lunes, 14 de septiembre de 2009

LA IGLESIA RECICLADA DE TORME



Sucedió en Torme, localidad de la Merindad de Castilla la Vieja: de una vieja iglesia hicieron una casa familiar. De esto hace ya mucho tiempo. Ahora, la iglesia-casa o la casa-iglesia, como mejor se quiera, es un híbrido original y admirable en el que, fuera ya del culto religioso, se mezclan en alegre armonía los robustos y bendecidos esquínales de la iglesia con las balconadas de madera espléndidamente floridas y características de las Merindades. Sillares renacentistas, arcos (en el interior), artísticos florones y alero torneados, junto al humilde mampuesto, propio de la arquitectura tradicional burgalesa y en el que se abren puerta y ventanas de la vivienda, completan y conforman la interesante simbiosis.




2 comentarios:

  1. El comentario y la foto que se acompañan, hacen referencia a la Ermita de San Vicente, en Torme. Existen documentos que indican que la presencia y construcción de esta ermita en el pueblo fue anterior al siglo XIV. Dicha ermita se utilizó como lugar de reunión, en su portal, del Concejo de Torme (así consta en un documento de 1309).
    Fue utilizada también por los vecinos como iglesia parroquial, en detrimento de la de S. Martín. No estando de acuerdo con esa circunstancia, el Cabildo de Burgos elevó las quejas de que los vecinos de Torme debían diezmar en la iglesia de San Martín hasta al propio Papa. Por él se les ordena, tras sentencia, que vuelvan a diezmar en la iglesia de San Martín.
    Tras haber sido reparada y agrandada la iglesia parroquial de San Martín, en los siglos XVI-XVII, y haber sido condenado el uso que de la ermita de San Vicente se hacía como parroquia, el culto en esta ermita era reducido, limitándose, casi exclusivamente, a las misas que por designación de las distintas capellanías, se decían en ella.

    Con motivo de la invasión francesa y con la llegada de las tropas napoleónicas, tras fijar el acuartelamiento principal de sus tropas en Medina de Pomar, también lo hicieron en Torme, dejando en él, de forma permanente, un importante destacamento de caballería. Para su alojamiento, al parecer, no encontraron mejor sitio como cuadra para sus caballos que la citada ermita de San Vicente, quedando, desde esa fecha, cerrada al culto.

    Tras este empleo y al abandonar estas tierras los franceses, esta ermita quedó en un estado tan indigno y deplorable que no volvió a abrirse al culto religioso y con ello vino el mayor de los abandonos y su total ruina. Constan documentos de su venta en 1844, utilizándose desde entonces como vivienda.
    (Pedro M. Lopez Andino - Vecino de Torme)

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  2. Millón de gracias, Pedro, por ilustrarnos a todos. Los datos que generosamente nos aportas son de extraordinario valor histórico.
    Un cordial saludo.
    Elías

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