FOTOGRAFÍAS: Bocallave en iglesia de la Merindad de Sotoscueva (en junio de 2019)
Seguramente
a más de uno de vosotros, queridos amigos de este Cajón de Sastre, os habrá pasado
que al querer visitar una iglesia y encontraros sin la posibilidad de hacerlo, porque
no es día de visita o porque no está el vecino o la vecina que tiene la llave y
la enseña, o porque el cura ha dado órdenes tajantes de que nadie sin su
permiso pueda visitarla, os habréis asomado por el bocallave para por lo menos
ver algo de su interior. En lo que a mí respecta, muchas veces lo he hecho, pero
si queréis que os diga la verdad, siempre con miedo de que alguien desde dentro
me hiera el ojo indefenso con una larga aguja o cualquier otro objeto punzante.
Una tontería, lo sé, pero siempre lo pienso al curiosear por el ojo de la
cerradura de un antiguo edificio. Viene esto a cuento porque en mi reciente
visita a una iglesia de la Merindad de Sotoscueva me llamó la atención su
artístico y antiguo bocallave. Tomé las consabidas fotografías, para incluirlas
en la amplia colección de estos elementos que a lo largo del tiempo he podido
reunir, y ahí quedó la cosa, un ojo de cerradura más, una fotografía más, nada
anormal vi aquel día y en aquel momento. Pero he aquí que, al descargar las
fotografías en la computadora, algo llamó mi atención, algo que estaba en el
fondo del ojo y que aquel día no vi. Y no os lo perdáis, amigos míos, lo que
allí vi era algo parecido a una figura fantasmal. Amplié la fotografía hasta conseguir
ver el “objeto” con mayor definición y, en efecto, se trataba de una figura con apariencia de mujer, algo espectral, una especie de cara de Bélmez con la
boca abierta hasta el infinito, tal que el grito de Munch, como pidiendo auxilio. ¿Pero qué clase de broma
era aquella? Yo no es que sea supersticioso o que crea en apariciones, pero desde
que vi esta imagen no paro de pensar en ella. Tendré que volver para comprobar lo
que al otro lado de la cerradura puede haber. ¿Os he despertado la curiosidad? Os dejo una
fotografía para que vosotros mismos saquéis conclusiones.