FOTOGRAFÍAS: Campanario de Rabanera. Ventana en Cabezón. Castillo en Hacinas (tomadas en abril de 2019).
(…) Nos habíamos quedado en Navas del
Pinar y sus cuentos, a punto de emprender el camino de vuelta a Burgos.
Como aún quedaba mucha tarde y además la luz era generosa, decidimos continuar la
rebusca en tantos pueblos como encontráramos en el camino. Primera parada, Rabanera
del Pinar, lugar en el que solo su espectacular campanario rocoso parece
haberse salvado de lo que fue el caserío antiguo, lo demás debe ser pura transformación a lo
moderno. En 2008 descubrí esta sorprendente atalaya campanil, entonces un espacio vacío
y sin protagonista; hoy, diez años más tarde, las campanas vuelven a ocupar su
lugar y nada me hubiera gustado más que escuchar en la lejanía sus tañidos.
Un campanario rupestre en Rabanera del Pinar |
Una atalaya campanil de fantasía |
Abandonamos Rabanera, y ya en carretera, cerca
de La Gallega, mirando de reojo hacia el sur, sentí que me llegaba una luz de Peña Aguda,
del sobrecogedor castillo roquero y lígneo que hace treinta años tantos motivos
me dio para fantasear. Un poco más adelante, mirando hacia el norte, recordé a
Peña Salgüero, paredón natural de ermitaños con sus variadas cruces rupestres, otro
lugar que conocí y guardé en mi libreta del Burgos insólito.
Luego, tras no encontrar nada de lo
que buscábamos en La Gallega, apareció Cabezón
de la Sierra, lugar donde de nuevo se avivarían los rescoldos de mi memoria. Se encargarían de ello una fuente capilleta con
aguas mineromedicinales al pie del pueblo, una peña de eremitas altomedievales, escondida en la
espesura y guardada por dos fantasmas en sus correspondientes sepulcros de roca,
y una estación del tren Santander-Mediterráneo arruinada, una que conocí con
Jefe y viajeros, tan desvencijada hoy que encoge el alma de los que tomaron los
humos en sus vagones. Hitos, exploraciones pasadas que se agolparon en torbellino
incontrolable en un paisaje de titanes de piedra.
UNA VENTANA CON DOS GUERRAS
Escudriñamos cada rincón de Cabezón, y
así pudimos dar con una ventana que no se distingue por su nobleza sino por su
leyenda y signos grabados. En el dintel en sombra lleva las iniciales de su constructor
EM, la fecha en que este la esculpió (1896), más las esculturas de una gallina
y un toro, cuyo significado se nos escapa más allá de que represente una
actividad campesina de su autor. Por su parte, los pies derechos tienen grabadas tres rosetas hexapétalas y una cruz
en cada una de ellos, signos protectores por excelencia que nos sugieren que
los dueños de la casa pudieron ser un tanto precavidos, miedosos, religiosos y
supersticiosos, algo normal por aquella época.
Su constructor, además de artista
escultor (mírese también el precioso león central) debió ser igualmente una
persona comprometida con su tiempo y con su nación, cómo si no explicar el texto
que dejó grabado y que hoy nos causa perplejidad. Por la fecha grabada y la mención
a dos guerras parecería que se estuviera haciendo alusión a los conflictos que
acabaron con la pérdida de la colonias españolas, Cuba y Filipinas. Es una pena
que por la sombra proyectada no alcancemos a leer de quién podría ser la
traición.
Una ventana ilustrada en Cabezón de la Sierra |
INSCRIPCIÓN
Viva España que Afligida
Se ve hoy con las dos Guerras
Pero no será Vencida
Si no hay traición por las po…[ilegible] (¿potencias?)
LO HIZO SU DUEÑO EUSTAQUIO DE MIGUEL LACALLE
A V DE DICIEMBRE DEL AÑO DE
MDCCCXCVI
Burgos, tierra y tradición de castillos |
Finalizamos la excursión en Hacinas, donde nos aguardaba una sorpresa mayúscula. Buscábamos signos y nos encontramos con un castillo nuevo que desconocíamos, obra del artista Carmelo Carneros Gutiérrez. Quién sabe si una a vez que el paso de los siglos haya hecho su labor de ennegrecimiento en sus muros los estudiosos del futuro no llegarán a confundir esta construcción con la de algún conde medieval, quién sabe.
Un trabajo de doce años |
Debe haber múltiples formas de narrar, tantas como escritores, nunca habrá dos iguales, pero trascender de esta forma, de lo escrito a la pura y viva realidad, y poder seguir tus andanzas como si fuésemos detrás, creo, que de esos autores hay pocos. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Rosa. Lo escrito si ha sido vivido creo que tiene un valor.
ResponderEliminarSaludos