FOTOGRAFÍAS: Tomadas en junio de 2016
Somos artistas en la tierra sin
saberlo, solo cuando volamos comprobamos nuestras habilidades creativas y nos
creemos que lo somos.
Con nuestras sembraduras vamos creando mosaicos geométricos, retales que
aprisionan pueblos y que se tornan de un color u otro según las estaciones, un
arte campesino sin firma e infravalorado. Cuando uno llega a Madrid por el aire, sobre todo después de haber volado por el inmenso océano, y contempla desde el aire la obra
en tierra firme, no puede sino sorprenderse. Es uno de los atractivos cuando
uno se aproxima a Madrid por el cielo, admirar nuestros campos trazados, pintados o
en barbecho. Un goce para los sentidos.
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