martes, 21 de julio de 2009

CASAS NOTABLES DE BURGOS (I)



UNA ALINEACIÓN CON PROBLEMAS

Historia inédita del edificio del hotel Norte y Londres


Diario 16 Burgos, 28 noviembre 1993

A punto estuvo la calle Laín Calvo, en Burgos, de tener una embocadura angosta, tanto que no se hubiera parecido en nada a la que ahora tiene, bien amplia por cierto.
Durante casi dos años (1862-1864), el Ayuntamiento Constitucional de la ciudad mantuvo una reñida pugna con la condesa viuda de Bornos, a través de su apoderado Modesto López de la Riva, por insistir la nobiliaria dama, afincada en Madrid, en levantar un edificio sobre el solar que se liberó después de que una casa torre, también de su propiedad, se arruinara hacia la mitad del siglo pasado (XIX) en la Plazuela de la Audiencia, actualmente nº 1 de la plaza de Alonso Martínez. El Ayuntamiento, por aquel entonces contrario ya al desarrollo espontáneo de la ciudad, con buena lógica y mirando por la conveniencia el ornato público y la mejor circulación de personas y carruajes, “así como la mayor ventilación de la calle más larga y concurrida de la ciudad”, defendió a través de su Comisión de Obras, con uñas y dientes, que la nueva casa que se pretendía “con un ángulo extraordinario”, se ajustara a la línea recta que marcaban las casas que ya estaban de Primitivo Navaes y Jalón (las que comienzan en la calle del Arco del Pilar) y que en aquel momento llegaban hasta cerca del establecimiento EL Castellano.
Por su parte, la mencionada condesa, aferrándose a unas “líneas acordadas”, en un pleno de 1850, de reñida votación, pretendía irrumpir, según planos que se adjuntaban en la solicitud de la licencia de obras, hasta prácticamente la mitad de la anchura que ahora tiene la calle. A lo que, de haberse llevado acabo, hubiera provocado, según la sensata Comisión de Obras, “las murmuraciones de todos cuantos nacionales y extranjeros repararan en semejante deformidad” (Archivo Municipal)
Afortunadamente, y después de que incluso fuera solicitada la mediación del Gobernador Civil de la provincia, debió prevalecer el buen juicio del Ayuntamiento Constitucional, porque ya en el último cuarto del siglo XIX la casa, una de las más bellas de Burgos, estaba levantada y destinada a sucursal del banco de España. Algo más tarde y luego de que esta oficina bancaria fuera trasladada al paseo de La Isla, el precioso edificio se convirtió en el actual hotel Norte y Londres, a cuyo dueños, Máximo y Germán Manzanedo, el Ayuntamiento concede en 1910 licencia para colocar un rótulo de bronce y una marquesina en la puerta principal de la casa.

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