FOTOGRAFÍAS: Potro de herrar en Fuenteúrbel (Tomadas en noviembre de 2016)
¡Qué maravilla, un potro de herrar en una cueva!
Tiene su lógica, pues los herradores podían trabajar en días de lluvia sin
mojarse, y además la madera se conserva mejor. Las cuevas suelen tener
yacimientos arqueológicos, generalmente piezas de piedra o cerámica, algunas incluso grabados prehistóricos en sus paredes. Pero esta cueva tiene un yacimiento especial,
tiene una pieza arqueológica (¿alguien puede decir que no es una pieza
arqueológica?) singular y quizá única, ¡un potro de herrar, ahí es nada! Hoy
que tantos potros se hacen en los pueblos, como recordatorios de los viejos que
ya desaparecieron, relucientes, sin ninguna tara y para ningún uso, resulta sorprendente y entrañable ver uno auténtico, subterráneo y bien conservado como es este de Fuenteúrbel. Consérvese
la reliquia.
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