|
Asistentes a las I Jornadas posan junto a la escuela |
|
Imprimiendo como los niños de Benaiges |
|
Enlazados para un homenaje |
|
Sombras proyectadas sobre otras sombras |
FOTOGRAFÍAS: En la Escuela de Bañuelos. En La Pedraja (abril 2015, Sergi Bernal).
De esta
manera titulé y publiqué, recientemente en este Cajón de Sastre, una serie de
cinco entradas. Las guardé en el Cajón bien dobladitas, con la sensación de haber acabado una obra
sobre la que ya no habría de volver, como en tantas ocasiones y en tantos temas
me viene sucediendo. Craso error. Hay algo magnético que te atrapa en la
historia de Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar a sus alumnos y
que no pudo cumplir con su promesa porque le quitaron la vida al pie de una
fosa común en el Monte de la Pedraja, en 1936. Hay algo magnético, ya digo. La
tela de araña creada en torno a la figura de este maestro ejemplar, su escuela
y sus niños impresores es ya tan grande y envolvente que por mucho que uno lo
intente no puede escapar. Así, su poder de atracción me llevó el pasado fin de
semana a vivir las Primeras Jornadas de la Asociación Escuela Benaiges en
Bañuelos de Bureba. Fue impresionante. Vi docentes llegados de distintas partes
de España, de Cataluña, Madrid, Zaragoza... Vi a niñas y niños de cincuenta y más
años imprimiendo con la técnica Freinet, ilusionados como los pequeños alumnos
de Benaiges, esperanzados porque la escuela de Bañuelos va a ser recuperada
como museo pedagógico, un destino digno en el que ni los más optimistas
hubieran pensado hasta hace bien poco. Vi alegría e ilusión, mucha ilusión. ¿Y
si esta escuela llegara a convertirse en un referente nacional, en un lugar de
peregrinaje? ¿Acaso no lo es ya? La Asociación Escuela Benaiges, de Bañuelos,
suma día a día nuevos adeptos y está consiguiendo cosas imposibles de creer
para este humilde pueblo burgalés escondido entre lomas peladas.
Como
complemento a las entradas anteriores dejo aquí un testimonio fotográfico de las
primeras jornadas. impresionante fue lo vivido el domingo en torno a la fosa de
la ignominia en La Pedraja: las palabras, los silencios, la canción dedicada,
las sombras de los numerosos asistentes, cogidas de la mano y proyectadas sobre
los enterrados, los familiares de Benaiges sintiendo aquel abrazo...
|
Una canción para Antonio Benaiges, en el Monte de la Pedraja, bajo su retrato. |
Y que no paren, Elías, estas entradas sobre el maestro maravilloso, y el pueblo que ha sido capaz de rehacer su historia. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Josemi, de parte del pueblo y de todos los que trabajan por la escuela.
ResponderEliminarUn abrazo
Elías, lo que vivimos el otro día en La Pedraja es difícil de calificar. Soy amante de los adjetivos y no soy capaz de encontrar alguno que exprese la intensidad de lo vivenciado por todos nosotros en ese monte del olvido. El maestro contó con el mejor de los homenajes, pues tuvo lugar de forma espontánea, la mejor de las maneras, la que nace a la orden del “batec”, del latido del corazón.
ResponderEliminarGracias en nombre de la Asociación Escuela Benaiges por tu visita; gracias por acompañarnos y ser parte integrante de ella; gracias por recoger esta historia en tus afectos y dotarla de palabras para que los demás sepan…
Un abrazo.
Elías, un placer leerte y tenerte con nosotros. Que compartieras estos momentos nos enriquece e ilusiona a seguir adelante. Cuanta sensibilidad.
ResponderEliminarTe envío el poema de Enric, familia del maestro Benaiges, que conociste en Bañuelos.
SOPLA EL VIENTO
Sopla el viento, ¿de dónde viene?
¿de Mont-roig a Bañuelos
o de Bañuelos al mundo?
¿de la fosa a la escuela
o de la escuela al futuro?
Sopla el viento, ¿de dónde viene,
hacia dónde va?
Sopla un viento que peina bien -
que sacude los miedos
y ventila las aulas,
que nos sacude el sueño
y ventila las almas -.
Sopla un viento que peina bien,
e ilumina el mapa.
Sopla el viento y hace sol.
Un viento de escuela y memoria,
un sol de historia y libertad.
Un viento del pasado que vuelve,
un sol hacia el cual caminar.
Bañuelos de Bureba, 11 de abril de 2015
Gema, Carmen, ¿por qué os empeñáis en llamar sensibilidad a lo que es justicia?
ResponderEliminarBello poema el de Enric. Es verdad, sopla un viento de justicia,
Abrazos
Un abrazo a las dos