Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

martes, 18 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, TERCERA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, TERCERA ENTREGA


 

Hacienda de beneficio al pie de mina, hoy convertida en museo y donde
la piedra se transformó en metal precioso. 

Exvoto que recuerda la inundación de una mina en Guanajuato. 
Los mineros iban desnudos. 


LA OSCURIDAD DE LA PLATA 

Como despedida de Guanajuato visitamos testimonios de las minas, las que dieron y dan personalidad a esta ciudad. Descendimos a las tinieblas de una de ellas, perteneciente al complejo de La Valenciana, guiados por un jubilado que, a sus 70 años corridos, roto de piernas por tantos años de trabajo en la mina que ahora enseña, ayudándose con la cuerda-guarda que alivia hoy a los turistas, baja con mucho esfuerzo, uno a uno, los pronunciados escalones, afortunadamente ya sin llevar ningún cargamento a la espalda. Quisimos ver el brillo de la plata en las paredes y solo vimos en ellas hombres desnudos, oscuridad y lamentos de siglos de explotación, minera y humana, solo eso. Quizá el filón se encuentre hoy en profundidades cercanas al infierno, en las que probablemente no habite San Cayetano, especie de protector de los mineros guanajuatenses a cuya devoción se levantó, arrimada a las minas y con gustos churriguerescos, una suntuosa iglesia que causa hoy admiración. La misma iglesia que visitamos de nuevo, al día siguiente, cuando emprendimos viaje a Dolores Hidalgo, en una de las típicas “combis” que hacen trayecto turístico de ida y vuelta de Guanajuato a San Miguel de Allende.   



Iglesia de San Cayetano, un santo protector para los mineros. 


DOLORES HIDALGO Y SU GRITO

     El trayecto a Dolores Hidalgo fue de lo más entretenido, sobre todo para el que le gustaran las rancheras, aquellas que, a todo trapo, no dejaron de sonar durante  toda la ruta. Las rancheras es un patrimonio mexicano que todos conocemos, y que tienen en José Alfredo Jiménez uno de sus más famosos y queridos exponentes. En realidad, visitar el colorido mausoleo de este compositor y cantante era uno de los motivos de la visita a Dolores Hidalgo, además de la iglesia parroquial desde cuyo atrio el cura Miguel Hidalgo lanzó, en 1810, su famoso “Grito de Dolores” con el que se inició la guerra de la Independencia. Al parecer y según describen algunas crónicas, su grito fue: ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII! Es la Historia, amigos, por eso Dolores Hidalgo es considerada “Cuna de la Independencia de México”.  

Así, pues, como los demás viajeros de la combi, visitamos también la monumental tumba de José Alfredo, donde parece obligado fotografiarse con sarape y gran sombrero charro, de ala ancha, por supuesto. Como así lo hicimos, ¡ándele!



Bella arquitectura colonial en San Miguel de Allende.


EN SAN MIGUEL DE ALLENDE 

Finalizado el programa en Dolores Hidalgo, volvimos a la combi de las rancheras para seguir ruta, ya rumbo a San Miguel de Allende, una de esas ciudades de huella española con las que tanto habíamos soñado, que en el momento de su fundación recibió el nombre de San Miguel el Grande y que su actual apellido lo recibe del general insurgente Ignacio Allende, quien colaboró con el caudillo Miguel Hidalgo en el movimiento independentista.   

Se fue la combi con su música tras dejarnos en una ciudad que, en una primera mirada nos produjo grande emoción, por su bella arquitectura colonial, en la que destacan casonas e iglesias de fantasía y largas calles cuidadosamente empedradas y adornadas con buganvillas. No nos extrañó que, por este motivo, por la bonanza de su clima y por su existencia como pueblo tranquilo, en su día se le adjudicara el título de “Mejor ciudad del Mundo”, que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que haya sido elegida, como residencia temporal o fija por cierto turismo, fundamentalmente de norteamericanos y canadienses, que, todo hay que decirlo, salen beneficiados también con el cambio de moneda.

Con todo, si hay algo que por su grandeza y espectacularidad llama la atención en San Miguel de Allende es su iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, monumental, neogótico e icónico conjunto que, si no fuera porque sabemos que no lo es, la confundiríamos con una catedral gótica de las famosas europeas. Haber tenido el privilegio de estar sentado en un banco una apacible noche en la plaza central de la ciudad, queridos amigos, admirando esta obra tan asombrosa, es algo impagable, mágico y un regalo para los sentidos y para la memoria.   

