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Ventana del siglo XVII en La Casona (Santa Gadea de Alfoz). Sorprende la gran concha ¿peregrina? |
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Reflejos en la charca |
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Rebaje reciente para desecar la laguna. Al fondo, La Casona |
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Un magnífico conjunto creado por los Lucio-Villegas |
FOTOGRAFÍAS: Ventana, casona y poza en Santa Gadea de Alfoz (Tomadas en 2014)
Hola, 2016. Pasada
la aventura de transformar en libro Memorias de Burgos, iniciamos nueva
temporada y pasarela con una ventana de ensueño del lejano norte burgalés. Se
encuentra en una casa palaciega de Santa Gadea de Alfoz que, conocida como La
casona o La casa santa, perteneció a los Lucio-Villegas, fundadores
de un Mayorazgo y que la mantuvieron en propiedad hasta 1836. A través de ella,
como algo simbólico y hasta que el cuerpo aguante, iremos viendo, queridos
amigos y seguidores de este ya carcomido Cajón de Sastre, todas las
curiosidades que vayan saliendo a nuestro paso. Abrámosla, pues, y comencemos
por la leyenda que la acompaña.
Se cuenta
como un hecho cierto que en los meses de estío el señor de La Casona de Santa
Gadea no podía dormir por las noches a consecuencia del croar de las ranas. Al
parecer, el canto de los cientos de batracios que poblaban la charca (Poza
Cantera) que había enfrente, a pocos metros de la ventana de su dormitorio,
poco menos que le volvían loco, era un concierto que no podía soportar. Por
eso, y porque debía mandar mucho en el pueblo, se le ocurrió pedir (pedir es un
decir) la colaboración del vecindario. Así, y según se ha trasmitido de
generación en generación, ordenó que cada noche hubiera un vecino dando vueltas
por la orilla de la charca, armado con un palo, para hacer callar a las ranas.
Quedó de esta manera establecido un nuevo servicio en el pueblo, una prestación
que todos los vecinos, de manera rotatoria, habían de cumplir.
Hoy las ranas han desaparecido. La charca se desecó, por los problemas que en tiempo moderno creaba, y solo queda su memoria. En otro lugar habremos de ver la importancia que esta poza tuvo para el pueblo en el pasado.