Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

martes, 30 de julio de 2013

Y LAS GOLONDRINAS NO VOLVIERON

Ya no vuelan golondrinas en Bárcena de Bureba.

Muros de nidos caídos, silencio total en Bárcena. . 

Tampoco vuelan en Lorilla,

Nidos imposibles. 


FOTOGRAFÍAS: Bárcena de Bureba. Lorilla. (Tomadas en julio de 2013). 

No volverán las oscuras golondrinas, lamento decir. Generación tras generación, las golondrinas acuden siempre puntuales, avanzada la primavera, a los pueblos burgaleses. Acudieron incluso a Bárcenas de Bureba, a Lorilla, a Valdearnedo..., cuando tuvieron vida, y a tantos pueblos que hoy son sólo ruinas. Ahora, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, no busquéis golondrinas en los cielos abandonados, en los espacios del silencio, no las vais a encontrar, yo he buscado sus nidos entre los escombros y observado los cielos de la despoblación y no las he visto por ninguna parte, ¿qué fue de ellas? Un día llegaron, tras largo vuelo, y se encontraron con que el último habitante del pueblo ya no estaba, que los aleros de los tejados, el desván, la cuadra y la panera donde hacían sus nidos, habían desaparecido, sus paredes habían caído y el aliento de los vecinos había salido huyendo.  Chocaron sus picos parlantes contra la desolación, rozaron sus alas de brillo negro la maldición del abandono, y decidieron que ya no había lugar allí para sus cabriolas celestes, y buscaron nuevos cielos que ornamentar, rompiendo costumbres de siglos. Años antes levantaron acta de las voces apagadas, de las calles y callejas que iban enmudeciendo, y sospecharon lo que estaba por llegar y llegó, el final. Pero mientras hubo un pequeño resquicio de vida, de presencia humana, todos los años acudieron con puntualidad, llamaban en las ventanas para avisar de su llegada, echaban sus parlamentos y salían disparadas en incansables y vertiginosos vuelos. Que no hay golondrinas en los cielos de los pueblos abandonados, que no. 


domingo, 21 de julio de 2013

ÁRBOL DE LA PROVINCIA, CUARTO AÑO


Vecinos de Jaramillo reunidos en torno al
Árbol de la Provincia.

Secretos deseos colgados en el Árbol. 

Más deseos en el Árbol.

Después de cuatro años,
¿se habrá cumplido ya algún deseo?

la encina de todos crece
con tierra de 1233 pueblos. 

FOTOGRAFÍAS: Árbol de la Provincia. (Tomadas el 20 de julio de 2013). 

Jaramillo de la Fuente se reunió el pasado sábado en torno al Árbol de la Provincia para felicitarle en su cuarto aniversario. Y como ya se ha hecho costumbre, los vecinos  ataron lazos de los deseos alrededor de su copa y cantaron a coro el tradicional “cumpleaños feliz”. La encina, que crece con tierra de todos los pueblos de Burgos, engalanada para la ocasión,  presentaba un aspecto muy saludable y despuntaba ya en su tupido ramaje una buena producción de bellotas para este otoño. El próximo año será su quinto aniversario y para la ocasión se piensa en un programa especial.

 

viernes, 12 de julio de 2013

CONFESIONES PARA EL DORADO DE CASTILLA




FOTOGRAFÍAS: Campos de Castilla y Muñó (Abril, 2013). Amigos (valle de Valdivielso, 1996).

Recientemente, un par de amigos burgaleses se propusieron rescatar del olvido un suplemento cultural que, durante algunos años, acompañó un día a la semana a Diario 16 Burgos, medio de comunicación escrito, ya desaparecido, en el que tuve la gran suerte de colaborar. Querían rescatar lo que aportó a Burgos aquella revista de papel periódico, y para ello pensaron en quienes en ella escribimos. Algunos aceptamos a dar nuestra versión de lo que el suplemento significó en nuestras vidas. Al final, sumando un puñado de nostalgias,  salió en mayo de este año un pequeño libro-homenaje que, como no podía ser de otra manera, se tituló “El Dorado de Castilla”. Yo les conté mis sentimientos sobre aquella experiencia periodístico-cultural, otros contaron los suyos. 