    

¡Cómo no enamorarse de San Miguel de Allende!


Parece gótico, pero es imitación. 



Iglesia colonial de Nuestra Señora de la Salud con
espectacular concha. 




"EL CHARCO DEL INGENIO” 

         Antes de dejar San Miguel de Allende aún teníamos programada una visita al parque que llaman “El Charco del Ingenio”, situado a corta distancia, a orillas de la carretera de Querétaro (antiguo Camino Real) y que debe su nombre a una poza encajonada en una gran grieta por donde discurre un río, cerca de donde hubo un batán. Se trata de un enorme jardín botánico en el que se cuidan y exhiben toda suerte de cactus, además de otras especies protegidas de México, y “Un espacio de paz”, como lo bautizó el Dalai Lama en su visita de 2004. Caminar por alguno de los senderos establecidos es un atractivo más de los muchos recomendables en San Miguel de Allende que no nos quisimos perder.   


Una vista del "Jardín Botánico el Charco del Ingenio".

Próxima parada: Querétaro, y más        

 

sábado, 15 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, SEGUNDA ENTREGA


El color, una característica de Guanajuato. 


Recoleta plaza de la ciudad minera.


SEGUNDA PARTE, SEGUNDA ENTREGA 

UN ENCUENTRO INESPERADO, EL ABRAZO DE GUANAJUATO 

   Hay ocasiones en que los encuentros entre personas, por sorprendentes e inesperados, tienen algo de especial, por no decir mágico. Esto podría decirse del que tuvimos en Guanajutao en el viaje que nos lleva. Lo cuento como sucedió. El Festival Internacional Cervantino, como ya se ha apuntado, entre sus muchas actividades había organizado distintos conciertos musicales, entre ellos el de Carmina Burana, que iba a tener lugar por la tarde en un escenario instalado junto a la célebre Alhóndiga Guanajuateña (de la que luego hablaremos). Este escenario, grande y semejante a los que vemos en televisión y que acogen los conciertos de grandes divas y divos, se me pasó por la cabeza que debía ser parecido a los que mi buen amigo Sergi Gras, catalán pero afincado en Burgos, organiza por el mundo para este tipo de eventos. Pensé en él. Pero no solo pensé, sino que se me ocurrió mandarle un saludo por guasap en el mismo lugar en el que me encontraba, tan lejos de nuestro Burgos. “Hola, Sergi, me encuentro en Guanajuato. Debajo de donde estoy hay un escenario enorme que me ha recordado a ti. Desde aquí te mando un fuerte abrazo”, algo así de escueto le escribí. Lo que no me esperaba es su pronta y sorprendente respuesta: “¿Estás de broma? Estoy de viaje en el autobús. Mañana estaré en Guanjuato para un concierto de Nati Pelusso”, me escribió. Ni que decir tiene que mi sorpresa fue tan grande como la suya. Sergi estaba haciendo el mismo viaje que un día antes hicimos nosotros y se quejaba del palizón que ello le estaba suponiendo, muchos atascos, muchas horas… Aun así, pese a su cansancio, quedamos para vernos y desayunar al día siguiente. Que fue así cómo, en la terraza exterior del Hotel Luna, en el centro de la ciudad mexicana, pudimos darnos un abrazo que, por sus especiales circunstancias, quedará para siempre en los anales de nuestra amistad. 


Fachada principal de la Alhóndiga de Granaditas. 


Patio de la Alhóndiga. Con la matanza pudo quedar inundado de sangre.  


 MATANZA EN LA  ALHÓNDIGA DE GRANADITAS, “EL PÍPILA”

