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Rosetas, sol y luna en portada de la iglesia de La Parte |
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El sol y la luna en portada de Mansilla |
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El sol de Mansilla se hace el dormido,
aunque entreabre los ojos... |
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... para mirar a su Luna despierta |
FOTOGRAFÍAS: Iglesias de La Parte y Mansilla (2019). Convento de Villanueva de los Infantes (2020).
Una vez encontré un pez grabado en un
eremitorio rupestre de la Sierra burgalesa, de eso hace una era geológica. El
pez estaba muy desdibujado por la erosión, pues se encontraba en roca madre y al
aire libre y habían pasado muchos siglos desde que en época premedieval fuera
grabado. Pero se apreciaba que era un pez, un pez que entre los viejos
cristianos venía a representar a Jesucristo. Aquel descubrimiento fue mi primer
encuentro de importancia con la iconografía cristiana, y ha tenido que pasar mucho tiempo para que de
nuevo hoy ese universo de los símbolos se haya colado en mi aventura de conocer
la provincia de Burgos. Como sabéis los amigos que seguís estas Memorias, desde
algunos años ando ocupado en seguir la pista de la roseta de seis pétalos,
recogiendo y catalogando sus manifestaciones por los pueblos aquí y allá, tanto
las representadas en las casas como en las iglesias y otros edificios. Y si os
digo la verdad, el tema da tanto de sí, y tiene tantas aristas, que me resulta casi
inabarcable. Pero en fin, ahí ando, perdido en el berenjenal de los símbolos,
de pueblo en pueblo, de iglesia en iglesia, tratando de conocer mejor cómo
fuimos y en lo que creímos. Que es así como, en ese seguimiento de la hexafolia,
por caminos que nunca soñé, llegué a encontrarme con otras representaciones que
llamaron mucho mi atención, entre ellas el sol y luna, que es como decir el día
y la noche, casi siempre compañeros de viaje de las rosetas. Hoy, queridos y
curiosos amigos, os traigo representaciones de tan significativos astros hechos
piedra correspondientes a las iglesias de La Parte (Hormazas) y Mansilla, más
otra de regalo que una amiga me han enviado de un lugar tan lejano a Burgos
como Villanueva de los Infantes. A mí me tienen maravillado, no sé a vosotros.
Y aún más que las figuras, su simbolismo en la iconografía cristiana.
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El sol y la luna en un convento de Villanueva de los Infantes |
Y será gracias a que estás perdido, y lo comprendo, el que un símbolo acabe llevándote a otro y a otro más, porque pudiera ser que todos estén estrechamente relacionados, como si los canteros llevasen consigo un amplio muestrario y según que lugar, según qué gentes, así sean grabados para la posteridad. Sol y luna, principio y fin, lo pagano junto a lo cristiano, o vete a saber, si difícil es el ámbito de la roseta, el de estas representaciones que surgen en el siglo VI lo sean mucho más. Pero aquí, por suerte para los que te seguimos, aun te queda mucho mas que mostrarnos.
ResponderEliminarGracias, Egeria, empedernida viajera, por tu comentario, como siempre tan atinado.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Me viene a la cabeza la representación de Luna y Sol en una iglesia muy antigua, probablemente visigoda, la de Quintanilla de las Viñas. Es curioso que se represente a la primera con forma de hombre y al segundo de mujer (en las lenguas germánicas el género de ambos es el contrario al que tenemos en castellano). Te/os dejo un enlace que he encontrado en la red sobre esta joya románica donde se dicen cosillas interesante y aparecen fotos de los relieves: https://m.arteguias.com/ermita/quintanilladelasvinas.htm
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario.
ResponderEliminarUn saludo