Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

viernes, 23 de febrero de 2018

PINCELADAS DE QUINTANAJUAR


Capricho del paso del tiempo y el abandono

Algo se vislumbra, pero mis ojos no lo captan

Tres rosetas como tres soles

FOTOGRAFÍAS: Pinturas en Quintanajuar (Tomadas en febrero de 2018)

        He vuelto a Quintanajuar, ¡después de veinte largos años! Y lo que entonces no logré, acceder a la iglesia arruinada, único edificio en pie que quedaba de lo que un día fue el pueblo, en esta ocasión lo he conseguido al estar la puerta abierta. No voy a contaros el penoso estado del templo, pues este es uno más de tantos en ruinas como llevo vistos en la provincia, todos ellos con parecidas rajaduras y hundimientos, y saqueos. Pero si quiero mostraros algunos fragmentos de pinturas murales, algunas policromas y muy difuminadas por el paso del tiempo y las humedades, que decoraron sus muros y que aún hoy se pueden ver en dos arcos rebajados y enfrentados. Y no es que muestren representaciones de interés (si las tuvieron, hoy están borradas o muy escondidas, salvo alguna roseta de ocho pétalos), pero sirven para dar rienda suelta a la imaginación, que es la mejor forma de vivir el arte.   



Es más lo que se adivina que lo que se ve

        Lo que aquí dejo hoy son restos, retales de lienzos pictóricos en una iglesia olvidada de un pueblo también olvidado, de pinturas que un día algún monje bernardo, de uno que pudo pertenecer al monasterio de Rioseco de Manzanedo, cuando aún tenía priorato en este lugar, plasmara con arte barroco para los fieles de este pueblo, antes de que estos decidieran salir de aquél apartado rincón burgalés en los años sesenta del pasado siglo. Son  retazos de obras significativas, más que figurativas, posiblemente en los que pocos se fijarían, y sin embargo, como pinceladas de la historia de este pueblo,  a mí se me antojan llenos de valor.

        
Los jarrones de Quintanajuar ¿Pureza cisterciense?


miércoles, 21 de febrero de 2018

MOLINOS DE VIENTO

Cubo y acceso del molino de Villaescusa

Interior del molino de Villaescusa

Desaparecida la cubierta, el cielo se abrió paso


Dos ventanas del molino de Villaescusa

Situado en una atalaya de Los Altos


FOTOGRAFÍAS: Molinos de viento de Villaescusa de Butrón y Renedo de la Escalera (Tomadas en 2013 y 2008 respect.) 


Bien conocido es que ni Villaescusa de Butrón ni Castrecíoas pertenecen a La Mancha, la región de los molinos de viento por excelencia en España. Los dos pueblos burgaleses, sin embargo, tuvieron algo en común con la región manchega, como era poseer artefactos de molienda de igual fuerza motriz, uno para cada lugar. De los dos se conservan aún sus cubos, lo demás, aspas y maquinaria, el viento se lo llevó. Por ser una rareza en Burgos, y estar situado en una atalaya dominadora, el gran cubo de Villaescusa con frecuencia ha sido confundido con una torre de vigilancia de tiempo medieval. Pero no, en realidad se trata de los restos de un molino de viento que en el siglo XVIII y parte del XIX debió satisfacer las necesidades harineras de este pueblo de hidalgos. Sin río ni arroyos, y por supuesto sin electricidad, sus vecinos se vieron obligados a construirlo. En el Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal, de Sebastián Miñano (1826-1829) es citado como molino de viento ”1 molino de viento: sit. En lo que llaman valles altos  (Los Altos), por la mucha elevación en que se hallan”. 
Ninguna noticia ni referencia escrita tenemos, en cambio, del molino de Castrecías simplemente contamos con su característico y bien conservado cubo para su clasificación como tal. Su memoria, hace tiempo que se perdió.
Hoy, continuando con la serie de ventanas con historia de nuestros pueblos, guardamos aquí los simples vanos que hicieron de ventanas, los huecos sin ningún tipo de adorno que sirvieron para alumbrar las tripas de los molinos y las subidas y bajadas de los molineros.
Se podría pedir o sugerir a quien corresponda que estas ruinas se conservaran, para disfrute de generaciones venideras, pero en el caso de Villaescusa, siendo tan sólido y  grueso el muro del cilindro parece imposible que llegue a desaparecer por sí mismo.


Posible molino de viento en Castrecías.
Merecería estar exento. 


