FOTOGRAFÍA: Escalera de caracol, renacentista, en el monasterio de Rioseco. Paradisiaco lugar de Rioseco.
Publicado en Diario de Burgos, abril 2009
Miles de parados y el patrimonio histórico artístico de la región se nos cae y camina, en ocasiones, hacia la desaparición. Cada día más personas en paro, sin saber cómo y en qué ocupar sus horas, días y meses de incertidumbre y los bosques siguen sin limpiar y los monumentos se degradan y desmoronan ante nuestra indiferencia.
En 2008, 17. 000 trabajadores se fueron de Burgos a otros lugares para buscar trabajo, ya que aquí no les era posible encontrarlo. Y eso ha sucedido mientras el monasterio de Rioseco y otros bienes patrimoniales, algunos aquí señalados, se nos están cayendo.
Lo sabemos todos: el turismo es una pieza fundamental en la economía y en el desarrollo de la comunidad castellano-leonesa, es la gallina de los huevos de oro, y el patrimonio histórico artístico uno de sus más valiosos puntales. Por eso resulta más sangrante todavía que en la riada de millones que desde el Gobierno se está repartiendo para sortear la crisis no se tenga en cuenta la restauración del patrimonio que se está desmoronando.
Invertir en restauración del patrimonio natural y edificado es invertir en futuro, nos dicen, y es verdad. Pero se nos llena la boca de obviedades al tiempo que el convento cisterciense de Rioseco permanece en el olvido y se desmorona día a día, minuto a minuto.
La lista de patrimonio que se está echando a perder en Burgos, tanto en su parte monumental como en arquitectura tradicional, es muy larga ¿Quieren que hagamos una lista? ¿No? Claro, es comprensible, la conocemos todos y sería demasiado tiempo el empleado para enumerarla. Tiempo perdido, nos dicen las ruinas de Rioseco, en el valle de Manzanedo, que no pueden esperar ya más para su limpieza y su consolidación.
La construcción está en crisis severa en España, también en Burgos. Miles de obreros de este sector se han ido al paro. ¿Qué hacemos con ellos?, ¿los ponemos de nuevo a sacar cantos del río Arlanzón, como en el programa “coloño” de principios del siglo XX? Su experiencia laboral sería un bálsamo para la conservación de las monumentales ruinas de Rioseco. ¿A qué se está esperando?
Miles de parados y el patrimonio histórico artístico de la región se nos cae y camina, en ocasiones, hacia la desaparición. Cada día más personas en paro, sin saber cómo y en qué ocupar sus horas, días y meses de incertidumbre y los bosques siguen sin limpiar y los monumentos se degradan y desmoronan ante nuestra indiferencia.
En 2008, 17. 000 trabajadores se fueron de Burgos a otros lugares para buscar trabajo, ya que aquí no les era posible encontrarlo. Y eso ha sucedido mientras el monasterio de Rioseco y otros bienes patrimoniales, algunos aquí señalados, se nos están cayendo.
Lo sabemos todos: el turismo es una pieza fundamental en la economía y en el desarrollo de la comunidad castellano-leonesa, es la gallina de los huevos de oro, y el patrimonio histórico artístico uno de sus más valiosos puntales. Por eso resulta más sangrante todavía que en la riada de millones que desde el Gobierno se está repartiendo para sortear la crisis no se tenga en cuenta la restauración del patrimonio que se está desmoronando.
Invertir en restauración del patrimonio natural y edificado es invertir en futuro, nos dicen, y es verdad. Pero se nos llena la boca de obviedades al tiempo que el convento cisterciense de Rioseco permanece en el olvido y se desmorona día a día, minuto a minuto.
La lista de patrimonio que se está echando a perder en Burgos, tanto en su parte monumental como en arquitectura tradicional, es muy larga ¿Quieren que hagamos una lista? ¿No? Claro, es comprensible, la conocemos todos y sería demasiado tiempo el empleado para enumerarla. Tiempo perdido, nos dicen las ruinas de Rioseco, en el valle de Manzanedo, que no pueden esperar ya más para su limpieza y su consolidación.
La construcción está en crisis severa en España, también en Burgos. Miles de obreros de este sector se han ido al paro. ¿Qué hacemos con ellos?, ¿los ponemos de nuevo a sacar cantos del río Arlanzón, como en el programa “coloño” de principios del siglo XX? Su experiencia laboral sería un bálsamo para la conservación de las monumentales ruinas de Rioseco. ¿A qué se está esperando?
Descubri el monasterio de Rioseco a los 16 anos, tengo 59 anos,durante un trayecto cicloturista que desde Pesquera me llevaba hasta Villarcayo, y me quedé deslumbrado, no me lo podia creer y si embargo todo era realidad. Qué belleza, qué maravilla. Mi abuelo era nativo de Cidad,se traslado a Paris en 1915, pero jamàs me lo habia mencionado. Quisiera tanto que se levanten piedras y recuerdos en tan bello valle. Al tener DNI francés, me rechaza el apoyo correo. Una pena .
ResponderEliminarSaludo coridal
Ramon Robredo
Es verdad, Ramón. Cualquiera que visite este mágico lugar, con sus preciosas ruinas, quedará enamorado de él para siempre. Aunque siempre lamentará que llegue a perderse, como parece que va a asuceder.
ResponderEliminarSi un día no lejano volvieras por Cidad o por la zona podrías firmar en papel, que eso sí admite.
Un cordial saludo
Elías