         Entre los muchos lugares notables que pudimos ver en la ciudad de Guanajuato se encuentra su alhóndiga, conocida como Alhóndiga de Granaditas, un edificio cuadrangular construido en el siglo XVIII para almacén y comercio de granos, hoy convertido en Museo Regional. En realidad, se trata de una desmesurada construcción, con aires palaciegos, que, por su volumen, destaca sobre el discreto y hermoso caserío. El edificio tuvo gran protagonismo en la Independencia de México. Cuando las fuerzas insurgentes, al mando de Hidalgo y Allende, atacaron la ciudad, las realistas se refugiaron en este amplio y robusto recinto y detrás de ellas muchas familias europeas peninsulares. El asedio de los rebeldes, al no haber una rendición, terminó con la gran matanza llevada a cabo por “turbas enardecidas”, quedando el recinto convertido en un gran charco de sangre.  Son acontecimientos teñidos de historia y leyenda, queridos amigos de este Cajón de Sastre, dentro de los cuales destaca un personaje que tuvo especial protagonismo en dicho asedio. Conocido como El Pípìla, fue un minero partidario de los rebeldes que decidió el final de los refugiados en la alhóndiga. Se cuenta que, protegido por una gran losa, llegó hasta las puertas del gran edificio y las prendió fuego, permitiendo así el paso de los insurgentes. Como recuerdo de esta hazaña rebelde, y lo que pudo significar en la independencia de México, El Pípila tiene su monumento en un lugar prominente de la ciudad de Guanajuato, al que se puede acceder a través de un teleférico. Investigado a fondo, el tema podría dar para una película. Tendría lógica cinematográfica, y también cierta semejanza con la que los americanos del norte realizaron con el título de El Álamo, que recuerda un hecho histórico, el de los defensores de la misión de San Antonio en la guerra de la independencia de Texas, donde, tras el asedio de las tropas del general Antonio López de Santana, todos los texanos defensores murieron. Resulta extraño, ciertamente, que no se haya hecho película de los refugiados masacrados en la mencionada Alhóndiga de Granaditas, aquí queda la idea.  


En el fondo de la imagen se aprecia la escultura de El Pípila, con un brazo en alto, no sabemos si en plan arenga rebelde o portando una antorcha incendiaria.


miércoles, 12 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II)


   

Imprenta popular y de calle en la capital mexicana.

CARTAS DE RELACIÓN, DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II)

SEGUNDA PARTE, PRIMERA ENTREGA

Decíamos ayer:

        "!¡Holaaaaaa! ¿Hay alguien ahí?... Silencio contenido. Ah, ya, me marché  a la francesa sin ni siquiera despedirme. Y hoy, vuelto de la Nueva España, que ahora dicen México, debo pedir humildemente perdón por el abandono del barco a sus señorías, pacientes amigos y navegantes en este carcomido arcón de sastre.    

    Sabida es la ambición de este cronista por contar eventos e historias que acontecieron a burgaleses más allá del Gran Mar, cosas de las que aquí dejamos constancia en el camarote Burgaleses de Ultramar.  Durante el tiempo que ha permanecido este bergantín al pairo, dímonos prisa en visitar regiones y en aprender de la vida de los nativos del Nuevo Mundo, que ya no es tan nuevo, cosas que intentaré, Dios mediante, trasladar para el conocimiento de sus mercedes. Digo ahora, que la llegada a la capital de los mexicas nos maravilló grandemente desde la carabela voladora en la que navegamos, pues fue tal la impresión que recibimos en el aire que su recuerdo permanecerá imborrable y para siempre entre nosotros. En las maniobras de arribo la quilla apenas si podía esquivar los tejados de la infinita ciudad  que se extiende más allá de donde alcanza la vista, en un vallellano rodeado de montañas lejanas tan grandes como nunca, antes, habíamos visto. Tomamos tierra el 17 de mayo de 2013, recibiéndonos en puerto familiares y amigos que antes que nosotros habían llegado a México, ahora llamada con el abrevio  DF. 

    Vano sería describir lo que navegantes más avezados que nosotros, reconocidos conquistadores, así cono cartógrafos, frailes y escribanos, reflejaron tan profusamente en sus cartas de relación sobre este basto territorio. Aun y todo, digo  a sus señorías que algún cabo suelto quizá pueda interesar a nuestros paisanos de Burgos".                  

   

        Eso decíamos ayer, que vino a ser un 10 de junio de 2013. Y lo que decíamos ayer, es válido para hoy, a 11 de noviembre de 2025, que es cuando comenzamos a resumir un nuevo viaje al Nuevo Mundo, el que nos ha permitido conocer otras maravillas del país hermano y querido. Prosigamos, pues, como si el tiempo no hubiera pasado, y vayamos descubriendo lugares y momentos de nuestro aventurero periplo. Nada que decir de la capital mexicana, siempre recibidora, que sigue tan grandiosa y en ocasiones tan hermosa, pero tan inabarcable y avasalladora como entonces, o quizá más.


