Estela funeraria romana procedente de Nova Augusta (Tomada en 2019) |
sábado, 28 de diciembre de 2019
martes, 10 de diciembre de 2019
PERFORMANCE EN VILLANUEVA SOPORTILLA
"Floren y Mariano", regresaron de su más allá a la que fue su casa |
FOTOGRAFÍAS:
Casas de Villanueva Soportilla (diciembre 2019)
De un tiempo
a esta parte vengo observando que en los pueblos han surgido de la nada gran
número de artistas populares, y que,
desarrollando sus aptitudes, han cubierto con sus brochas y pinceles fachadas de casas, medianeras, tapiales y cualquier lienzo libre al que han tenido acceso. Estas obras de arte menor, si es que así se le podría llamar, casi siempre alusivas a la vida tradicional de los antepasados más cercanos, qué queréis que os diga, queridos amigos de este Cajón de Sastre, a mí me parece que desvirtúan el carácter rural que se intenta recuperar. Los colores chillones que por lo general se utilizan, rompen, en mi opinión, la armonía y sobriedad que siempre caracterizó a nuestro medio rural. Así, os diré (en voz baja para que nadie me oiga), que personalmente prefiero una pared roja de adobe que una escena de trilla pintada con estridentes colores.
Todo esto viene a cuento de que, recientemente y quizá en contraposición a lo anterior, pude ver una iniciativa artística que me llamó gratamente la atención. Me refiero a una performance que en Villanueva Soportilla han llevado a cabo sus vecinos, instalando grandes fotografías en las fachadas de las casas con los habitantes que las ocuparon y que les precedieron, todas con sus nombres. Hay algo en ello que va más allá del arte especulativo, pues enraíza con lo más profundamente humano de las cosas. Tiene la ventaja, además, de que la obra puede ser descolgada, en cualquier momento y sin daños colaterales, al contrario que las citadas pinturas, que con el paso de no mucho tiempo han de convertirse en pálidos y desgarbados jirones. Pero lo más importante y lo que da más interés a la instalación performativa de Villanueva Soportilla, es que los vecinos que quedan en el pueblo, posiblemente pocos, seguirán viendo la imagen de aquellos de los que aún recuerdan su calor, que es como decir que su eco ha regresado y que todavía están con ellos. Y si no esto último, al menos es un homenaje a su memoria, que no es poco.
"La señora Epi" sobre el rosal que tantas veces regó |
"Rosario y Nato". Por esta puerta entraron en años, tras esa ventana soñaron futuros halagüeños |
martes, 3 de diciembre de 2019
MAZUECO, UN DOCUMENTO ESCRITO EN PIEDRA
Documento del siglo XVIII grabado en piedra |
FOTOGRAFÍAS: Dintel en Mazueco (Tomadas en noviembre de 2019)
Podría haber sido un documento
encontrado en cualquier archivo municipal, en este caso de Mazueco de Lara (si lo
tuviera). Pero no, el documento que hoy traigo aquí no es el producido por un funcionario-escribano
de papel ni de los que se guardan en el
arca de tres llaves, sino uno escrito por algún cantero. La historia de los pueblos, o por mejor decir,
parte de la historia de los pueblos, a veces podemos encontrarla escrita en
piedra y a la vista de todos sin remontarnos a épocas demasiado lejanas.
Ejemplo de ello es esta leyenda en el dintel de una casa de dicho pueblo, en el
que algún cantero de buena letra, además de labrar el rojo dintel, escribió
(grabó) un texto-documento, bendecido por una cruz de original diseño, igualmente incisa, por el
cual podemos ver que dos vecinos del mismo lugar donaron el edificio para que
sirviera de Casa de Concejo, con ciertas condiciones. Pero más que lo que
aporta el documento en sí, que no es una cosa banal para la historia de Mazueco,
interesa o llama la atención la paciencia del escribano-cantero que lo grabó.
Porque, queridos amigos de este Cajón de Sastre, convendréis conmigo en que tan
larga inscripción debió llevar su tiempo en hacerse. Las letras, mayúsculas,
están hechas con tan notable esmero que parecen de molde, y su tipo parece
corresponder al que estaba en uso en el siglo XVIII. Otra curiosidad de la
grabación es que en la parte escondida del dintel, en el canto bajo, continúa
el texto, pero muy deteriorado y ya solo para señalar el año en que fue escrito,
17¿?; claramente se ve que el cantero no midió bien lo que ocuparía el
documento al iniciarlo.
