sábado, 24 de noviembre de 2018

LA CARTA MANUSCRITA


Sobre para carta voladora

FOTOGRAFÍA: Sobre para carta en avión

De casi me da un patatús. Ayer abrí el buzón de la correspondencia (quizás habría que decir hoy de “la publicidad y apercibimientos”) y me encontré con una carta escrita de puño y letra y con bolígrafo. No os imagináis, queridos amigos, la emoción que sentí, pues hacía mucho, mucho tiempo que no recibía una carta personal tradicional, de las de antes, con sello y remitente en el reverso del sobre incluidos. Acostumbrado como estoy a recibir solo comunicaciones de bancos, recibos de compañías de gas y electricidad, del ayuntamiento o aseguradoras, con la impersonal escritura de ordenador y sin ningún calor humano, encontrar en el buzón esta joya me emocionó hasta el punto de que yo mismo me animé y la contesté de puño y letra y a bolígrafo. Y si os digo la verdad, amigos míos, cuando escribía se apoderaron de mí sentimientos encontrados. Alegres por un lado, porque, por culpa de las nuevas tecnologías que nos comieron, era la primera vez en muchos años que respondía de esta manera, y tristes por otro, porque comprobé que mi letra ya no era la misma, me di cuenta de  que había perdido destreza en el arte de escribir a mano. No digo que lo hiciera con letra de médico (¡que eso sí es arte!), pero vi que, de no usarla, mi grafía se había convertido en algo desconocido, creo que en una sucesión de garabatos bárbaros, inseguros y mal alineados. 
Ahora me pregunto cómo será una carta de amor escrita a través de un correo electrónico sin franqueo alguno. No lo puedo imaginar, aunque quizá esas cartas ya no se escriban.
  

2 comentarios:

  1. El género epistolar, son fósiles de estados emocionales. Siempre, de niño me preguntaba por qué si mi padre navegaba en un un barco, las cartas siempre venían por avión. Con esas líneas azules. Solo me dejaban ver el sobre, Persia, Japón, Panamá, Brasil, Canadá, Cartajena de indias, Rotedan. Singapur. Y muchos más destinos, de ahí, supongo, mi afición a los atlas.
    Me alegra su sensibilidad y espero que siga mucho tiempo iluminándonos.
    Un saludo de quién le aprecia.

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  2. Muchas gracias por tan amable comentario.

    Un cordial saludo

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