viernes, 4 de septiembre de 2015

EL MORAL DE REVENGA

Al pie de la iglesia románica

Un tronco de siete siglos

El moral de Revenga se retuerce de viejo
Invernada del moral de Revenga (febrero, 2009).



FOTOGRAFÍAS: Moral de Revenga (Tomadas en setiembre de 2015)

En 300 años no quedará un solo árbol en el planeta, nos lo acaban de decir los que estudian y saben del tema. La demoledora y creíble noticia está caliente aún, como recién salida del horno, y nos ha golpeado donde más debe dolernos. Por eso me ha parecido oportuno traer hoy aquí, a modo de homenaje a nuestros bosques y arboledas, un nuevo monumento vegetal de los numerosos que atesoramos en Burgos, un ejemplar singular más que acompañará a los muchos que llevamos guardados en este Cajón de Sastre. Se trata del viejo moral de Revenga, otro de los que crecieron al amparo de las iglesias y ermitas de nuestra provincia, románicas o góticas. Un desvencijado y retorcido árbol que acabo de descubrir, que se resiste a morir y que durante siete siglos ha abastecido de moras al campo de Muñó y aledaños. Se le conoce como El Moral, sin más sobrenombres, aunque algunas de sus hijas-ramas, tres, que llegaron a ser descomunales, pero que ya cayeron por su peso y volumen, fueron merecedoras de nombres propios; Rama de las Campanas, llamaban a la que se dirigía hacia el campanario; Rama de la Fuente, a otra que se enfilaba, desafiando la gravedad, hacia un venero, y Rama de las Tralleras, a la que no producía moras, quizá por sus múltiples ramificaciones venosas.
De Presencio, de Ciadoncha, de Villaverde, de Villafuertes, de otros pueblos de la comarca, se acercaban a partir del día de Santiago para hacer acopio de moras del famoso moral de Revenga, que no sabe que dentro de tres siglos ya no existirá.   



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