En fin, otra curiosidad más de
nuestros pueblos, de las que tanto abundan y de las que podemos disfrutar si
los visitamos con la calma debida.
TEXTO ESCRITO EN EL FRENTE DEL DINTEL
JESUS MARIA I JOSE
ESTA CASA EDIFICARON AGUSTIN ARRIBAS
I MARIA QUBILLO PARA
EL CONCEIO CON LA CAR-
GA I OBLIGACION EL COCEIO DE PAGAR TRES REA-
LES EN CADA UN AÑO DE
MEMORIA POR UNA MISA QUE
CELEBRARAN LOS CURAS DE ESTE LUGAR DE MAZUECO
sábado, 30 de noviembre de 2019
TAL COMO ÉRAMOS (V)
Entre Tobalina y San Zadornil se interpone la sierra de Árcena. Las cerezas tobalinesas remontaban esta gran barrera. |
Desfiladero del río Purón cerca de Herrán. Por este angosto lugar pasaron los borricos cargados de cerezas de Tobalina rumbo a San Millán de San Zadornil |
FOTOGRAFÍAS: Desfiladero del río Purón (2011). Esgrimistas de Escalada (2015)
CEREZAS DE TOBALINA
“Escriben del valle de Tobalina, que es tal
este año la abundancia de cerezas que creyeron tener que dejarlas en los
árboles por falta de tiempo para
cogerlas, y más aún por falta de compradores; para un fabricante inglés, D. Pablo Porres, almacenista de Bilbao, ha hecho de esta fruta una exposición nunca vista.
Entre el sábado y domingo pasados,
pusieron los tobalineses en el pueblo de San Millán de San Zadornil, mil ochocientas
arrobas de cerezas, conducidas en borricos por la casi intransitable cuesta de Herrán. Desde San Millán son conducidas en cubas
destinadas a Amurrio, en donde el comprador tiene una fábrica de licores”.
La Fidelidad Castellana
Breve de 19 de julio de 1888
SEXO DÉBIL Y HOMBRES DE PELO EN PECHO
“Esta mañana dos mujeres de las
que se dedican a la rebusca de huesos se prodigaron tales piropos que hubieran
ruborizado a un tambor mayor, si el rubor existiera en estos tiempos.
De los dichos pasaron a los
hechos recibiendo una de las contendientes una herida en un ojo.
Un día las lecheras, otro las
mozas de cántaro, otro u otros las que
pelan la pava con los Martes en el río al son de la maza.
Señoras beligerantes, acuérdense que
pertenecen al sexo débil, y dejen esos humos para los hombres de pelo en pecho
o allá para los representantes de Huelva, cuyos Humos de Huelva se van haciendo tristemente
célebres [El Año de los Tiros. De aquella huelga se dice que fue el "primer movimiento ecologista en el mundo"]”.
La Fidelidad Castellana
Breve de 8 de febrero de 1888
DUELISTAS
“A medida que decrecen las creencias religiosas
aumenta la criminalidad, notándose especialmente en el número de suicidas y
duelistas que van considerándose ambos crímenes como moneda corriente; a lo
cual contribuye en gran manera la impunidad en que suelen quedar estos delitos,
principalmente entre las personas que se tienen por de alta aristocracia, dando
motivo a que se generalice hasta en las clases inferiores”.
La Fidelidad Castellana
Breve de 25 de febrero de 1888
Duelo de esgrima en Escalada (pintura del siglo XVIII) |
jueves, 7 de noviembre de 2019
LA BALLENA DE CANTABRANA
FOTOGRAFÍA: Dintel en casa de Cantabrana (Tomada en 2010)
Entre los numerosos dinteles que se
pueden ver en Cantabrana, todos ellos historiados con rosetas de seis pétalos, cruces y fechas
de construcción de las casas, hay uno que sorprende por su originalidad. Llama la atención en él una figura aparentemente monstruosa, aunque si
nos fijamos bien veremos que de monstruosa tiene poco, porque en realidad debe
tratarse de una ballena, una ballena original, pero ballena; quizá sean los
brazos humanos que salen de su cuerpo, uno de ellos mostrando los dedos de la
mano, los que le dan esa apariencia. Pero
entonces…, ¿se trata de una ballena nadando al estilo Crol? Qué va, y perdón por la broma. Después de
mucho observarla uno se da cuenta de que, en efecto, dicho brazo, así como el
otro opuesto, al que no se le distingue bien, deben pertenecer al profeta Jonás
en el momento en que empieza a ser vomitado por el gran pez que se lo tragó.
