de los pueblos.

    Un cordial saludo.

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