GUANAJUATO 

         Salir de la capital mexicana no es tarea fácil, lo comprobamos cuando, ya en el camión (es la manera en que llaman los mexicanos al autobús), emprendimos ruta hacia Guanajuato, una de las ciudades coloniales que siempre soñé y desee conocer. Los atascos por la gran densidad de tráfico son exasperantes y para armarse de paciencia, pero al final se sale. Y es entonces, salidos y en ruta,  cuando uno comienza a ver la grandiosidad de un país varias veces más grande que nuestro terruño patrio. Comprenderéis, queridos amigos de este Cajón de Sastre, que en las cinco horas que dura el viaje hasta la ciudad minera de Guanajuato, a la sazón Patrimonio de la Humanidad, mis ojos no perdieran ripio de todo lo que iba apareciendo a izquierda y a derecha, en horizontes lejanos o más cercanos. Y así, iban llamando mi atención, sobre todo, la presencia de sierras montañosas que aplacaban las llanuras, espinazos en cuyas laderas nacieron pequeñas aldeas, solitarias y aplastadas, grises como el cemento. Seguía su ruta el camión, íbamos dejando territorios boscosos cuyas entrañas probablemente nuestros conquistadores no llegaron a conocer ni a pisar. Pequeños rebaños de vacas en las orillas, siempre con su pastor, eran signos de vida en esta parte del Bajío mexicano, como lo eran también exiguas milpas que, junto a la infinidad de ellas que veríamos después, nos recordaban el aforismo que retrata al país mexicano: "Sin maíz no hay país”. Y así, disfrutando de este paisaje, vino a romper las soledades Celaya, una población de cientos de miles de almas, de la que nada sabíamos pero que no era objeto de nuestro destino y por eso la dejamos de lado. No tardó mucho en aparecer la ciudad de Guanajuato, situada en un accidentado relieve y con el animado colorido de su caserío que tanto le caracteriza, con las montañas de las minas al fondo, minas de oro y plata que en algún momento de nuestra estancia teníamos intención de visitar. Desde la terminal de autobuses un taxi nos introdujo en el laberíntico y angosto callejero pasando por túneles-calle excavados en la roca, amplios y diversos pasajes que comunican distintas zonas de la ciudad (Los mineros guanajuatenses sabían de horadar las rocas y no debieron tener mayores dificultades en las excavaciones). Tiene muchos atractivos la capital del Bajío, los túneles-calle son uno de ellos. Pero cuando se visita por primera vez una ciudad Patrimonio Mundial resumir todo lo que ves en ella resulta una tarea extremadamente compleja. Para mayor suerte, coincidió nuestra visita con el Festival Internacional Cervantino, que nos dio oportunidad de asistir, en el maravilloso Teatro Juárez, a un concierto para orquesta y coros de Chaikovski, interpretada por la sinfónica de la Universidad guanajuateña y con Alexei Volodín al frente del piano. ¡Cómo olvidar! Acabábamos de salir de Burgos, como aquel que dice, y nos encontramos con semejante y extraordinario regalo en el otro lado del océano (gracias, Clara). Pero el prestigioso Festival Cervantino aún nos había de deparar más sorpresas, y no me refiero a las representaciones del teatro de calle, a dos de las cuales asistimos, sino a un curioso encuentro. Lo veremos en próxima entrega.

 

Guanajuato, una explosión popular de colores.
Al fondo, las montañas de oro y plata que le dieron fama. 


Guanajuato merece ser contemplada por la noche. 



Universidad blanca de Guanajuato. 

Bóveda del Teatro Juárez con aires de Oriente.

"El infinito en un junco",
Merecido homenaje en un banco callejero
de Guanajuato.




miércoles, 17 de septiembre de 2025

LA VIEJA OLMA DE JARAMILLO DE LA FUENTE


Olma de Jaramillo de la Fuente en verano

Olma de Jaramillo de la Fuente en invierno.


FOTOGRAFÍAS: Olma de Jaramillo de la Fuente (circa 1976).