Una original escultura, sin duda, que parece más propia del Arte Románico que
del siglo XVIII, momento en el que debió labrarse este dintel, al igual que
todos los demás de Cantabrana. Todo tendría su explicación si nos atuviéramos a
la iconografía cristiana representada en dicho conjunto, donde la roseta de seis
pétalos es alusiva a Cristo, la cruz a su Martirio y la ballena a su
Resurrección.
PD: Por lo demás, me toca pediros perdón, queridos amigos de este Cajón
de Sastre, por mis largas ausencias. Pero, como os dije en su
día, ando enfrascado con la roseta hexapétala y ya no veo otra cosa que no tenga que ver con ella. Llegado el momento
sabréis más sobre mis andanzas por la provincia en busca de este símbolo que
tanto significó para generaciones de burgaleses.
jueves, 17 de octubre de 2019
NAUFRAGIO EN ROZAS
Surgió de entre las nieblas del revoco... |
...y naufragó entre las nieblas del olvido |
FOTOGRAFÍAS: Iglesia de Rozas (Tomadas en 2011 y 2019)
¿Qué fue de aquel barco de velas que surgió entre
los desconchados de la iglesia de Rozas? Lo avistamos una mañana de bruma mientras
navegábamos por las procelosas ruinas y anotamos su presencia en nuestra bitácora.
Seguro que lo recordáis, queridos amigos marineros, fue hace ocho años. ¿Qué fue
de él? ¿Se lo llevó una tempestad al fondo del océano para siempre? Hemos vuelto a navegar por al mar del olvido por si de nuevo hubiera emergido, al igual que lo hiciera el holandés errante, y apenas hemos adivinado las velas, la niebla
de las tormentosas ruinas debieron devorarlas. Una pena, compañeros marineros,
el Barco de Rozas, que tantos mares surcó, vino a vararse a este lugar desolado donde nadie quiso reparar sus desperfectos. Mal puerto escogiste, Barco de Rozas,
para descansar de tus travesías.
domingo, 29 de septiembre de 2019
8ª EXPOSICIÓN DE TRACTORES ANTIGUOS EN LECHEDO, (ÉXITO DE PÚBLICO, FRACASO DE IMPLICACIÓN INSTITUCIONAL)
Las máquinas llegan de muchas partes Hay alemanas, de EE.UU, inglesas, polacas, belgas... |
Uno de los dinosaurios mecánicos que se pueden ver |
Los distintos carteles de la exposición, uno por cada año |
FOTOGRAFÍAS: Máquinas de otros tiempos en Lechedo de Cuesta Urrria (28 setiembre 2019)
Un año más, ¡y van ocho!, ha tenido
lugar este fin de semana en Lechedo de Cuesta Urria la impresionante muestra (probablemente
la mayor muestra de este tipo en España) de viejos tractores y otras máquinas
de arrastre agrícolas, procedentes de distintas partes del mundo y de
diferentes épocas. Cada año tiene más aceptación y son miles de personas las
que, llegadas de distintos lugares de España, se han dado cita este año para
admirarla y disfrutar del arranque de motores con fuego de estos dinosaurios
mecánicos. José Luis Ortíz, alma
organizadora y mecenas apasionado de este sensacional evento, está satisfecho por la
acogida del público, y disfruta viendo como este disfruta, pero se duele por la
falta la implicación y colaboración de las instituciones tanto regionales como
provinciales, que para nada, ninguno de sus representantes, ni siquiera para
visitar la muestra, han aparecido por ella en las que ya se han celebrado. Es
una vergüenza para todos que, pudiendo ser una magna muestra con carácter
nacional o incluso internacional, no tenga ningún apoyo ni reconocimiento institucional.
