Fuego hipnotizador, noche de móviles |
Un fuego con 65 años de antigüedad en una noche mágica. Hubo un tiempo en el que las hogueras, como los amaneceres sanjuaneros, tenían algo de inocente, de tradición de la buena, de autenticidad, y desde luego de mágicas. Hace mucho que no asistía a una de ellas (la última en Ubierna hace veinte años). Ya por entonces aprecié que nada se parecía a los testimonios que me trasmitieron los mayores de los pueblos. Hoy, en esta que presencié en el Barrio de San Juan Bautista (antes Barriada Yagüe), las hipnotizadoras llamas no me impidieron sustraerme del fenómeno social, de los miles de personas que rodearon el fuego (la mayoría jóvenes con sus bolsas de botellón, muchos sentados en el suelo en corros picoteando en sus móviles y ajenos a las llamas). Signo de los tiempos, sin duda, botellón y móviles.
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