Maximiano , uno de los esforzados de la pica, posa junto al monumento de Cubillo del Campo. |
Cantera de Las Cabras, donde sacaron piedra Maximiano y sus hermanos.. |
FOTOGRAFÍAS: Monumentos de Cubillo del Campo y Hontoria de la Cantera. Cantera de las Cabras (Tomadas en febrero de 2013).
Su tatarabuelo fue
cantero; su abuelo fue cantero; su padre fue cantero; él y sus cuatro hermanos
ejercieron como canteros. De más atrás no tenemos hoy testimonio oral. Todos
trabajaron en las canteras de Cubillo del Campo..., ¡huy, perdón!, quise decir
en las canteras de Cubillo del Campo-Hontoria de la Cantera, que las
sensibilidades están a flor de piel en cuestión de denominación de origen de la
piedra y sobre la pertenencia de los montes donde se ubican minas y bocarones.
Maximiano del Pino es uno de los pocos canteros vivientes, de los históricos,
que hoy podemos encontrar en Cubillo, un pueblo en el que la mayoría de sus
vecinos, a lo largo de los siglos, se emplearon en la extracción de la piedra
llamada de Hontoria. Sí, esa piedra blanca con la que fueron construidos todos
los edificios más notables de Burgos, incluida la Catedral. Maximiano, con sus
82 años, es testigo vivo de cuando en los montes de las canteras sonaban las
picas por cualquier escondido rincón del encinar.
MISA EN LA CANTERA DEL POLVORÍN
Ya de muy niño tuvo sus primeros
contactos con los huecos abiertos al monte, eso era cuando los domingos asistía
a la misa que se celebraba en las profundidades de la cantera El Polvorín para
los presos republicanos que, durante la guerra, estuvieron trabajando en la
construcción de la carretera de Tornadijo y en labores para habilitar las
viejas canteras como polvorines: “Allí hicieron como unas habitaciones para los
presos y allí estuvieron refugiaos. Nosotros íbamos de chavales a la
cantera, porque les decían misa a los presos; tenían un cura y decían una misa,
nos juntábamos cinco o seis, y cuando se nos antojaba, decíamos: oye, ¿vamos a
misa al Polvorín, que a las doce van a decir misa a los presos? Eso era en la
cantera de abajo, que allí descargaban las bombas [pues] tenían una plazuela y
podían dar vuelta los camiones”. Al poco de aquello ya tuvo que ir con su padre
a la piedra, y a partir de los 15 años se dedicó de lleno a este laboreo
formando cuadrilla con sus hermanos durante muchos años. Las cuadrillas salían
a las nueve de la mañana hacia el monte y ya no volvían a Cubillo hasta caer la
noche, con las narices colmatadas por el humo de los candiles. Unas se dirigían
hacia las canteras del Polvorín, otras a La Alta, otras a La Hundida, y
Maximiano y sus hermanos a las de Las Cabras, las más alejadas, al pie del que
ahora llaman El Camino del Cid. Las mujeres, hijas y esposas, subían al
mediodía, en solitario o en cuadrilla, monte a través o por caminos de
carretas, a llevar la comida a maridos y hermanos: “Salías a las doce y media
de la escuela y a la una o una y media tenías que estar allí”, cuenta la mujer
del cantero. Con sus pucheros de cocido, colaboraban de esta manera en la
economía que llegaba del pedregal.
En las profundidades de la cantera decían misa a los presos. El cura se ponía arriba, los presos, abajo. |
DOS MONUMENTOS A LOS CANTEROS
Maximiano del Pino puede impartir, a quien tenga curiosidad y se lo pregunte, lección magistral de cómo se llevaba a cabo la extracción de la piedra. Pero para esta cuestión, desde 2003 existe en Cubillo del Campo un monumento al cantero, sumamente didáctico, en el que se puede ver con nitidez la técnica empleada. Se trata de un conjunto escultórico, hiperrealista, con la figura de un cantero arrodillado y trabajando sobre un bloque de piedra semejante a los que sacaban en el pasado Maximiano y sus hermanos, y todos los canteros de Cubillo-Hontoria (entonces, con las picas, sacaban un bloque a la semana, a lo sumo, dos, y ahora, con las máquinas modernas, sacan dos o tres en un día). Y es el de Cubillo un monumento que ya tiene su réplica en Hontoria, donde recientemente ha sido instalado otro conjunto escultórico de la misma temática, algo más abstracto, si se me permite la expresión. Ambos homenajes artísticos dan a entender una clara competición de los dos pueblos y que uno y otro pretenden defender su protagonismo en la historia de las canteras, y en lo que pueda devenir a través de ellas.
Maximiano del Pino puede impartir, a quien tenga curiosidad y se lo pregunte, lección magistral de cómo se llevaba a cabo la extracción de la piedra. Pero para esta cuestión, desde 2003 existe en Cubillo del Campo un monumento al cantero, sumamente didáctico, en el que se puede ver con nitidez la técnica empleada. Se trata de un conjunto escultórico, hiperrealista, con la figura de un cantero arrodillado y trabajando sobre un bloque de piedra semejante a los que sacaban en el pasado Maximiano y sus hermanos, y todos los canteros de Cubillo-Hontoria (entonces, con las picas, sacaban un bloque a la semana, a lo sumo, dos, y ahora, con las máquinas modernas, sacan dos o tres en un día). Y es el de Cubillo un monumento que ya tiene su réplica en Hontoria, donde recientemente ha sido instalado otro conjunto escultórico de la misma temática, algo más abstracto, si se me permite la expresión. Ambos homenajes artísticos dan a entender una clara competición de los dos pueblos y que uno y otro pretenden defender su protagonismo en la historia de las canteras, y en lo que pueda devenir a través de ellas.
Maximiano y monumento al cantero en Cubillo del Campo. |
Pica, cuñas y candil. |
Hierro y piedra. Monumento al cantero en Hontoria de la Cantera. |
Conjunto escultórico en Hontoria de la Cantera. |
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