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Camino a Valdelateja desde el páramo. |
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Grandes piedras protegen y señalan el camino. |
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El camino excavado en la roca. |
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Hace decenas de años que nadie transita por el camino. |
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Valdelateja en el hoyo. |
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Ermita de San Antonio, cerca de Valdelateja.
El camino de los muleros pasa rozando. |
FOTOGRAFÍAS: Camino a Valdelateja. Ermita de San Antonio. (Otoño, 2013).
Llevamos aquí tiempo siguiendo la
huella de los muleros en sus desplazamientos a las ferias burgalesas, entre
otras, a las de Miranda de Ebro. En una primera entrada, de eso hace ya tres
años, nos referíamos a su salida de San Martín de Elines, su ascenso por el
Portillo del Tez, su paso por los páramos altos del Rudrón y a sus posibles
caminos de descenso a Valdelateja, que hasta entonces (y hasta el pasado
sábado) nos eran desconocidos. Sabíamos, más o menos, por donde debieron bajar,
porque Damián Montero, “El Peseta”, nos había dado antes de morir alguna
indicación desde su casa en San Martín, pero aún no habíamos dado con ninguna
embocadura de camino en los precipicios que miran al río. Esta era una
asignatura pendiente y muy difícil de aprobar, pues desaparecido el mítico
mulero, ya no queda nadie en los pueblos que pueda informar con precisión,
además de que el monte ha crecido en espesura y se ha hecho salvaje. Los viejos
caminos de la despoblación, por importantes que llegaron a ser, hace decenas y
decenas de años que no se usan, las carrascas de encina todo lo cubren y
resulta complicado hasta llegar a los cortados para asomarse al desfiladero del
Rudrón. Ha sido ahora, cuando, en excursión con mi amigo y compañero de
exploraciones, Miguel Moreno, el más grande conocedor de los caminos de la
provincia, hemos podido dar con la que parece principal vía de descenso. Me
gustaría, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, encontrar las
palabra más apropiadas para describiros no sólo el camino, una obra hecha por
colosos y para colosos, sino también las emociones que sentimos al explorarla.
Fue como una aparición, de repente, ante nosotros, se abrió el hueco, y una
escotadura en el farallón rocoso daba inicio al camino escondido y olvidado, sin pasos desde hace más de medio siglo. Empedrado en
algunas partes, con anchura para carros (aunque es prácticamente imposible que
ningún carro llegara rodar por él, dada su fuerte pendiente), presenta poderosos
contrafuertes en las orillas, con gigantescas piedras que sólo gente esforzada
de otras épocas pudieron poner en tan difíciles condiciones; bien podría
decirse, si se pudiera, que en algunos tramos el camino tiene proporciones megalíticas. En su descenso, va serpenteando, como es natural en
los caminos de pronunciada ladera, pero llega un momento en que va perdiendo
consistencia e identidad, convirtiéndose primero en senda y luego, a media
ladera, en nada, solo el cascajo fino y corrido. No fue grande la decepción, pues
con lo que pudimos ver nos bastaba para saber que los muleros y otras gentes
que cultivaron el páramo tuvieron este camino como principal vía de
comunicación entre las tierras alta y los hondones del Rudrón y Valdelateja.
Impecable, tu descripción de esas huellas ya olvidadas irremediablemente. La verdad, es que despiertas curiosidades e inquietudes, que dan ganas de conocerlas .... ya.... mismo .....mañana !! Felicitaciones por ser tan ameno. Juan Carlos Alessandretti
ResponderEliminarQué alegría, Juan Carlos, sentirte de nuevo por estos lares. Me resulta gratificante, aunque también extraño, saber que allí, en Argentina, alguien recorre conmigo los caminos de este Cajón de Sastre. Muchas gracias por tu cariñoso comentario.
EliminarAbrazos
Elías
me parece que es el mismo camino que ya descubrí yo hace unos meses. http://tierrasdeburgos.blogspot.com.es/2013/07/arboles-singulares-de-valdelateja-y-ii.html
ResponderEliminarUn saludo
Javier
Pues si es así, fuiste muy afortunado.
EliminarUn saludo
todo muy bonito y misterioso desde la provincia de cadiz un saludo angel
ResponderEliminarGracias, Ángel.
EliminarUn saludo
muy bonito todo un saludo a vuestra pagina desde cadiz
ResponderEliminarHola, este verano descubrí este camino fruto de la casualidad y que aparece en los mapas del IGN, también que tiene un ramal a su izquierda que sigue bajo los farallones y que alguien ha limpiado.
ResponderEliminarRecientemente he visto otro camino similar dirección a Quintanilla también con buena armadura que llega al páramo.
Un saludo.
Es muy bonito descubrir caminos por casualidad.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Un saludo