lunes, 16 de septiembre de 2019
UN EMPERADOR EN EL PÁRAMO
FOTOGRAFÍA: Carteles en el castro de La Polera
Cualquier
lugar es bueno para anunciar la ruta de Carlos V recientemente creada. Puede indicarse
incluso desde una necrópolis de la Edad del Hierro en un desolado páramo. En “Los
Cenizales”, del castro de “La Polera” en Ubierna, me sorprendieron ayer estos
carteles. Me pareció curioso ver el rostro del emperador publicitándose sobre
la memoria enterrada de los pobladores de dicho castro. Y es que, como bien es
sabido, todos los caminos conducen a Roma.
lunes, 26 de agosto de 2019
LA MAGIA DEL SOL QUE APARECE
Expectación ante el gran momento |
FOTOGRAFÍAS: Salida del sol desde Peña Monte (Peñahorada, 6/8/19)
Todavía es de noche. De nuevo he subido a
la peña de mi pueblo adoptivo para ver salir el sol. En esta ocasión agosteña no
he visto los cuchillos de la Rueda de la Fortuna, o de Santa Catalina, dando vueltas sobre las
cumbres de los Montes Obarenes, ese fenómeno popular ocurre solo en la mañana
de San Juan, cuando la zorra madruga y merodea por caminos y gallineros.
Pero os aseguro, queridos amigos de este
Cajón de Sastre, que tan espectacular y mágica es una salida del sol de agosto como la de San Juan. Esos momentos de
espera hasta que el rey sol nace y aparece, cuando las nieblas de la
noche aún duermen en las vallejadas, y
cuando se confunden y funden el amanecer de tonos grises con los primeros y
tímidos rojos violetados, son algo para el éxtasis. Comprobadlo vosotros mismos
algún día, amigos del escalofrío, solo tenéis que madrugar un poquito y subir a
Peña Monte, la de Peñahorada. Aplaudiréis, seguro.
Ya asoma por los Obarenes |
El arte de lo mágico |
lunes, 12 de agosto de 2019
LA ROSETA HEXAPÉTALA MÁS GRANDE
FOTOGRAFÍA: Tomada en junio de 2019.
No por ser la de mayor tamaño esta
roseta hexafolia ha de tener mayor simbolismo. En realidad, debe tener el mismo
que cualquiera de las más pequeñas que vemos en distintos ámbitos, bien sea en
edificios civiles o religiosos. La roseta de la que ahora os hablo, construida con
cantos en el umbral de una iglesia de Merindades, e inscrita dentro de
una circunferencia de dos metros de diámetro, es una rareza no solo por su gran
tamaño, sino porque es la primera que hallamos realizada en el suelo y que no
necesitó del concurso de ningún escultor o entallador de piedra. Dejando a un
lado las que con gran profusión vemos en dinteles de portadas y ventanas de casas
y casonas del medio rural, en las iglesias es fácil encontrarlas en claves de
bóvedas de crucería, del renacimiento y aún más modernas, así como también en los
muros exteriores, dispuestas según costumbre en distintas épocas y sitios
(frisos, cimacios, pilastras…, por no hablar del arte mobiliario), pero nunca habíamos
visto ninguna plasmada en el suelo exterior de un templo. Quiero compartir con
vosotros, queridos amigos de este Cajón de Sastre, esta maravillosa rareza del
simbolismo cristiano, para que la disfrutéis como ya la estoy disfrutando, pero
perdonadme que, por razones que no se os escaparán, no diga aquí y ahora en qué lugar de Las Merindades se encuentra. Quizá algún día, cuando esté suficientemente protegida y hayamos finalizado el gran corpus de las rosetas burgalesas …
sábado, 20 de julio de 2019
DETRÁS DEL BOCALLAVE
FOTOGRAFÍAS: Bocallave en iglesia de la Merindad de Sotoscueva (en junio de 2019)
Seguramente
a más de uno de vosotros, queridos amigos de este Cajón de Sastre, os habrá pasado
que al querer visitar una iglesia y encontraros sin la posibilidad de hacerlo, porque
no es día de visita o porque no está el vecino o la vecina que tiene la llave y
la enseña, o porque el cura ha dado órdenes tajantes de que nadie sin su
permiso pueda visitarla, os habréis asomado por el bocallave para por lo menos
ver algo de su interior. En lo que a mí respecta, muchas veces lo he hecho, pero
si queréis que os diga la verdad, siempre con miedo de que alguien desde dentro
me hiera el ojo indefenso con una larga aguja o cualquier otro objeto punzante.