Se me ofrece que cuente mi experiencia en El Dorado de Castilla. Y yo, tozudo y rectilíneo como soy, no veo la forma de deslindar lo que representaron para mí este suplemento cultural y Diario 16 Burgos, una experiencia imborrable en un mundo desconocido. En mi caso, como creo que en el de todos los colaboradores que desfilaron por este periódico, se trataba de participar, de echar una mano, con la modestia de los no profesionales, para que un nuevo medio en la ciudad, una diferente y regeneradora voz, pudiera tener un recorrido que otros experimentos anteriores, con semejantes pretensiones, no tuvieron. Me parece oportuno recordar que muchos de los colaboradores, por no decir la mayoría, no éramos periodistas, aunque bien es cierto que algunos, tras años de errores y aprendizaje, llegamos a creernos del gremio en Diario 16 Burgos. Pero a lo que vamos, en realidad, cuando en aquella prehistoria escribía mis artículos y reportajes para este diario, lo digo con total sinceridad, no lo hacía pensando en fronteras establecidas entre páginas y contenidos, pues lo mismo me daba que mis aportaciones vieran la luz en un suplemento cultural, que emparedadas entre noticias locales, que cerca de las necrológicas, aquellas que siempre se negaron a D.16. A fin de cuentas, lo importante era colaborar, en la medida de lo posible, en el crecimiento de la criatura. Por eso, y lo digo con todo el cariño y respeto, más hubiera querido escribir sobre el periódico en su conjunto que sobre un suplemento como El Dorado, por muy luminoso y brillante que el objeto llegó a ser. Así hubiera podido recordar y agradecer a José Ángel Esteban, subdirector en la égida de Arsenio Escolar, que fue quien me llamó por primera vez (octubre de 1989) para ofrecerme colaborar con el recién nacido; también a Patxi Larrosa, director que sucedió y que acogió siempre con ternura y paciencia mis peregrinas ideas colaboracionistas (¡hasta un crucigrama dominical, “bastante burgalés” y a toda página, me permitió el bueno de Patxi, ahí es nada!). Después de los anteriores recaló en la dirección de D.16 José Luis Estrada. Llegó de León con Esther Bajo, reconocida periodista, compañera e ideóloga, con tantas ganas de lucha por sacar adelante el periódico como los anteriores, si no más. Y este Director y esta Redactora Jefe me permitieron de todo. Por su benevolencia rompedora llegué a disponer hasta de ¡cuatro páginas! para desarrollar mis artículos, una barbaridad, un exceso, lo nunca visto. Cómo agradecer... Y puesto que me lo permitían, yo abusaba de ellos y de los lectores, también de los maquetadores, y de los fotógrafos; primero en el suplemento Dossier, después en Alfoz, y más tarde en El Dorado de Castilla, el que hoy evocamos desde una distancia de muchos años, tan lejano que parece un sueño. De José Luis Estrada, que recientemente nos dejó, para nuestro gran desconsuelo, los que le conocimos muy de cerca podríamos escribir y no parar, y siempre con las palabras más agradecidas y sentidas para un hombre bueno que, desde su puesto de mando en el periódico, trató de insuflar aire fresco allí donde había tanta contaminación. Junto con Esther Bajo, madre y gestora del suplemento, José Luis acogió en El Dorado de Castilla formas de expresión nuevas, a escritores y artistas que tenían algo que contar y que decir pero que no disponían de canales apropiados para sus desfogues culturales, gente rara y liberal los más, poetas, pintores, cineastas, etnólogos, historiadores, novelistas, críticos, agrupaciones..., toda una pléyade que no estaba en el establishment de la cultura en Burgos pero que se movía y revelaba en las sombras. 


Añoranza.