Hurgando en mis archivos del más allá, me encontré recientemente con dos fotografías en blanco y negro de los años setenta que ya ni recordaba haberlas hecho. Son de mala calidad, lo sé, pero sirven para documentar que todavía por aquellos años resistía una olma junto a la maravillosa iglesia de Jaramillo de la Fuente. Una olma que feneció, como fenecieron otras muchas de Burgos que fueron emblemáticas, por una enfermedad contagiosa cuyo virus vaya usted a saber de dónde llegó, cómo se creó y cómo se propagó. Seguro que muchos de vosotros, queridos amigos de este Cajón de Sastre, lo sabréis. Pasaron los años y el hueco dejado por el árbol muerto fue ocupado por otro de cuya memoria y trayectoria nos hemos ocupado ya en muchas ocasiones en esta bitácora, me refiero al Árbol de la Provincia, la encina que crece con tierra de todos los pueblos de Burgos. A rey muerto, rey puesto, dijeron para sí los soñadores que plantaron el vegetal sustituto, aunque en este caso no se trataba de reyes, sino de reinas.

Para una mejor observación, dejo aquí, dos caras de la vieja olma, una de verano y otra de invierno, una poblada de hojas y otra sin ellas.  


Donde hubo una olma crece desde 2009 una encina, el Árbol de la Provincia.  


viernes, 29 de agosto de 2025

BODEGAS DE ZAZUAR, UN PAISAJE DE FANTASÍA: LOS BORRESQUILES (BODEGAS XIII)


Bodegas y árboles del paraíso, un conjunto de fantasía. 

FOTOGRAFÍAS: Bodegas de Zazuar, en primavera y en verano de 2025 

Sin ninguna duda, el conjunto de bodegas de Zazuar es uno de los más pintorescos y mejor cuidados de Burgos. Tuve ocasión de descubrirlo en el pasado abril, cuando la incipiente primavera teñía de verde los túmulos sobre los cabañones y arropaba con mimo las originales y robustas zarceras, auténticas chimeneas de hadas que surgen como periscopios del inframundo del vino; zarceras que se alzaban, íntegras (milagrosamente íntegras) conformando un paisaje de ensueño. En aquella visita, siguiendo con la aventura de las bodegas tradicionales burgalesas (recordad, queridos amigos, que nos habíamos quedado en la entrega XII), tuvimos ocasión de adentrarnos, de la mano del señor Justiniano, en una bodega, de la que es copropietario, cuyas formas no se diferenciaban mucho de las que llevábamos vistas hasta entonces. Las diferencias entre unas y otras no son muy grandes, en efecto, al menos en lo esencial, sin embargo, hay algo que puede impresionar a un neófito en las de Zazuar, y esto es las distintas habitaciones existentes, a uno y otro lado de la que podría llamarse galería principal, cada una de un dueño distinto pues son bodegas compartidas. Son habitaciones angostas, lúgubres, donde cada uno de aquellos duerme su vino en la oscuridad más absoluta, con puertas de hierro viejo, hoy recubiertas de gruesa capa de herrumbre, que más recuerdan a las mazmorras del Conde de Montecristo que a otra cosa. Son lo que se conoce como borresquiles (quedaos con esta palabra, queridos amigos de este Cajón de Sastre, porque ni en el Diccionario de la RAE la vais a encontrar, ya que debe tratarse de un aislado y muy particular localismo). ¡Borresquiles!: nueva y maravillosa palabra para guardar en nuestra memoria. Que no se pierda.


Periscopios de las bodegas. 

Afortunada conservación de un  conjunto de ensueño.


Puertas de acceso a borresquiles.


En aquella visita abrileña, el señor Justiniano nos habló de una comida popular que se celebraba todos los años en las bodegas, un día de agosto y en la que participaba todo el pueblo. Ah, eso me interesa mucho, le dije, pues es la huella de la socialización en las bodegas, que tanto auge tuvo en el pasado, uno de los aspectos que más me interesaron y me animaron a emprender mi periplo bodeguero.  El de Zazuar me invitó a la fiesta y por supuesto que acepté con gusto. Y ahí me veis, queridos amigos, nuevamente en Zazuar hace poquitos días, pero con un paisaje ambiental que ya no es verde, sino amarillento, requemado por el sol de un verano ardiente. Solo un grupo de árboles del paraíso, salpicados entre las bodegas, conservaban un halo verde y rompían la monotonía de la hierba agostada. Benditos árboles de sombra y perfume, cuyas semillas algún indiano zazuarino acertó a traer de Argentina en una de sus visitas a su pueblo.