Una tontería, lo sé, pero siempre lo pienso al curiosear por el ojo de la
cerradura de un antiguo edificio. Viene esto a cuento porque en mi reciente
visita a una iglesia de la Merindad de Sotoscueva me llamó la atención su
artístico y antiguo bocallave. Tomé las consabidas fotografías, para incluirlas
en la amplia colección de estos elementos que a lo largo del tiempo he podido
reunir, y ahí quedó la cosa, un ojo de cerradura más, una fotografía más, nada
anormal vi aquel día y en aquel momento. Pero he aquí que, al descargar las
fotografías en la computadora, algo llamó mi atención, algo que estaba en el
fondo del ojo y que aquel día no vi. Y no os lo perdáis, amigos míos, lo que
allí vi era algo parecido a una figura fantasmal. Amplié la fotografía hasta conseguir
ver el “objeto” con mayor definición y, en efecto, se trataba de una figura con apariencia de mujer, algo espectral, una especie de cara de Bélmez con la
boca abierta hasta el infinito, tal que el grito de Munch, como pidiendo auxilio. ¿Pero qué clase de broma
era aquella? Yo no es que sea supersticioso o que crea en apariciones, pero desde
que vi esta imagen no paro de pensar en ella. Tendré que volver para comprobar lo
que al otro lado de la cerradura puede haber. ¿Os he despertado la curiosidad? Os dejo una
fotografía para que vosotros mismos saquéis conclusiones.
lunes, 15 de julio de 2019
¡DIEZ AÑOS, SEISCIENTAS ENTRADAS!
CON AGRADECIMIENTO
¡Ah,
parece que fue ayer cuando iniciamos este viaje alrededor de Burgos, a cuyo fin
todavía no hemos llegado! Ha pasado una década de piedra, de historia y de
historias, y aún quedan por descubrir o conocer intrahistorias, porque el
suspiro y respiro de nuestra tierra y nuestra gente es inagotable. Qué lejos
queda aquella primera entrada de un día de julio de 2009, cuando nos referíamos
a un frustrado puente vecchio decimonónico sobre el Arlanzón. Fue
nuestro bautismo bloguero, nuestro encuentro con un mundo desconocido del cual
desconfiábamos. Y desde entonces nos hemos ido encontrando aquí, queridos
amigos de este Cajón de Sastre, cada vez que algo nuevo y reseñable nos salía al paso. Nada menos que seiscientas entradas llenas de curiosidades, de
lamentos, de alegrías y agradecimientos,
que de todo hay en ellas. Hoy, al recordar la aventura del trayecto, es
mi deseo daros las gracias por vuestra estimulante compañía. Gracias.
domingo, 14 de julio de 2019
DÉCIMO ANIVERSARIO DEL "ÁRBOL DE LA PROVINCIA"
Grupo de danzas de Arauzo de Miel bailando para el Árbol de la Provincia |
Con tanta música este año la encina nos regalará muchas bellotas |
Una potente voz salió de la torre |
Canto al árbol, lamento desgarrador por la despoblación |
¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz! |
FOTOGRAFÍAS: Escenas del décimo aniversario (Tomadas el 13 de julio de 2019)
Negros nubarrones mañaneros de ayer amenazaban
el homenaje al Árbol de la Provincia que íbamos a vivir en Jaramillo de la
Fuente. A Simón Berbabé, el alcalde de
la villa, se le veía preocupado por una posible fiesta aguada. La encina, ajena
a la amenaza, tan campante, tan hermosa como está a sus diez añitos, nos
recibió con cientos de bellotas que surgieron tras la trama precursora. Este año
va a ser de buena cosecha. Los nubarrones lo intentaron, pero no consiguieron
aguarnos la celebración. Apenas algunas gotas débiles nos llevaron a ochenta a
concentrarnos en el atrio de la iglesia.