Pocos años después del cierre definitivo de D.16, en un ejercicio de inútil nostalgia, pasé por los locales que el periódico tuvo en la calle Maese Calvo y pude contemplar, a través de los sucios ventanales, un desolador panorama. El espacio vacío, sin mesas ni sillas, sin ordenadores, sin periodistas estresados y a punto de infarto, sin nada que recordara lo que allí se fraguó y vivió, salvo una inmensidad de papeles y periódicos salvajemente desparramados por el suelo, me hizo sentir una gran desazón. Allí, en aquel no lugar, hubo durante años una lucha diaria por la supervivencia, por sacar adelante un proyecto de prensa libre, único y seguramente irrepetible. Quizá allí, entre aquel revoltijostio de papel mancillado, se encontraban galeradas de artículos olvidados, quizá alguna perteneciente a algún trabajo mío para El Dorado, que mi amiga Laura picó y maquetó; podría ser que hablaran de resineros,  de canteros, de ferrones, de fábricas de luz, de boineros, mineros, buhoneros..., de tantas actividades enterradas en el olvido, con protagonistas convertidos en muertos vivientes. Quizá también, debajo del alfombrado de papel se encontrara alguna rancia fotografía de un tren de vapor, o una cuartilla arrugada, torpemente mecanografiada y con título de arqueología industrial o de pueblo abandonado. Y eso me llevó a pensar en la brevedad de las cosas, pero también en esa barbarie que hace que los lugares abandonados sean tan pronto presas de la destrucción, llámese una redacción de periódico o el acuartelamiento de un polvorín, por poner sólo un ejemplo; aquel polvorín de Hontoria que visité con Esther Bajo y cuyo vandalismo tanta impresión nos causó. En fin, las instalaciones mueren y se destruyen, pero la memoria y las ideas no, hasta ahora.





Elías Rubio Marcos
3 de abril de 2013

  

martes, 25 de junio de 2013

LA SECTA DE LOS CORTADORES DE CABEZAS...


Portada románica en la iglesia parroquial de Al mendres.

Descabezamientos en la iglesia de Al mendres. 

Cabezas cortadas en la iglesia de Almendres. 

Cabezas cortadas en la iglesia de San Esteban,
en la ciudad de Burgos. 

Los descabezados de San Esteban.


Caras borradas en una iglesia rupestre de Capadocia.

Otra iglesia rupestre en Capadocia.
Cuando no hay escultura que cercenar,
se les borra la cara. 

Mural maya en las ruinas de Bonampak (Chiapas, México). 


FOTOGRAFÍAS: Iglesia parroquial de Almendres (Burgos). Iglesia de San Esteban (Burgos). Iglesia rupestre de Capadocia. Pintura mural en Bonampak (Chiapas, México). 

... o podríamos llamarlo también el arte de las cabezas cortadas, o los descabezados del arte. Y es que todas las imágenes que hoy traigo aquí, las que justifican este escrito, tienen el nexo común de ser expresiones de arte con decapitación o anulación facial. Los primeros decapitados me salieron al paso en Burgos, en muchos lugares de la provincia, generalmente en iglesias románicas. Un acto de barbarie producto de la incultura, pensaba yo en cada una de las cabezas cortadas que se me iban presentando a lo largo y ancho de la provincia de Burgos, más que en un fenómeno de nueva iconoclasia. Sin embargo, tras haber visto en culturas bien alejadas de nuestra mesetaria parecidas decapitaciones, estoy tentado de cambiar de opinión. ¿Y si tras aquel gran movimiento iconosclasta bizantino del siglo VIII, perseguidor y destructor de imágenes,  hubiera quedado algún reducto de seguidores indestructibles que pervivieron en sus particulares catacumbas en forma de secta secreta y convertida  en mundial? Es una idea descabellada, quizá apta para guión de templarios, cátaros, códigos secretos y otras oscuridades para la ficción, ya lo sé, por eso os ruego que no lo tengáis en cuenta, queridos amigos. Pero a la vista de los ejemplos que aquí traigo puede verse que lo de mutilar imágenes, afortunadamente (digo afortunadamente porque lo contrario sería muy degradante para nosotros), no es una fea costumbre privativa de nuestra tierra, sino algo muy generalizado, incluso allende los mares, como vais a poder ver. Inserto en primer lugar el ejemplo burgalés, por lo que nos toca. Se trata de la iglesia de Almendres, cuya magnífica portada presenta un grado de decapitación tal que es imposible no indignarse hasta el sofoco; es una labor de borrado y destrucción concienzuda en una de las portadas románicas más bellas de Burgos. Y le sigue otro ejemplo burgalés, la iglesia gótica de San Esteban, en la capital, cuyas decapitaciones en su portada tienen la originalidad de haber sido hechas recientemente, lo que parece indicarnos que, sorprendentemente, los iconoclastas medievales están vivos todavía. Y volamos y cruzamos mares, y nos presentamos en Capadocia, centro mundial del arte bizantino, en algunas de cuyas maravillosas pinturas puede verse la obra decapitadora de los iconoclastas auténticos; ¡una tragedia para el arte! Y esto no es todo, todavía nos queda la guinda: el rompimiento de cara que acabo de ver, en mi reciente viaje a México, en las pinturas mayas de Bonampak, sensacionales, únicas prehispánicas en América.  Ved los descarnados, las heridas que alguien ha inflingido a uno de los murales. Sus heridas, y las anteriores mencionadas, son ahora nuestras heridas.     

