De Ecos de la lluvia y el aire
(Mayo 2012)
(Mayo 2012)
FOTOGRAFÍA: Ruinas de Lorilla. (Tomada el 27 de marzo de 2012).
Estas piedras descompuestas, estos muros muertos
que vemos hoy en efímero equilibrio, un día fueron Lorilla. Recuerda, hermana Lluvia, que nuestro amigo Acacio
dijo de este lugar que fue orilla de un mar bravo que se hizo piedra, acantilado de
un océano de tempestades donde tú y yo nos manifestamos con mayor crudeza. Bien
sabes que no fuimos, ni tú ni yo, ejecutores de su final, aunque sí de su
destino; no liquidamos nosotros, fueron ellos los que, temerosos de sus propios miedos, huyeron despavoridos Lora abajo en busca de quimeras y cielos sin alma.
Hago memoria, querido Aire, y veo en mis nubes pasadas gente montada a caballo,
emigrantes ya sin patria dejando regueros de polvo y lágrimas en el desierto
pedregal, camino de lo incierto. Era su pueblo, parte indivisible de su ser, el
libro de su memoria. Pero pon atención, siente el silencio profundo entre los
esqueletos deformes de las casas. Oigo voces ausentes, Lluvia, también llantos,
y risas, tañidos de campana en la nieve negra, naceres, vivires, morires...,
oigo todo lo que tú y yo acompañamos en los siglos de páramo, en el borde de un
mar perdido.
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