Fue un par de minutos. Luego todos salimos para ver cómo los danzantes de
Arauzo de Miel bailaban a la simbólica encina, adornada para la ocasión con una instalación de la artista Mar Martínez. Sonaban la gaita y la caja, era emocionante
ver volar las enaguas multicolores de las chicas del grupo en torno a un árbol. Lo nunca visto, ¡bailar a
un árbol!, o quizá sí. ¡Pues ni que estuviéramos en la Prehistoria! Después se
hizo un espeso silencio, callada la
gaita, desde lo más alto de la torre, de una ventana románica salió una potente
voz, un grito-canto- lamento: era Isabel Corullón, otra artista invitada para la ocasión que
nos puso a todos la carne de gallina; desde abajo la mirábamos con sorpresa, y la
oíamos, y en la distancia la vimos abrir su musical boca de soprano tal que si
fuera un Papamoscas catedralicio. Bajó de la torre, y por unos instantes siguió
cantando en la claustrilla, sola entre columnas y capiteles medievales; su poderosa y sentida voz, lamento por los pueblos
vacíos, salía por los siete arcos como dirigiéndose a la mágica encina que vive
con 1.233 tierras de otros tantos lugares. Isabel se encaró al vegetal y continuó
cantando su balada sin letra que el monumento provincial entendió
perfectamente. Y entre tanto, los escuchantes quedábamos petrificados por el
escalofrío.
Junto
a la fuente de la pradera, Dorien,
la artista holandesa de El Hacedor, llegada de La Aldea del Portillo de Busto, y otro artista adobero,
atentos al Canto de la Despoblación que ejecutaba Isabel, fabricaban adobes con
tierras procedentes de distintos pueblos burgaleses. Con manos y pies sumergidos en el barro, comentamos lo importante
y simbólico que sería fabricar un adobe por cada pueblo burgalés, 1.233 adobes.
(Deberemos concretar esta idea, amiga Dorien).
Pegados al bello claustro una decena
de voluntari@s leyeron uno por uno los nombres de todos los pueblos burgaleses, 1.233 nombres, nunca antes nombrados de seguido, que iban a juntarse con las tierras
enterradas que dan vida al árbol. Cada pueblo una emoción, cada lugar un recuerdo. Acallados los nombres todos a coro y acompañados esta vez con los acordes de un piano (gracias, Alberto), cantamos el tradicional "Cumpleaños Feliz".
Por la tarde, después de la comida
grupal, de los ochenta que asistimos al homenaje, en el Centro de Usos
Múltiples de Jaramillo de la Fuente, donde duerme el Mapa de la Tierras, nuestro
imprescindible Álvaro Alonso de Armiño, navegante en el Espacio Tangente, nos proyectó su ansiada película que describe el
día de la plantación de la encina de todos. Y quienes vivimos aquella gloriosa
jornada, al ver las imágenes que se sucedían, no pudimos por menos que sentir
una profunda emoción y nostalgia por un proyecto que tanto ilusionó a un pueblo y a tanta gente. Un proyecto que se
convirtió en una mágica realidad y que aún pervive en el Árbol de la Provincia.
Larga vida al árbol, a Jaramillo de la Fuente y al Espacio Tangente.
sábado, 29 de junio de 2019
UNA ESCUELA CON ROSETAS HEXAFOLIAS A ORILLAS DEL RUDRÓN
Portada de Escuela de Instrucción Primaria con varias rosetas hexafolias pintadas en rojo |
FOTOGRAFÍA: Escuela con rosetas pintadas en el valle del Rudrón. (Tomada en 2010)
Como ya todos debéis saber, queridos
amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, puesto que ya han aparecido aquí
algunas entradas que tocan su temática, recorremos de nuevo la provincia de
Burgos a la búsqueda de rosetas hexafolias. Las ventanas singulares, que a
cientos tenemos ya guardadas, nos introdujeron en ellas, y a través de ellas en
el universo de los símbolos, tan oscuro como poco conocido en Burgos. Y una vez
enganchados ya no pudimos detenernos, la roseta de seis pétalos nos había atrapado con
fuerza; ocupaba un lugar preeminente en ese universo, no ya solo en las
ventanas sino en los lugares más insospechados de dentro y de fuera de los edificios de nuestros pueblos, y terminó por formar parte inseparable de nuestros
sueños.
Así, pues, hace años que vimos la
necesidad de inventariar y catalogar todas las rosetas hexafolias que nos fuera
posible para que, en un incierto futuro, posibles estudiosos del tema tuvieran
un punto de partida lo más amplio posible para la investigación. La aventura ha
merecido y merece la pena, pues nos está llevando a conocer ese lado oculto de
los pueblos que antes no habíamos visto, esa parte mágica sin la cual no podríamos
conocer el alma de nuestros predecesores.
