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Un escudo y dos medallones bajo el guardapolvo. |
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La chica |
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El chico |
FOTOGRAFÍAS: Escudo y medallones en Villadiego (Tomadas en 2011)
Rebuscando
ventanas singulares por la provincia de Burgos, hace tiempo que me salió al
paso una en Villadiego ciertamente notable. Pero no por la ventana en sí, que
parece bastante moderna y simple, sin adornos ni antigüedad histórica, sino por
lo que hay debajo de ella, un precioso escudo, con armas para mí desconocidas,
y dos medallones renacentistas, uno a cada lado, con bustos de dos jóvenes, a
mi entender un hombre y una mujer. El adorno retrato es de los que hacen pensar
y animan a investigar. Y lo primero que se le puede ocurrir al investigador
curioso que se decida a hacerlo es que no parece que el bloque esculpido que
los contiene corresponda al edificio actual, sin duda remozado, sino, más bien,
a otro más antiguo y seguramente desaparecido, tal vez una casona del siglo XVI.
Sin desdeñar la importancia de la heráldica
que se cobija bajo el guardapolvo, que la tiene, y mucha, lo que más pueda atraer
a quien intente la investigación serán los jóvenes de los dos medallones. ¿Qué
se esconde detrás de estos dos chicos con atuendo renacentista y rostro triste?
Primero, ¿son un hombre y una mujer? Esto se presta a la duda, aunque parece
que así sea dado la larga cabellera de uno de ellos y la invisible del otro.
¿Fueron quizá matrimonio y señores de una casa solariega o palacio que quisieron
inmortalizarse en retratos de piedra al fundar dicha casa? ¿Fueron, tal vez, dos
hermanos desaparecidos prematuramente y cuyos afligidos padres quisieron mitigar
su dolor honrando así su memoria? Son preguntas para las que aún no tengo respuesta.
Habrá muchas explicaciones, solo una buena pero todas las que uno quiera imaginar.
Pero sin base documental alguna, me vais permitir, queridos amigos y seguidores
de este Cajón de Sastre, que siga con la ficción. Así, sin una mínima
investigación por mi parte, me gustaría pensar que fueron dos jóvenes que se
amaron mucho, que murieron en la hoguera de la incomprensión y de la intolerancia,
sin que sus padres aceptaran su relación, que estos se arrepintieron después y
decidieron tras la muerte auto infligida de los enamorados perpetuar su amor y
recuerdo en sendos medallones, en la entrada o fachada principal de su casa. ¿Estaríamos, de este modo, ante el nacimiento de una nueva leyenda, la de los Amantes de Villadiego?
Romanticismo. ¿Qué les ocurrió a estos muchachos de cara triste?
Y si todo tuviera que ver con la expresión “ tomar las de Villadiego” citada en “La Celestina “? Entonces los jóvenes serían Calixto y Melibea. Un aire clásico tiene el escudo, con ese torso romano. Quien lo mandó hacer debió ser alguien muy culto
ResponderEliminarEs mi opinión
Gracias por entretenernos y por el aprendizaje
Un saludo
Un culto comentario que agradezco mucho.
ResponderEliminarSaludos