martes, 18 de junio de 2013

RUINAS EN LOS ALTOS DE CHIAPAS, LA IGLESIA COLONIAL DE CANCUC


Interior de la iglesia de Cancuc. 

Triángulo-frontón sobre lo que pudo ser
un acceso a la iglesia. 

Se puede ver el otro lado de la nave.  

Una hornacina dentro del triángulo. 

Arcos de ventanas. 

Ventana y estucados que desaparecen.  

Sorprende la longitud de la nave. 

¿Una iglesia colonial sin documentar?

Pared revocada con estucos.

FOTOGRAFÍAS: Ruinas de iglesia colonial en Cancuc (Chiapas). Tomadas en mayo de 2013.

Creo que lo he confesado alguna vez, las aventuras y desventuras de los conquistadores españoles en América, en el llamado “Descubrimiento”, glosadas en plan gesta, fueron, siendo un tierno infante, algunas de mis lecturas favoritas en la Biblioteca Pública de Burgos, cuando esta se encontraba en el Paseo del Espolón, de eso hace ya un periodo glaciar. Todavía hoy, cuando vienen a mi memoria escenas que yo imaginaba sobre la Noche Triste o el Salto de Alvarado, por mencionar sólo alguna de las que más me emocionaron, me produce cierto escalofrío. Por eso comprenderéis, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, que en mi reciente viaje a México, tras haber hollado los Altos de Chiapas y ver su grado de desarrollo, haya tenido sentimientos especiales, de reencuentro por un lado y   contradictorios por otro. Pero no temáis, no voy a introducirme aquí en berenjenales críticos con la Conquista ni cosa parecida, algo para lo que no estoy preparado. Vengo aquí a mostraros una ruina histórica, los muros ancianos de una iglesia o convento de época colonial, probablemente dominica (digo probablemente porque nada he encontrado sobre sus constructores), que salió a mi paso en Cancuc, en un espectacular mirador de los altos chiapanecos. Y es que parecería que las ruinas me persiguen, pues bien sabéis que aquí, en nuestro Burgos, las tenemos en abundancia, y algunas muy gloriosas, y que yo mismo he colaborado en divulgar. A la vista de la enorme y sorprendente iglesia arruinada de Cancuc, vinieron a mí escenas que de niño imaginé, las que protagonizaron miles de frailes convertidos en navegantes, muchos de ellos burgaleses, que cruzaron el Gran Océano acompañando a los conquistadores con el fin de  adoctrinar en su propia religión a las gentes de las tierras conquistadas. Estos frailes, pertenecientes a distintas órdenes, una vez que se repusieron del mareo del viaje, se pusieron manos a la obra y construyeron aquí y allá infinidad de conventos e iglesias, algunas con los modos que traían de España y con la ayuda de aquellos que iban a evangelizar. Durante los siglos XVI y XVII las tierras mexicanas se llenaron de estas construcciones, es lo que se ha dado en llamar “arquitectura colonial religiosa”. Pero ya digo, por más que lo he intentado, ni una sola noticia documentada he podido recoger sobre la iglesia chiapaneca en cuestión, sólo que es conocida como la “iglesia vieja de Cancuc”, poquita cosa, la verdad. Bien es cierto que a la vista de los abundantes restos de muros que se aprecian, a ras del suelo y fuera de la iglesia, formando lo que podrán ser dependencias o habitáculos, sugiere también que aquello fue algo más que una simple iglesia, y que bien podría tratarse de un conjunto conventual. Doctores habrá en Chiapas que sabrán dilucidar esta cuestión y otras. Por lo demás, puede decirse que la obra es de grandes proporciones, quizá algo desproporcionada, robusta y con algunos adornos que rompen la monotonía en los alargados muros de su única nave, como por ejemplo los estucados que aún pueden verse, aunque muy difuminados, en el exterior e interior del templo. Llama la atención también un triángulo o frontón, decorado con rosetas y en cuyo interior puede verse una hornacina que debió alojar la imagen de un santo, todo ello sobre un vano arruinado que pudo ser entrada principal. Igualmente son de destacar los restos de arcos peraltados que se supone fueron parte de un ventanal de la iglesia.