Las hexafolias aparecen aquí y allá
en cualquier lugar de la provincia (en algunas zonas más que en otras) la mayoría de las veces como
elementos protectores de las casas y sus habitantes y generalmente grabadas en
piedra. Aunque es verdad que también las hay pintadas, como las que hoy dejamos
aquí pertenecientes a una vieja escuela de Instrucción primaria a orillas del
Rudrón. Causaría emoción y ternura pensar que una o más rosetas pintadas en el
frontis de esta escuela pudieron servir a algún maestro para proteger a sus niños de maleficios o para ayudarles a resolver sus problemas aritméticos.
lunes, 24 de junio de 2019
LA MAGIA DEL FUEGO DE SAN JUAN
Fuego hipnotizador, noche de móviles |
Un fuego con 65 años de antigüedad en una noche mágica. Hubo un tiempo en el que las hogueras, como los amaneceres sanjuaneros, tenían algo de inocente, de tradición de la buena, de autenticidad, y desde luego de mágicas. Hace mucho que no asistía a una de ellas (la última en Ubierna hace veinte años). Ya por entonces aprecié que nada se parecía a los testimonios que me trasmitieron los mayores de los pueblos. Hoy, en esta que presencié en el Barrio de San Juan Bautista (antes Barriada Yagüe), las hipnotizadoras llamas no me impidieron sustraerme del fenómeno social, de los miles de personas que rodearon el fuego (la mayoría jóvenes con sus bolsas de botellón, muchos sentados en el suelo en corros picoteando en sus móviles y ajenos a las llamas). Signo de los tiempos, sin duda, botellón y móviles.
miércoles, 19 de junio de 2019
EL ABRAZO DE LA YEDRA
Cuando la hidalga ventana todavía se encontraba libre |
La yedra es bella, pero más lo es la ventana |
FOTOGRAFÍAS: Ventana y yedra en Cortiguera (Tomadas en 2012 y 2019)
La yedra crece y crece
sin parar hasta engullir todo lo que encuentra a su paso, lo mismo si es el
simple tapial de un huerto que si es un torreón o un palacio, todo lo fagocita,
no distingue ni respeta si se la deja obrar libremente, siempre tiene insaciable
hambre de piedra. Come despacito, pero firme
en su intención y a la chita callando. El abrazo de la yedra parece sustentar
los muros, pero si miramos debajo de ella descubrimos que las piedras
históricas han perdido masa muscular y en cualquier momento puede llegar el
desastre. La hiedra embellece, es combustible para recalcitrantes románticos,
pero muchas veces oculta otras bellezas mayores que se encuentran encarceladas
en su maraña.
Hace siete años
glosábamos en esta misma bitácora una maravillosa ventana perteneciente a una
casa hidalga de Cortiguera. Entonces vimos
que una amenazadora yedra trepaba por el muro donde esta se encontraba, con lo
que parecía aviesas intenciones, y supusimos que no tardaría mucho en
devorarla, como acabamos de constatar. No han sido tantos los años pasados y la
ventana ya no está, ha desaparecido, o eso creímos en nuestra muy reciente visita.
La buscamos calle arriba calleja abajo, por todas las ruinas que nos salieron
al paso, infructuosamente. “La casona que la contenía ha desaparecido, ya no
está”, llegamos a concluir. Y ahí quedó la cosa. De vuelta a Burgos, al cotejar
las fotografías de entonces con las de hoy tuvimos que admitir, ya sin ningún
género de dudas, que debajo de aquella yedra creciente estaba la ventana,
aunque ya nada de ella era visible.
