martes, 18 de junio de 2013

RUINAS EN LOS ALTOS DE CHIAPAS, LA IGLESIA COLONIAL DE CANCUC


Interior de la iglesia de Cancuc. 

Triángulo-frontón sobre lo que pudo ser
un acceso a la iglesia. 

Se puede ver el otro lado de la nave.  

Una hornacina dentro del triángulo. 

Arcos de ventanas. 

Ventana y estucados que desaparecen.  

Sorprende la longitud de la nave. 

¿Una iglesia colonial sin documentar?

Pared revocada con estucos.

FOTOGRAFÍAS: Ruinas de iglesia colonial en Cancuc (Chiapas). Tomadas en mayo de 2013.

Creo que lo he confesado alguna vez, las aventuras y desventuras de los conquistadores españoles en América, en el llamado “Descubrimiento”, glosadas en plan gesta, fueron, siendo un tierno infante, algunas de mis lecturas favoritas en la Biblioteca Pública de Burgos, cuando esta se encontraba en el Paseo del Espolón, de eso hace ya un periodo glaciar. Todavía hoy, cuando vienen a mi memoria escenas que yo imaginaba sobre la Noche Triste o el Salto de Alvarado, por mencionar sólo alguna de las que más me emocionaron, me produce cierto escalofrío. Por eso comprenderéis, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, que en mi reciente viaje a México, tras haber hollado los Altos de Chiapas y ver su grado de desarrollo, haya tenido sentimientos especiales, de reencuentro por un lado y   contradictorios por otro. Pero no temáis, no voy a introducirme aquí en berenjenales críticos con la Conquista ni cosa parecida, algo para lo que no estoy preparado. Vengo aquí a mostraros una ruina histórica, los muros ancianos de una iglesia o convento de época colonial, probablemente dominica (digo probablemente porque nada he encontrado sobre sus constructores), que salió a mi paso en Cancuc, en un espectacular mirador de los altos chiapanecos. Y es que parecería que las ruinas me persiguen, pues bien sabéis que aquí, en nuestro Burgos, las tenemos en abundancia, y algunas muy gloriosas, y que yo mismo he colaborado en divulgar. A la vista de la enorme y sorprendente iglesia arruinada de Cancuc, vinieron a mí escenas que de niño imaginé, las que protagonizaron miles de frailes convertidos en navegantes, muchos de ellos burgaleses, que cruzaron el Gran Océano acompañando a los conquistadores con el fin de  adoctrinar en su propia religión a las gentes de las tierras conquistadas. Estos frailes, pertenecientes a distintas órdenes, una vez que se repusieron del mareo del viaje, se pusieron manos a la obra y construyeron aquí y allá infinidad de conventos e iglesias, algunas con los modos que traían de España y con la ayuda de aquellos que iban a evangelizar. Durante los siglos XVI y XVII las tierras mexicanas se llenaron de estas construcciones, es lo que se ha dado en llamar “arquitectura colonial religiosa”. Pero ya digo, por más que lo he intentado, ni una sola noticia documentada he podido recoger sobre la iglesia chiapaneca en cuestión, sólo que es conocida como la “iglesia vieja de Cancuc”, poquita cosa, la verdad. Bien es cierto que a la vista de los abundantes restos de muros que se aprecian, a ras del suelo y fuera de la iglesia, formando lo que podrán ser dependencias o habitáculos, sugiere también que aquello fue algo más que una simple iglesia, y que bien podría tratarse de un conjunto conventual. Doctores habrá en Chiapas que sabrán dilucidar esta cuestión y otras. Por lo demás, puede decirse que la obra es de grandes proporciones, quizá algo desproporcionada, robusta y con algunos adornos que rompen la monotonía en los alargados muros de su única nave, como por ejemplo los estucados que aún pueden verse, aunque muy difuminados, en el exterior e interior del templo. Llama la atención también un triángulo o frontón, decorado con rosetas y en cuyo interior puede verse una hornacina que debió alojar la imagen de un santo, todo ello sobre un vano arruinado que pudo ser entrada principal. Igualmente son de destacar los restos de arcos peraltados que se supone fueron parte de un ventanal de la iglesia.

A muy pocos metros de este convento, sobre atalaya encarada a una gran depresión  de los Altos de Chiapas, una placa de instalación reciente (agosto de 2012), en lengua nativa y en castellano, recuerda que en este montañoso lugar comenzó una de las sublevaciones más sonadas contra la colonia, la tzeltal de 1712. Pero esa es otra historia.


Mirador desde la iglesia de Cancuc.

Desde Burgos, con respeto y cariño al pueblo chiapaneco.



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