domingo, 31 de octubre de 2010

NOCHE DE ÁNIMAS



FOTOGRAFÍAS: Toque de Ánimas en Villanueva de Río Ubierna. "Procesión de las Ánimas" en el mismo pueblo (Tomadas en 2003).

Aprovechando la festividad de Todos los Santos nos movemos ahora sin freno de un lugar otro, por tierra, mar y aire, pero convendría recordar que hubo un tiempo, no tan lejano, en el que eso de salir de casa en semejante fecha podía conllevar cierto peligro. En los pueblos de Burgos no sólo estaba mal visto arrear la carreta o el burro ese día-noche, sino que, como digo, tenía sus riesgos, ya que podían salir las Ánimas del Purgatorio a tu encuentro y proporcionarte un susto de muerte. Me lo contaba mi amiga Ángeles en Tórtoles de Esgueva: “El Día de [Todos] los Santos no se salía de viaje porque decían que salían las Ánimas. El Día de los Santos, mi padre -que viajaba mucho ese día-, nunca salía”.

Fue tradicional también, en todos los pueblos de Burgos, tocar las campanas durante la Noche de Ánimas (la noche entre el 1 y el 2). Los mozos del pueblo se reunían en alguna casa, daban cuenta de una oveja machorra, bien regada con vino, y entre trago y trago subían al campanario de la iglesia para tocar a muerto (“Tocan a Ánimas”, decían los compungidos vecinos).

Otra costumbre muy arraigada en la Noche de Ánimas era que alguien recorriera todo el pueblo rezando y rogando por los sufrientes del Purgatorio. Podía ser una persona necesitada, a la que una “Cofradía de Ánimas” daba una limosna por dicho trabajo, o también los mismos mozos del pueblo. De esta última manera se realizaba en Villanueva de Río Ubierna. Yo mismo viví una Noche de Ánimas (2003) en este pueblo de las tres mentiras (pues no es villa, no es nuevo ni tiene río), acompañando al grupo que iba por las calles oscuras, tocando el esquilín y deteniéndose en cada puerta para recitar una vieja oración, al tiempo que en el campanario algún voluntario derramaba sobre el caserío el lúgubre clamor de la muerte. Lo viví, ya digo, y es estremecedor; pero me lo contó mejor mi amiga Eladia :

“Dos días antes de los Santos, los mozos iban a comprar una machorra, y la mataban para celebrar Los Santos. Y la víspera de Los Santos la mataban [e] iban a cenar. Cenaban, y luego, a las doce o así, iban unos al campanario [de la iglesia] a tocar a muerto y otros a rezar a las casas; y de una casa a otra, iban diciendo:

El que Dios ha de servir,
esta vida ha de ganar.
No jurar ni maldecir,
antes morir que pecar.
Si te da un accidente,
y te mueres de repente,
adónde irás a parar,
al infierno y nada más.

[A continuación] se tocaba el esquilín y [se rezaba] un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloriapatri por los difuntos de esta casa. Rezaban el Padrenuestro, iban a otra casa y cantaban lo mismo, en todas las casas cantaban lo mismo”.

2 comentarios:

  1. Tanto sentimiento de culpa, aunque fuera bien regado con tintorro, no podía ser bueno. Creo que ésta es una de las pocas tradiciones cuyo olvido no me causa pena.

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    1. Me encanta leer estas cusiosidades de hace años , creo sería bonito no olvidarlas ,pues historia .

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