Un molino de viento que no llegué a conocer

Y ya que estamos metidos en harina de molino, permitidme, queridos amigos de este Cajón de Sastre, que tenga un recuerdo para otro molino de viento que debió haber en la ya desaparecida pista de motocrós de San Pedro y San Felices. No lo conocí, nadie de mi edad lo conoció, solo supe de su nombre. Muchos juegos en los años de mi niñez transcurrieron en el lugar que entonces llamaban “Molino de Viento”, que estaba en una atalaya entre la calle Alfareros y San Isidro. En aquel sitio, del que solo se recordaba el nombre como testimonio, jugando, los niños aprendimos a hacer la guerra que nos enseñaron los mayores, participando en terribles dreas entre barrios (aún tengo el recuerdo de una pedrada). Sí, allí debió existir otro molino de viento.

lunes, 12 de febrero de 2018

CASAS DE HIDALGOS, UN PATRIMONIO BURGALÉS EN PELIGRO



Este tipo de casas caracterizó el Valle y Partido
de Sedano. 



Escudos que evidencian hidalguía 


FOTOGRAFÍAS: Casa de hidalgos en Moradillo de Sedano (Tomadas en febrero de 2018)

        Se vendrá abajo, esta casa dorada de Moradillo de Sedano, que un día debió pertenecer a una familia hidalga, se hundirá, como tantas de su estilo y época se han hundido en el norte de Burgos. No hace falta ser adivino para saber el futuro que la aguarda. El tejado ya está casi hundido, y solo la fachada principal, notoriamente resquebrajada, aguanta el paso del olvido y el desprecio, ¿por cuánto tiempo? Al parecer, a nadie importa que este patrimonio edificado de los hidalgos, de inconfundible arquitectura y entrañable sabor, se pierda, y eso a pesar de que por el simple hecho de contener escudos deben tener la   consideración de Bien de Interés Cultural.
        Los pueblos se vacían y el Patrimonio se degrada. Muchas casas blasonadas que caracterizaron y dieron distinción a amplias zonas de Burgos, especialmente de las Merindades y del antiguo Partido de Sedano, desaparecen ante nuestros propios ojos sin que nadie ponga remedio. Se habla de asentar población en los pueblos (como si ello fuera posible a estas alturas), pero poco se hace por salvar su patrimonio edificado en mayor peligro. La pereza debe haberse asentado en los despachos (debería haber una ley expropiatoria para determinados casos, debería haber responsables que se responsabilizaran). Moradillo de Sedano tiene una fantástica iglesia románica que es visitada por muchos turistas todos los años, y para acceder a ella es necesario tomar un desvío que parte desde esta misma casa hidalga. No se puede, pues, alegar desconocimiento de su estado, el edificio está ahí presente, como un antiguo fielato en las encrucijadas, recordándonos desde su ventana blasonada su estado ruinoso y el esplendor de sus orígenes... y nuestras vergüenzas. 
        Aunque nada más fuera que por su valor como reclamo turístico... 



jueves, 1 de febrero de 2018

LA CASA MÁS BELLA, EN SOTOSCUEVA


Un ejemplo de conservación

Una delicia de ventana con un escudo vacío

Resplandor de hidalgos


FOTOGRAFÍAS: Casa en Quintanilla el Rebollar (Tomadas en 2013). 


Ni un remiendo, ni un aluminio, ni una reforma, nada que haya roto su armonía de piedra y autenticidad: tal y como se construyó hace siglos, así se encuentra ahora. ¡Un milagro! Esta bellísima casa (no creo que merezca el calificativo de casona, aun reconociendo que debió pertenecer a algún campesino hidalgo) del valle de Sotoscueva, concretamente de Quintanilla el Rebollar, es un regalo para los que amamos la arquitectura vernácula e hidalga de las Montañas de Burgos. Orientada al mediodía, su fachada de tres cuerpos, con las típicas balconadas montañesas, luce dos maravillosas ventanas, una a cada lado del balcón central y las dos con escudos vacíos, sin blasones.
Hay que agradecer a los dueños actuales, y  a los que con anterioridad pudo haber tenido esta casa, la magnífica conservación y el respeto con el que ha sido tratada. Si de mi mano estuviera, con gusto les otorgaría un premio de conservación del patrimonio. Ojalá estéis de acuerdo conmigo, queridos amigos de este Cajón de Sastre.