FOTOGRAFÍA: En un pueblo del burgalés valle del Oca. (Tomada en marzo de 2011).
Campanario, chimenea y parabólica, trino indiscutible. ¿Se trata de un lugar de culto religioso a falta de otro templo mayor, seguramente ya arruinado? No lo parece, si no fuera por el campanario ¿Se trata de una peña recreativa del pueblo a la vieja usanza de los teleclubs? Tampoco parece que lo sea, por culpa del campanario. ¿Se trata quizás de un edificio de usos múltiples, de esos que ahora tanto se crean en los pueblos a pesar de sus paupérrimas poblaciones? Muy pequeño aparenta el edificio para tal cosa. ¿De qué se trata, pues? Es algo excéntrico, sin duda. Si fuera lo primero, cabe imaginarse el campanillo sonando para una población de muy escasas almas. Si fuera lo segundo, bien podría uno sentir el campanil, a media tarde, llamando a la partida, de mus si hubiera hombres o de brisca o julepe si hubiera mujeres. Si se tratase de un edificio de usos múltiples, uno pensaría que habrían de convivir demasiado apretados el cura y los feligreses, el médico y sus pacientes, el alcalde y la Junta Vecinal, más los que ven la tele o echan la partida, a pocos que fueran. Cabría, por último, la posibilidad de que el exento híbrido fuera obra de algún artista iconoclasta de la tierra buscador de nuevas expresiones. Aquí dejo las interrogantes.
Campanario, chimenea y parabólica, trino indiscutible. ¿Se trata de un lugar de culto religioso a falta de otro templo mayor, seguramente ya arruinado? No lo parece, si no fuera por el campanario ¿Se trata de una peña recreativa del pueblo a la vieja usanza de los teleclubs? Tampoco parece que lo sea, por culpa del campanario. ¿Se trata quizás de un edificio de usos múltiples, de esos que ahora tanto se crean en los pueblos a pesar de sus paupérrimas poblaciones? Muy pequeño aparenta el edificio para tal cosa. ¿De qué se trata, pues? Es algo excéntrico, sin duda. Si fuera lo primero, cabe imaginarse el campanillo sonando para una población de muy escasas almas. Si fuera lo segundo, bien podría uno sentir el campanil, a media tarde, llamando a la partida, de mus si hubiera hombres o de brisca o julepe si hubiera mujeres. Si se tratase de un edificio de usos múltiples, uno pensaría que habrían de convivir demasiado apretados el cura y los feligreses, el médico y sus pacientes, el alcalde y la Junta Vecinal, más los que ven la tele o echan la partida, a pocos que fueran. Cabría, por último, la posibilidad de que el exento híbrido fuera obra de algún artista iconoclasta de la tierra buscador de nuevas expresiones. Aquí dejo las interrogantes.
No hay templo más valioso que aquel en el que se habita. Un saludo.
ResponderEliminarIGUAL SI, PERO DA UN POCO DE MIEDO...QUE PINTA!!
ResponderEliminarAprilio