A muy pocos metros de este convento, sobre atalaya encarada a una gran depresión  de los Altos de Chiapas, una placa de instalación reciente (agosto de 2012), en lengua nativa y en castellano, recuerda que en este montañoso lugar comenzó una de las sublevaciones más sonadas contra la colonia, la tzeltal de 1712. Pero esa es otra historia.


Mirador desde la iglesia de Cancuc.

Desde Burgos, con respeto y cariño al pueblo chiapaneco.



lunes, 17 de junio de 2013

EL MAPA DE LAS TIERRAS DE BURGOS YA ESTÁ EN JARAMILLO, JUNTO AL ÁRBOL DE LA PROVINCIA


Un emplazamiento digno para el
Mapa de las Tierras de Burgos.

Biblioteca y sala de lectura,
más el Mapa de las Tierras de Burgos.  

Árbol de la Provincia.
Crece desde hace cuatro años
con tierra de todos los pueblos de Burgos (1.233).

FOTOGRAFÍAS: Centro de Usos Múltiples de Jaramillo de la Fuente. Árbol de la Provincia. (Tomadas el 15 de junio de 2013). 

El pasado día 15, sábado, fue inaugurado el Centro de Usos Múltiples de Jaramillo de la Fuente, donde ya se aloja de manera definitiva el Mapa de las Tierras de Burgos. Ha pasado mucho tiempo desde que este gran mapa fue finalizado (2009), y desde entonces había permanecido en el Espacio Tangente, de Burgos, donde se elaboró. Ahora, en dicho Centro de Usos Múltiples, ha encontrado el acomodo digno que se merece y donde podrá ser admirado por cualquier persona interesada que lo desee. El Ayuntamiento de este localidad se comprometió en su día a que el Mapa llegara a estar junto al Árbol de la Provincia, que desde hace cuatro años crece junto a la porticada iglesia románica, y hoy, por fin, ha llegado la hora del encuentro entre los dos hitos provinciales. El que os escribe, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, especialmente los que colaborasteis en la aventura del Mapa y el Árbol, está feliz por dicho encuentro y os invita a visitar las dos obras.


El alcalde lee su discurso de inauguración
desde el balcón del Centros de Usos Múltiples.

El vecindario de Jaramillo se congrega
  junto a su flamante centro,
resultado de la remodelación de las viejas escuelas.


 

lunes, 10 de junio de 2013

CARTAS DE RELACIÓN, DE UN BURGALÉS EN MÉXICO 2013 ( I )


México desde el aire, inmensa.

Cerrada de la Amargura, México DF.
Obsérvense los cantos rojos en el mortero. 

Restauradores en Teotihuacan.
Cantos en el mortero para evitar el deslave.

FOTOGRAFÍAS: México DF.  Cerrada de la Amargura en DF.  Pirámide en Teotihuacan. (Tomadas en mayo de 2013).



 Holaaaaaaaaa.  ¿Hay alguien ahí?.... Silencio contenido. Ah, ya, me marché a la francesa, sin ni siquiera despedirme, y hoy, vuelto de la Nueva España, que ahora dicen México, debo pedir humildemente perdón por el abandono del barco a sus señorías, pacientes amigos y navegantes en este carcomido arcón de sastre.

