jueves, 25 de abril de 2019

UNA EXCURSIÓN POR TIERRAS DE PINARES (y III)

FOTOGRAFÍAS: Campanario de Rabanera. Ventana en Cabezón. Castillo en Hacinas (tomadas en abril de 2019). 

(…) Nos habíamos quedado en Navas del Pinar y sus cuentos, a punto de emprender el camino de vuelta a Burgos. Como aún quedaba mucha tarde y además la luz era generosa, decidimos continuar la rebusca en tantos pueblos como encontráramos en el camino. Primera parada, Rabanera del Pinar, lugar en el que solo su espectacular campanario rocoso parece haberse salvado de lo que fue el caserío antiguo, lo demás debe ser pura transformación a lo moderno. En 2008 descubrí esta sorprendente atalaya campanil, entonces un espacio vacío y sin protagonista; hoy, diez años más tarde, las campanas vuelven a ocupar su lugar y nada me hubiera gustado más que escuchar en la lejanía sus tañidos.


Un campanario rupestre en Rabanera del Pinar

Una atalaya campanil de fantasía 


Abandonamos Rabanera, y ya en carretera, cerca de La Gallega, mirando de reojo hacia el sur, sentí que me llegaba una luz de Peña Aguda, del sobrecogedor castillo roquero y lígneo que hace treinta años tantos motivos me dio para fantasear. Un poco más adelante, mirando hacia el norte, recordé a Peña Salgüero, paredón natural de ermitaños con sus variadas cruces rupestres, otro lugar que conocí y guardé en mi libreta del Burgos insólito.
Luego, tras no encontrar nada de lo que buscábamos en La Gallega, apareció Cabezón de la Sierra, lugar donde de nuevo se  avivarían los rescoldos de mi memoria. Se encargarían de ello una fuente capilleta con aguas mineromedicinales al pie del pueblo, una peña de eremitas altomedievales, escondida en la espesura y guardada por dos fantasmas en sus correspondientes sepulcros de roca, y una estación del tren Santander-Mediterráneo arruinada, una que conocí con Jefe y viajeros, tan desvencijada hoy que encoge el alma de los que tomaron los humos en sus vagones. Hitos, exploraciones pasadas que se agolparon en torbellino incontrolable en un paisaje de titanes de piedra.  


UNA VENTANA CON DOS GUERRAS


Escudriñamos cada rincón de Cabezón, y así pudimos dar con una ventana que no se distingue por su nobleza sino por su leyenda y signos grabados. En el dintel en sombra lleva las iniciales de su constructor EM, la fecha en que este la esculpió (1896), más las esculturas de una gallina y un toro, cuyo significado se nos escapa más allá de que represente una actividad campesina de su autor. Por su parte, los pies derechos tienen  grabadas tres rosetas hexapétalas y una cruz en cada una de ellos, signos protectores por excelencia que nos sugieren que los dueños de la casa pudieron ser un tanto precavidos, miedosos, religiosos y supersticiosos, algo normal por aquella época.
Su constructor, además de artista escultor (mírese también el precioso león central) debió ser igualmente una persona comprometida con su tiempo y con su nación, cómo si no explicar el texto que dejó grabado y que hoy nos causa perplejidad. Por la fecha grabada y la mención a dos guerras parecería que se estuviera haciendo alusión a los conflictos que acabaron con la pérdida de la colonias españolas, Cuba y Filipinas. Es una pena que por la sombra proyectada no alcancemos a leer de quién podría ser la traición.


Una ventana ilustrada en Cabezón de la Sierra





INSCRIPCIÓN

Viva España que Afligida
Se ve hoy con las dos Guerras
Pero no será Vencida
Si no hay traición por las po…[ilegible] (¿potencias?) 
LO HIZO SU DUEÑO EUSTAQUIO DE MIGUEL LACALLE
A V DE DICIEMBRE DEL AÑO DE
MDCCCXCVI





Burgos, tierra y tradición de castillos

Finalizamos la excursión en Hacinas, donde nos aguardaba una sorpresa mayúscula. Buscábamos signos y nos encontramos con un castillo nuevo que desconocíamos, obra del artista Carmelo Carneros Gutiérrez. Quién sabe si una a vez que el paso de los siglos haya hecho su labor de ennegrecimiento en sus muros los estudiosos del futuro no llegarán a confundir esta construcción con la de algún conde medieval, quién sabe.


Un trabajo de doce años

2 comentarios:

  1. Debe haber múltiples formas de narrar, tantas como escritores, nunca habrá dos iguales, pero trascender de esta forma, de lo escrito a la pura y viva realidad, y poder seguir tus andanzas como si fuésemos detrás, creo, que de esos autores hay pocos. Un saludo.

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  2. Gracias, Rosa. Lo escrito si ha sido vivido creo que tiene un valor.

    Saludos

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