Durante meses estuve imaginando cómo sería la comida popular en las bodegas de Zazuar; en mis cavilaciones pensaba que tendría lugar en el sombrío de las propias bodegas, parecía lógico, para protegerse del calor que se presumía en un día de agosto. Pero no, a veces lo que imaginamos nada tiene que ver con la realidad de las cosas. Lo cierto es que la participación fue masiva y que cada núcleo familiar o grupo de amigos había adosado a los cabañones grandes toldos para situar mesas y sillas. Inteligente forma de instalación de algunos, sin duda, pues así la frescura salida de cada bodega podía aliviar los 30 grados reinantes. Imaginad, pues, queridos amigos, un campamento de Miramamolín, con jaimas aquí y allá, casi una por cada bodega, y os aproximaréis al ambiente. Todo un espectáculo.


Comida popular sobre las bodegas.

Jaimas aquí y allá. 

Jaima del bingo, al atardecer.

Un día de bodegas a la sombra ganada.

Que no todo está perdido en la ancestral costumbre de socializar en los barrios de bodegas de nuestros pueblos.


ADENDA 

MÁS IMÁGENES DE LAS BODEGAS DE ZAZUAR

(9/10/2025)

Pasado un pequeño tiempo desde la publicación de esta entrada, hemos tenido la grata sorpresa de que María Miguel Bueno, una zazuarina seguidora de este blog y enamorada de su pueblo y sus bodegas, ha tenido la gentileza de enviarnos una serie de magníficas fotografías hechas por ella misma y correspondientes a las bodegas de su ribereño pueblo. Todos agradecemos su colaboración y con mucho gusto las insertamos aquí como complemento a lo ya publicado. Muchas gracias, María, por estar trabajando en el estudio y conservación de vuestro maravilloso conjunto de bodegas, que sin duda es un bien de interés cultural de primer orden. 

    








 

miércoles, 30 de julio de 2025

EL JUNCO DE IRENE

Papiro


Hola, hola. ¿Cómo va el verano, queridos amigos de este Cajón de Sastre? Espero y deseo que a vuestro gusto y disfrutando mucho, los que podéis. Sí, lo sé, os he tenido muy abandonados últimamente, y por eso debo pediros otra vez disculpas. Podría aducir que esta larga usencia se debe a que me he dedicado a una ganada molicie tras el parto del libro de las ventanas, pero no sería justo ni totalmente cierto. La verdad es que durante este tiempo me he dedicado a la jardinería, que como bien debéis saber requiere también de su esfuerzo. ¡Ah, la jardinería, cuantas satisfacciones!, no pensaba yo al iniciarme en este mundo que habría de disfrutar tanto. Podría enumeraros todos los árboles y plantas a las que abrazo cada mañana y hablaros sobre las conversaciones que mantenemos, pero seguramente no me lo creeríais, ni me lo perdonaríais. Son muchas las especies que me acompañan, pero entre ellas no se encuentra el junco, el que dio origen al papiro y a los primeros libros. Esta falta la vino a compensar el maravilloso libro de Irene Vallejo El infinito en un junco, que me devolvió a la lectura tras un largo y fructífero recorrido por las palabras aladas de la tradición oral. Solo un reproche a tan magnífica obra, y es el hecho de que me costara tanto acabar de leerla. Un reproche que es agradecimiento en realidad, porque si os digo la verdad, quería que nunca acabara, de tanto como me recreaba con su lectura; por eso mismo, a cada página que avanzaba retrocedía a la anterior (una página adelante y otra hacia atrás, como los pasos en el baile de La Yenka), pues consideraba que no podía ser que tanta belleza y tanta sabiduría en cada una de ellas cayeran en un incipiente olvido absorbida por las siguientes; ¡y no había manera de avanzar! Así, pues, queridos amigos, la jardinería y el Infinito en un junco (¡qué título tan acertado!) me han tenido ocupado todo el mes de julio y me han permitido cargar las pilas para poder seguir con nuevos viajes por la provincia. Pronto volveré a la carga, espero.   


