martes, 18 de septiembre de 2018

LOS NEOS DE BÁSCONES DE ZAMANZAS


Báscones de Zamanzas
Calle tallada en la roca


FOTOGRAFÍAS: Báscones de Zamanzas (Tomadas circa de 1970 y setiembre de 2018)

        Creo que fue a finales de los sesenta cuando una nutrida excursión de amigos nos presentamos en Báscones de Zamanzas con el simple afán de conocer aquel lugar tan bello como escondido. Por aquel tiempo ya este pueblo debía estar totalmente despoblado, o eso creíamos, o tal vez eso es lo que queríamos averiguar, no recuerdo bien. El dramático silencio, la nula presencia humana, la ausencia de humo y ladridos, la incipiente ruina de algunas casas..., todo aparentaba un evidente y total abandono. Sin embargo, un hecho extraño vino a sacarnos de este convencimiento. Mientras dos de nosotros “explorábamos” el interior de un edificio arruinado, sin tejado, vimos y sentimos caer grandes piedras a nuestros pies, y no eran desprendimientos de los muros que permanecían todavía en pie, no, eran pedruscos arrojados por alguien. ¿Qué era aquello? ¿Quién lanzaba estos proyectiles a ciegas (o no tan a ciegas), que en caso de haber caído sobre nuestras cabezas quizá ahora no lo estaría contando? ¿Es que acaso el pueblo no estaba tan abandonado como pensábamos? La visita, pues, se tornó peligrosa, más habiendo niños en la excursión, por lo que decidimos escapar de aquel misterioso ataque y salir a todas prisa del pueblo. Pasaron los años, bastantes, hasta que un día, relatando estos hechos a alguien de algún pueblo cercano supe que habíamos estado a merced del último habitante de Báscones, de un solitario y "eficaz" guardián del pueblo que no quiso mostrarse de cuerpo presente. 



Báscones de Zamanzas circa 1970

Casona en Báscones de Zamanzas circa 1970


Lo que queda de la misma casona en 2018


        Al poco de aquella historia llegaron a repoblar este lugar gente de Valladolid (siempre pensé que fueron dos parejas jóvenes, o dos jóvenes simplemente, no lo supe bien), huidores de la gran ciudad en busca del sosiego del campo y con el afán de emprender una nueva vida acorde con su pensamiento libre y ecológico. Durante años tuve curiosidad por saber cómo sería su vida allí, pues pensaba que llegando de la ciudad no tendrían experiencia campesina. Yo era escéptico, creía que pronto aprenderían lo que me parecía inevitable, que con el cambio eran más libres pero estarían encadenados a una tierra pobre que poco les podía reportar. Alguien me dijo que su Modus Vivendi era hacer trabajos por los pueblos, de albañilería, carpintería, etc. Han tenido que pasar muchos años más, sin embargo, para saber que de aquellos neovecinos solo ha quedado uno, Nino, excelso artista de la madera, que llegó de Medina de Rioseco y que, entre otros oficios, durante dos años ejerció como cartero por los pueblos de Zamanzas.


La iglesia en el alto y casa restaurada

        Después de aquellos pioneros fueron más los neocolonos que llegaron a este atractivo lugar, con parecida mentalidad y similares afanes, algunos de los cuales no resistieron la presión del aislamiento y se fueron. Uno de estos últimos, tras cinco años en Báscones, restauró una vieja casa y decoró sus muros exteriores con curiosas tallas. Especialmente notables son las que labró en dinteles y jambas de las ventanas, al mejor estilo de los maestros canteros zamanceños, que tantos hubo y que dieron carácter a los pueblos del valle. En una de dichas ventanas dejó grabado el símbolo que identifica a las farmacias, (copa con serpiente enroscada) con la variante de tener además, junto  a  la copa, el añadido de una flor. Junto a este símbolo grabó también la curiosa leyenda: “SIMILA SIMILUS CURENTUS”, que puede ser equivalente a la locución latina “Similia Similibus Curantur” (lo similar se cura con similares). Todo los cual nos induce a pensar que este colono, si no la practicaba sí debía estar al tanto de la homeopatía. 
        Algún día, en un futuro no muy lejano, cuando la piedra oscurezca, quizá algún despistado confunda estas tallas y las meta en el mismo saco de las verdaderamente antiguas. Para que eso no suceda, aquí queda dicho lo  dicho.


Ventana en casa restaurada  ("SIMILA SIMILUS CURENTUS")


Tallas en otra ventana de la misma casa 

  

2 comentarios:

  1. Báscones de Zamanzas ya tiene por méritos propios su maestro cantero. Aprovecho este espacio que nos brindas para sugerir o idealizar que quizás alguna vez Báscones pueda contar con una carretera aceptable para que así cualquiera que desee vislumbrar arte y naturaleza a la par, se deje caer con facilidad por este remoto rincón de Zamanzas. Gracias.

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  2. Ya veo que has disfrutado de las delicias de la "carretera" a Báscones de Zamanzas. Qué suerte has tenido por haber podido llegar.
    Saludos

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