Sabida es la ambición de este cronista por contar eventos e historias que acontecieron a burgaleses más allá del Gran Mar, cosas de las que aquí dejamos constancia, en el camarote Burgaleses de Ultramar. Durante el tiempo que ha permanecido este  bergantín al pairo, dímonos prisa en visitar regiones y en aprender de la vida de los nativos del Nuevo Mundo, que ya no es tan nuevo, cosas que intentaré, dios mediante, trasladar para su conocimiento a sus señorías. Digo ahora, que la llegada a la capital de los mexicas nos maravilló grandemente desde la carabela voladora en la que navegamos, pues fue tal la impresión que recibimos en el aire que su recuerdo  permanecerá imborrable y para siempre entre nosotros. En las maniobras de arribo, la quilla apenas si podía esquivar los tejados de la infinita ciudad, que se extiende más allá de donde alcanza la vista, en un vallellano rodeado de montañas lejanas tan grande como nunca antes habíamos visto. Tomamos tierra el 17 de  mayo de 2013, recibiéndonos en puerto familiares y amigos que antes que nosotros habían llegado a México, ahora llamada con abrevio DF. 
Vano sería describir lo que navegantes más avezados que nosotros, reconocidos conquistadores, así como cartógrafos, frailes y escribanos, reflejaron tan profusamente en sus cartas de relación sobre este vasto territorio. Aun y todo, digo a sus señorías que algún cabo suelto puede interesar a nuestra tierra de Burgos.  De las anotaciones que hicimos, a medida de lo que nuestros ojos encontraban en nuestra larga estancia, entresaco para la guarda en este Cajón de Sastre un hecho que llamó poderosamente nuestra atención, el cual tuvo su  controversia, no ha mucho y en este mismo lugar, cuando de escorias en paramentos de  iglesias y castillos burgaleses nos pronunciábamos. Ya en la gran urbe mexicana tuvimos ocasión de ver en algunos muros y paramentos de casas de la colonia cierta profusión de cantos rojos, del tiempo en que vomitaron los volcanes, embutidos en el mortero utilizado para la unión de las hiladas de  piedra y ladrillos. Pero fue en la visita que realizamos a la ciudad de Teotihuacan, a doce leguas de la capital mexicana y abandonada de sus moradores indios, donde todavía nos sorprendimos más al ver que también en los paramentos de sus pirámides se podía ver, aún con mayor extensión, este modo de adherir piedras en el mortero de las uniones. Y tanto llamó nuestra atención, que preguntamos a versados que trabajaban en restauraciones de algunas ruinas. A tal efecto, nos dijeron que los susodichos cantos reciben allí el nombre de rejones, y que se ponían para evitar el deslave del mortero, el desprendimiento que podían causar las fuertes lluvias, y que en paramentos que habían permanecido ocultos durante siglos también se habían encontrado cantos embutidos de la misma forma. Y dejamos constancia aquí para quien interese esta cuestión. 

jueves, 9 de mayo de 2013

AQUELLAS VIEJAS OLMAS DEL ROMÁNICO

Olma de Riocavado, fundada con el románico.

Olma de Riocavado,
desnuda, altiva y susurrante. 

Olmas de Cascajares, dos hermanas gigantes salidas
del fondo de la tierra.

Olma de Vizcaínos, junto al atrio de vecindad.  


FOTOGRAFÍAS: Olma de Riocavado (1999). Olmas de Cascajares y Vizcaínos ( 1991).


Eran viejas, muy viejas, y por eso se las llamaba olmas y no olmos. Durante mucho tiempo fueron seña identitaria de algunos pueblos de la sierra burgalesa, como lo era y es también el románico a cuyo cobijo crecieron. Debieron morir por su edad matusalénica, aunque hay quien asegura que por un maligno hongovirus llegado de no se sabe dónde. Las troncas de Riocavado, de Vizcaínos y Cascajares formaban parte de un maravilloso geriátrico vegetal, y durante un tiempo, tras su muerte,  permanecieron secas y desnudas en su agujero, recordándonos su pasado milenario, susurrándonos historias olvidadas. Aun secas, nadie osaba abatirlas, porque causaban respeto, de imponentes; quizá se temía el acarreo de algún mal a quien las hiciera desaparecer. Pero nadie puede matar a un muerto, se pensó al fin, y fueron abatidas por aquellos que durante siglos se beneficiaron de ellas.


domingo, 28 de abril de 2013

CON FLORES OS LO DIGO





FOTOGRAFÍAS: Floración en Quintanilla Vivar (Tomadas en 2002). Chiviritas en El Parral (Tomada en abril de 2013).


