martes, 16 de febrero de 2016

LA VENTANA ESCONDIDA DE OLMOS ALBOS


Una ventana noble en un edificio tosco

Un edificio auxiliar con una primorosa ventana 

Vecinos de Olmos Albos. Detrás puede verse la torre
y el muro que la protegía.
(Del libro de C. del Álamo Martínez 

Silos, cien años de historia 1880-1980)

Una simple valla de alambre intenta proteger
el espacio de la torre.


FOTOGRAFÍAS: Torre y ventana de Olmos Albos (Tomadas en 2015). Foto de época (del libro  Silos , cien años de historia (1880-1980). 


No sé qué maravilla más, si el nombre del lugar en que se encuentra la torre (¡Olmos Albos!), o la ventana escondida en edificio aparte de la torre, de la que nadie nunca habló. Olmos Albos igual a olmos blancos, que a veces la lírica está en los nombres. Es más que probable que en otro tiempo debió haber olmos en este lugar molinar junto al arroyo Ciriaco, y también que en otro momento debió impregnarse la torre de agradables aromas salidos de la destilería que los monjes de Silos tuvieron en ella entre 1893 y 1896, según se recoge en el precioso libro Silos, cien años de historia (1880-1980). 
Hoy, la elegante y blasonada torre que levantaran a mediados del siglo XVI Diego Gamarra, alavés él, y su mujer, Leonor Serón, tobalinesa ella, languidece en el abandono, anunciando una próxima ruina. El muro exterior de piedra que la protegía hace mucho que desapareció, y en su lugar se instaló una verja de gruesa alambre a la que ya se ha abierto hueco, permitiendo la entrada a todo tipo de vándalos y expoliadores. ¡Qué pena y qué vergüenza!
De todos modos, lo que en verdad nos trae hoy aquí es la ventana aludida al principio, que con derecho propio merece figurar en la ya larga lista de ventanas con historia que aquí seguimos y guardamos. Por su buena ejecución merecería estar en la cuadrilonga y noble torre, pero no, se encuentra en un edificio contiguo, de tosco sillarejo, que tiene toda la traza de haber servido como almacén, quizá del tiempo de la destilería, para guardar las plantas empleadas, o tal vez de lana, pues hay noticia de que los señores de la torre tuvieron aquí lavadero de este producto..., o probablemente para las dos cosas.
Llama la atención, en un muro tan tosco, la existencia de una ventana con ínfulas de nobleza. Su recercado de piedra primorosamente labrada, con dos cabezas de león, enfrentadas en los ángulos superiores, más otra humana, laureada, en el dintel superior, son elementos cultos que bien podrían llevarnos a los siglos XVII o XVIII.   


2 comentarios:

  1. Buenas tardes.

    Es posible que existiera una especie de convento en este lugar coetáneo o anterior al torreón?
    Mi tía segunda María que nació en el siglo XIX me contaba esa historia.

    ResponderEliminar
  2. A veces, en la tradición oral se esconden cosas que no están reflejadas en la historia.

    Gracias por el comentario

    ResponderEliminar

Solo se admiten comentarios constructivos. Los comentarios anónimos, o irrespetuosos, no serán publicados, tampoco los que no estén correctamente identificados.