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El gigante (la giganta) Haya Grande vive rodead@ de pinos y de algunos, pocos,
retoños de su especie |
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En su larga vida vio muchos hermanos desaparecer |
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Monte Bardal y Sierra, selva en la que se esconde Haya Grande |
FOTOGRAFÍAS: Haya Grande en el Monte comunero de Bardal y Sierra
Restos de
una especie dominante, quedó sola en el vasto pinar, oculta como nunca estuvo
hasta la llegada de los forasteros vegetales, escondida como otras compañeras,
de igual porte y de peor suerte, que murieron y pudrieron a la sombra de los que usurparon su
territorio. Desde la lejanía más remota, desde el mismísimo Jaramillo de la
Fuente, la copa de la gigantesca haya podía verse, sobresaliendo entre
todas las hayas de su generación, en
su nido lejano del monte comunero Bardal y Sierra, cerca del canchal de los
buitres desde el que se domina el mundo. Los moros de vista afilada, desde su
bastión en la Peña Carazo, tuvieron que verla también, al igual que los que
hollaron las cumbres de Las Mamblas y otros horizontes. Haya Grande, aun con los lógicos
achaques de la edad, continua en pie y con vida en un monte que un día estuvo sembrado
de oves. Representa una estirpe de veteranos en declive, pues las sierras de
los hombres decapitaron y trocearon sus cuerpos en muchos lugares de Burgos. Roble
Borracho, su pariente en siglos, tan próximo a ella, pero separado por el
canchal, siente su aliento en el viejo y hundido camino de Burgos y sabe de su
soledad, pues los pastores de Santa Julita le hablaron de otros pastores de
cabras que se asombraban y ensombraban bajo su enorme corpachón. Larga vida, Haya
Grande.
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