viernes, 7 de junio de 2019
GRAFITIS EN SILLARES DE SALAZAR, QUINTANILLA VALDEBODRES Y PESQUERA DE EBRO
Precioso rincón urbano y casa del siglo XVI en Quintanilla Valdebodres |
Ventana con los sillares del recercado pintados |
Dintel inferior pintado con toda suerte de motivos |
FOTOGRAFÍAS: Sillares de Salazar, Quintanilla Valdebodres y Pesquera de Ebro (Tomadas en 2019)
De mis tiempos de explorador de
cuevas, de eso hace un periodo geológico, recuerdo que una de las cosas que más
me atraía cuando entrábamos por primera vez en una caverna desconocida y fósil era
escrutar las paredes por si pudiera haber grabados o pinturas rupestres. Así de
soñadores éramos por entonces, así de pretendientes a arqueólogos éramos también,
quizá influenciados por los relatos de otros exploradores que nos precedieron y
que tuvieron la fortuna de descubrir yacimientos subterráneos increíbles. La gran
mayoría de las veces las paredes las encontrábamos inmaculadas, llenas de color
quizá, aunque sin huella humana. Pero en alguna ocasión sí tuvimos la suerte de
encontrarnos con representaciones prehistóricas que dormían su profundo y
milenario sueño en alguna pared, en la total oscuridad. Por lo general, eran sencillos
trazos, a veces indescifrables, hechos con un raspador, o esquemáticas pinturas
en negro representando motivos que eran cruciales para la vida del “artista” cavernícola.
Unas veces podía ser un antropomorfo sumamente esquemático dibujado con carbón,
otras, alguna trampa para cazar o un torpe ciervo inacabado, sinuosas líneas
semejando ondulaciones del agua o el simple tizonazo de una antorcha, por citar
solo algo de lo que nos llegamos a encontrar. Grafitis de la Prehistoria llenos
de sentido, aunque nada comparables con el supremo arte rupestre de Altamira o
Lascaux. Pero incluso en su humildad representativa, los momentos que nos hacía vivir cualquiera de estos descubrimientos
eran de un impacto emocional indescriptible e imborrable. Aún hoy lo llevamos escrito en la memoria como
si fuera ayer.
Todo esto viene al hilo de haber
localizado una serie de grafitis, mucho más modernos, en algunos edificios
antiguos del norte de Burgos, grabados o dibujados en sillares preponderantes y
de piel tan fina como un lienzo. Ellos me han recordado a las manifestaciones
rupestres descritas, solo que aquellas se hallan ocultas en la oscuridad y estas
a la luz del día y a la vista de todos.
En el caso de Quintanilla de Valdebodres
resulta llamativo el hecho de que la mayor parte de los motivos pictóricos se encuentren en el
dintel inferior de una ventana, desde luego un lugar incómodo para escribir,
dibujar o hacer algo coherente; esto solo podría explicarse si para llevarlos a
cabo quien o quienes los pintaron se ayudaron con una escalera, porque resulta en
verdad difícil pensar que se hicieran desde dentro de la vivienda. El gran
sillar bajo el alféizar se encuentra repleto de grafitis, entre los cuales abundan
cruces, algunos pequeños antropomorfos, incluidos espadachines, y otros
inclasificables, todo ello de aparente aspecto infantil. No hay ni una sola
letra, ni un solo nombre, solo trazos y dibujos hechos con pintura roja
(pintura roja como la utilizada en los vitores), lo que podría indicar que
fueron hechos por algún niño o joven iletrado. Algo comprensible si se tiene en
cuenta que el edificio que contiene esta ventana y este panel debe pertenecer al
siglo XVI, o como más temprano al XVII.
Otros grafitis hechos en sillares
hemos localizado en una casona del siglo XVIII en Salazar. Uno de ellos hecho a
carboncillo o lapicero, con cierta calidad artística, pues luce un caballo
encabritado de sorprendente realismo, lástima que el posible jinete que lo
montaba se encuentre ahora enmascarado por una inoportuna pintura blanca. Más
tosca es la figura de una persona barbuda (no se aprecia bien si es mujer u
hombre), dibujada en negro en otro sillar con posición vertical.
Caballo encabritado en un sillar de Salazar |
Figura humana barbuda en otro sillar de Salazar |
Igualmente, en Pesquera de Ebro,
donde los buenos sillares todo lo impregnan, hemos visto representada la figura en negro de un cuadrúpedo acéfalo (tal vez un equino o bóvido), una
representación de arte popular de difícil datación.
Cuadrúpedo pintado en negro en un sillar de Pesquera de Ebro |
Así, pues, los casos descritos y otros
de los que ya dimos cuenta en su día (Gredilla de Sedano) no hacen sino poner
de manifiesto que el hábito de grabar, pintar o dibujar en las piedras de las fachadas
antiguas podría ser una costumbre hasta cierto punto normal, obligada quizá por
la carencia de papel y lienzos en dichas épocas y en ciertas casas del medio
rural.
Los sillares como lienzos.