miércoles, 16 de septiembre de 2009

CASAS NOTABLES IX



CAFÉ CANDELA Y SALÓN PARISIANA, ANTESALA DE SOMBRERERÍA

Diario 16 Burgos, 5 diciembre 1993

A.M.BU. (Archivo Municipal de Burgos)


Viene hoy a esta galería de casas notables de la ciudad de Burgos la contigua al Ayuntamiento por la Plaza mayor, constituida en la actualidad por los números 2 y 4 y alineada con el lado sur de la calle Sombrerería. Muchos burgaleses recordarán este sobrio y digno edificio de tres plantas, con fachada principal de ladrillo y balconadas de hierro, como aquél que, al abrigo de sus soportales, alojó a los míticos Café Candela y Salón Parisiana.

Los orígenes de su construcción se remontan a un ya lejano abril de 1904, fecha en la que el maestro de obras Félíx Landía se dirige al Ayuntamiento constitucional en demanda del oportuno permiso para reedificar las casas números 61 a 64, propiedad de Cayo Alonso y situadas a continuación de la que ya estaba de Pascual Moliner. El Consistorio, amparándose en un acuerdo de 1887, en el cual se establecía el “principio de dejar mayor libertad en la construcción de las casas de la citada plaza, que el que restringía las iniciativas, para dar mejores condiciones de aspecto, comodidad e higiene a las casas de la citada plaza”, y considerando que, según proyecto, resultaba la construcción “en armonía con la contigua sobre todo en los soportales”, entendió procedente la concesión de la preceptiva licencia de reedificación (A.M.BU.).
Antesala de la calle gremial de Sombrerería e integrados en el octogonal rompeolas de la ciudad, los soportales de este edificio, nacido al mismo tiempo que moría Isabel II, fueron punto de encuentro de los amigos de la farándula en un momento de cafés de “belle epoque” y cine mudo. El café de Antonio Candela, presente ya en 1879 por el lado de El Espolón, acabó comunicándose con la Plaza Mayor por este edificio a través de tertulias de bigotes retorcidos y humaredas espesas flotando sobre el mármol de las mesas. A su lado, “en el corral o antiguo jardín de la citada casa”, fue instalado a principios de este siglo (XX) el célebre Salón Parisiana, cuya licencia de apertura fue recurrida por un particular por entender que dicha sala se aproximaba excesivamente a inmuebles tales como la Biblioteca Provincial de Paseo del Espolón (ver "La linterna mágica. Un siglo de cinematógrafo en Burgos""). Sin embargo, el acuerdo definitivo del Ayuntamiento de julio de 1911 fue “para construir una sala de espectáculos de cinematógrafo y varietés, en la misma casa que hace más de seis años vienen exhibiéndose al público de Burgos

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