Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

miércoles, 15 de abril de 2015

LA ESCUELA DE BAÑUELOS, LOS NIÑOS IMPRESORES (VI)


Asistentes a las I Jornadas posan junto a la escuela

Imprimiendo como los niños de Benaiges

Enlazados para un homenaje 

Sombras proyectadas sobre otras sombras


FOTOGRAFÍAS: En la Escuela de Bañuelos. En La Pedraja (abril 2015, Sergi Bernal). 


           De esta manera titulé y publiqué, recientemente en este Cajón de Sastre, una serie de cinco entradas. Las guardé en el Cajón bien dobladitas,  con la sensación de haber acabado una obra sobre la que ya no habría de volver, como en tantas ocasiones y en tantos temas me viene sucediendo. Craso error. Hay algo magnético que te atrapa en la historia de Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar a sus alumnos y que no pudo cumplir con su promesa porque le quitaron la vida al pie de una fosa común en el Monte de la Pedraja, en 1936. Hay algo magnético, ya digo. La tela de araña creada en torno a la figura de este maestro ejemplar, su escuela y sus niños impresores es ya tan grande y envolvente que por mucho que uno lo intente no puede escapar. Así, su poder de atracción me llevó el pasado fin de semana a vivir las Primeras Jornadas de la Asociación Escuela Benaiges en Bañuelos de Bureba. Fue impresionante. Vi docentes llegados de distintas partes de España, de Cataluña, Madrid, Zaragoza... Vi a niñas y niños de cincuenta y más años imprimiendo con la técnica Freinet, ilusionados como los pequeños alumnos de Benaiges, esperanzados porque la escuela de Bañuelos va a ser recuperada como museo pedagógico, un destino digno en el que ni los más optimistas hubieran pensado hasta hace bien poco. Vi alegría e ilusión, mucha ilusión. ¿Y si esta escuela llegara a convertirse en un referente nacional, en un lugar de peregrinaje? ¿Acaso no lo es ya? La Asociación Escuela Benaiges, de Bañuelos, suma día a día nuevos adeptos y está consiguiendo cosas imposibles de creer para este humilde pueblo burgalés escondido entre lomas peladas.

Como complemento a las entradas anteriores dejo aquí un testimonio fotográfico de las primeras jornadas. impresionante fue lo vivido el domingo en torno a la fosa de la ignominia en La Pedraja: las palabras, los silencios, la canción dedicada, las sombras de los numerosos asistentes, cogidas de la mano y proyectadas sobre los enterrados, los familiares de Benaiges sintiendo aquel abrazo...


Una canción para Antonio Benaiges,
en el Monte de la Pedraja,
bajo su retrato.


5 comentarios:

  1. Y que no paren, Elías, estas entradas sobre el maestro maravilloso, y el pueblo que ha sido capaz de rehacer su historia. Enhorabuena.

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  2. Gracias, Josemi, de parte del pueblo y de todos los que trabajan por la escuela.

    Un abrazo

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  3. Elías, lo que vivimos el otro día en La Pedraja es difícil de calificar. Soy amante de los adjetivos y no soy capaz de encontrar alguno que exprese la intensidad de lo vivenciado por todos nosotros en ese monte del olvido. El maestro contó con el mejor de los homenajes, pues tuvo lugar de forma espontánea, la mejor de las maneras, la que nace a la orden del “batec”, del latido del corazón.

    Gracias en nombre de la Asociación Escuela Benaiges por tu visita; gracias por acompañarnos y ser parte integrante de ella; gracias por recoger esta historia en tus afectos y dotarla de palabras para que los demás sepan…

    Un abrazo.

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  4. Elías, un placer leerte y tenerte con nosotros. Que compartieras estos momentos nos enriquece e ilusiona a seguir adelante. Cuanta sensibilidad.
    Te envío el poema de Enric, familia del maestro Benaiges, que conociste en Bañuelos.
    SOPLA EL VIENTO
    Sopla el viento, ¿de dónde viene?
    ¿de Mont-roig a Bañuelos
    o de Bañuelos al mundo?
    ¿de la fosa a la escuela
    o de la escuela al futuro?
    Sopla el viento, ¿de dónde viene,
    hacia dónde va?
    Sopla un viento que peina bien -
    que sacude los miedos
    y ventila las aulas,
    que nos sacude el sueño
    y ventila las almas -.
    Sopla un viento que peina bien,
    e ilumina el mapa.
    Sopla el viento y hace sol.
    Un viento de escuela y memoria,
    un sol de historia y libertad.
    Un viento del pasado que vuelve,
    un sol hacia el cual caminar.
    Bañuelos de Bureba, 11 de abril de 2015

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  5. Gema, Carmen, ¿por qué os empeñáis en llamar sensibilidad a lo que es justicia?

    Bello poema el de Enric. Es verdad, sopla un viento de justicia,

    Abrazos

    Un abrazo a las dos

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