Venimos de unos días primaverales, muy pero que muy agradables, con temperaturas casi veraniegas en toda España, también en Burgos, aunque haya quien no lo crea. Los árboles han sentido las caricias del calor y han aprovechado para ponerse guapos con una floración exuberante como hace años que no veíamos. Pero ahora nos toca una segunda parte, que es la del frío y el hielo, días de vuelta al invierno. La flor muere sin comprender. Nosotros tampoco comprendemos la injusticia. Nos ponen la miel en los labios para inmediatamente quitárnosla sin haberla degustado. Leo que en el Valle de Caderechas se han malogrado con este brusco cambio meteorológico toneladas y toneladas de cerezas a causa del hielo de una noche, de una horas tan sólo. No es justo. ¿Quién pone un día la flor y al día siguiente la mata?  No habría año ruin si no hubiese abril, dice la gente del campo; y también: Abril siempre fue ruin, si no es al principio, al medio, y si no al fin. Y es verdad, el refranero burgalés es la voz de la experiencia. Pero al menos hemos tenido la suerte de contemplar el espectáculo de la floración en el campo, que es un arte sin museo. Viene todo esto a cuento de  una fotografías que pude tomar en 2002, en una finca en barbecho de Quintanilla Morocisla donde se dio el milagro de una floración espontánea, espectacular como jamás había visto. Creación independiente, libre, que os dejo en esta galería de arte que seguimos. Que las disfrutéis. (Picad en cada una).

viernes, 26 de abril de 2013

LA VIEJA ESTACIÓN DE TRENES DE BURGOS PARA MUSEO ETNOANTROPOLÓGICO DE LA CIUDAD?

Viejo hospital de niños en  Gante,
actualmente museo etnoantropológico. 

Una celda para recién nacidos. 

Una celda para juguetes infantiles. 

Una celda para el baño.

Una celda para guiñoles. . 

Guiñoles. 

Una celda para el hacedor de zuecos. 

Una celda para el fabricante de velas. 

Cartel didáctico, crónica truculenta. 


FOTOGRAFÍAS: Beguinaje de Gante (1998). Vieja estación de trenes de Burgos (abril 2013). 
  
Estos días ha circulado en la prensa la muerte, a los 92 años, de la última representante de las beguinas, de aquellas comunidades femeninas que sin pertenecer a ninguna orden religiosa, laicas pero entregadas a Dios, libres de los hombres e independientes de la jerarquía de la Iglesia, florecieron desde la Edad Media en Bélgica y Holanda viviendo en los llamados beguinages, especie de adosados beaterios, algunos ya declarados patrimonio de la humanidad. Y esto me ha traído viejos recuerdos de cuando, en 1998, visité en Gante un viejo hospital de niños, de cierta similitud arquitectónica con los beguinages, que fue transformado en museo antropológico de la ciudad flamenca (Huis van Alijn, Museo del Folklore). Sentí entonces una gran envidia de ver cómo, por aquellas tierras, se toman en serio su cultura y su pasado. Allí, repartido en cada una de las muchas "casitas" del conjunto, se encuentran representados los modos y maneras de vivir flamenca más recientes pero ya pasados, todo lo que formó parte de la historia más cercana de la ciudad, sobre la vida, sobre la muerte, la niñez..., oficios, comercios, creencias, diversiones, indumentarias...; en definitiva, lo que yo siempre soñé para mi ciudad, para no perder nuestra memoria. Un gran museo del que podríamos tomar ejemplo, más ahora que está en  candelero qué hacer con el noble y amplio edificio de la vieja estación de trenes de Burgos.  Ante la duda, sugiero que al menos se tome en consideración esta opción. Incluyo aquí una pequeñísima muestra de lo que en el museo de Gante se puede ver.  


Antigua estación de trenes de Burgos.


Beguinato en Gante