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Perfectos sillares |
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La mandó hacer la mujer del guardadamas |
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Sillares areniscos de preciosas tonalidades |
FOTOGRAFÍAS: Casa de Quintanilla de Santa Gadea (Tomadas en agosto de 2015).
Sorprende en
Quintanilla de Santa Gadea una casa de noble porte, de planta cuadrada y con modos de torre, cuyo mayor mérito, aparte de la magnífica labra y de la llamativa
tonalidad de sus sillares, es una inscripción sobre ventana, fechada en 1673,
en la que se recuerda que fue mandada edificar por Casilda Arenas y
Vallejo, mujer de un “guardadamas de la reina”, oficio de un tal Juan Carrillo,
cuya misión debió ser ir a caballo al estribo del carruaje de las damas en
tiempo de Mariana de Austria, madre de Carlos II el Hechizado.
Probablemente por una
incorrecta interpretación popular de la cartela esculpida, se forjó la leyenda en Quintanilla de que Casilda, siendo niña y estando de porquera, en cierta ocasión un lobo
mató y comió uno de los cerdos que cuidaba, y que, aterrorizada por lo que sus
padres pudieran decir o hacer, improvisando un hatillo y sin comunicar a nadie,
puso rumbo a Madrid, donde andando el tiempo llegó a convertirse en guardadamas de la reina.
En consonancia se la conocía así, por "La Torre". Tuve el privilegio de haber vivido en ella los primeros diez o doce años de mi vida.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que es una suerte haber pasado la niñez en un lugar tan maravilloso.
EliminarUn saludo