Un banco en Guanajuato se rinde al junco de Irene. 

domingo, 1 de junio de 2025

VENTANAS DE NUESTROS PUEBLOS




FOTOGRAFÍA: Portada del libro: ventana de Villanueva la Blanca

(¡YA EN LAS LIBRERÍAS!) La Diputación Provincial de Burgos ha editado mi nuevo libro Ventanas de nuestros pueblos. Catálogo de ventanas singulares de la provincia de Burgos. En esta publicación y con el formato de álbum, se reúnen más de 300 ventanas, de distintas épocas y de diferentes estilos artísticos. Se trata de un patrimonio histórico-artístico que hasta ahora no había sido apreciado en su conjunto y que he querido poner en valor.  En mi largo peregrinaje por los pueblos burgaleses, de los que me reconozco un enamorado, bien lo sabéis, queridos amigos de este Cajón de Sastre, he ido observando con atención sus calles y las fachadas de sus casas, tomado nota de todo lo que estas me mostraban y que me parecía de interés, ya fuera una cruz, un anagrama, una roseta protectora o una antigua inscripción; de todo ello he ido dejando memoria escrita y gráfica, en este blog y en anteriores publicaciones. Ahora son las ventanas en exclusiva las que han motivado este nuevo trabajo. 

Ventanas de nuestros pueblos pienso que es un libro original, donde las piedras labradas hablan porque yo mismo he querido darles voz, y donde lo onírico, quizá más que lo técnico, aflora en cada texto explicativo bajo cada fotografía. Pero, sobre todo, pretende ser un canto a la belleza; cada ventana mostrada, de un estilo artístico o de otro, es una explosión de belleza que llega a emocionar. Ya sean de época gótica, renacentista o barroca, de una torre o de un castillo, de una casona palaciega o de la simple casa de un hidalgo, o incluso de una casa rectoral, que de todo ello y más hay en el álbum, las ventanas reunidas, vistas ahora en su conjunto, forman un cuerpo visual que llega a sorprender, queridos amigos.

La obra está desglosada en diez capítulos, a saber:

VENTANAS DE BURGOS, UN PATRIMONIO INFRAVALORADO

VENTANAS CON ESCUDOS

VENTANAS CON ESCUDOS VACÍOS

OTRAS VENTANAS CON ENCANTO

VENTANAS CON LEYENDA

VENTANAS EN CASONAS PALACIEGAS

VENTANAS EN IGLESIAS Y CASAS RECTORALES

VENTANAS CON CABEZAS HUMANAS

VENTANAS RESPIRADEROS EN ESTABLOS Y CABALLERIZAS

BALCONES, LOS HERMANOS MAYORES

 

viernes, 2 de mayo de 2025

CARBONERAS EN RETUERTA


El arte de preparar carboneras (Retuerta, marzo 2012)


Escaleras a la cúspide 


FOTOGRAFÍAS: Carboneras activadas en Retuerta (25 de abril de 2025)

Han vuelto a hacer carbón, Lluvia. A lo lejos, en Retuerta, se ven nieblas sobre montañas negras.  Oh, sí, Aire, veo ahora las troneras por las que sale el humo, los respiros de un vientre en cocción lenta; espero que mis gotas de hoy no malogren las hornadas, que no apaguen las ilusiones de quienes se tiñen de hollín y en las guardas se confunden con la noche. Sería triste, Lluvia, después del arte y la esperanza que pusieron los carboneros al hacer esos castillos. Preguntemos a Tasio, él nos dirá si corren peligro.

Ecos de la lluvia y el aire, 25/4/2025


Envuelta en una niebla de sueños...  

respira el vientre de acción lenta.


viernes, 18 de abril de 2025

EL BURGOS DE MI INFANCIA, MEDIADOS DEL SIGLO XX (II)




FOTOGRAFÍAS: Foto Villafranca (Se aprecian las vías del desaparecido ferrocarril Santander-Mediterráneo). 

Hoy estamos de enhorabuena, queridos amigos de este Cajón de Sastre. Andrés Camarero, del barrio de San Pedro y San Felices, ha tenido la gentileza de enviarnos una serie de fotografías de época, de esa zona de la ciudad, que seguro va a hacer las delicias de muchos de vosotros. Para verlas todas he creído oportuno insertarlas en la entrada de este blog “El Burgos de mi infancia (Mediados del siglo XX)”, que vio la luz un ya lejano 24 de julio de 2009. Id al buscador, escribid ese título y al final encontraréis el tesoro, siete instantáneas que representan al barrio donde transcurrió mi niñez.