FOTOGRAFÍAS: Monasterio de San Juan de Ortega (Tomadas el 23 de marzo de 2012).
La verdad es que resulta difícil aburrirse observando los muros de San Juan de Ortega. Se puede llegar a este santuario de peregrinos buscando el capitel famoso de la luz equinoccial, o simplemente para disfrutar de ecos medievales localizando las marcas de cantero, que tanto abundan y tan visibles son en los sillares. Todo eso colmaría las expectativas de quien gusta de recrearse con el silencioso y sombrío románico. Pero si escrutamos detenidamente las paredes, sillar a sillar, no se nos podrán escapar algunos grafitos que, por su originalidad, llaman poderosamente la atención. En primer lugar y por ser el más visible, hago mención de un león (o leona) pintado en rojo que se encuentra a unos tres metros de altura en el costado norte de la gran nave. Su figura es esbelta y parece inspirada en la ilustración de algún beato. Una maravilla.
León pintado en rojo. |
A continuación hago referencia de una figura antropomorfa, también pintada en rojo, que se encuentra en la absidiola derecha mirando de frente al ábside mayor. Parece la imagen de un fraile hecha de manera burda por alguien no versado en el arte, quizá por alguien del pueblo con ganas de burla. La imagen no parece moderna, más bien creo que tenga cierta antigüedad; aunque sólo un conveniente análisis hecho por expertos podría determinar esta cuestión. Al lado izquierdo de esta oronda figura encontramos la cara incisa de una mujer. Por los rasgos de su trazo parece, en mi opinión, claramente románica, nada que ver con su vecino de ábside el fraile pintado. Si así fuera, estaríamos ante la segunda representación conocida de un rostro de mujer en una iglesia románica burgalesa; la otra ya vimos que se encontraba en una losa del suelo en la iglesia de Tinieblas de la Sierra, aquella que aquí llamamos “La Mona Lisa de Tinieblas”.
Posible fraile caricaturizado. |
Rostro inciso de mujer. |
Otro asunto que interesa en San Juan de Ortega es el de los alquerques, los tableros de juego medievales que, con más o menos huecos, espacios o casillas, pueden verse en las bancadas de las columnas; aunque esto ya es un tema más frecuente y recurrente en los monasterios de importancia. Digamos sólo que los monjes, y tal vez peregrinos ilustrados, debieron encontrar divertimento y meditación en ellos desde que Alfonso X el Sabio publicara en el siglo XIII su “Libro de Juegos”, donde vienen representados. (Algún día os hablaré de un alquerque inciso en el techo de una cueva en Briongos de Cervera).
Alquerque en bancada de columnas. |
Finalmente, hago mención de la magnífica colección de marcas de cantería, también llamados signos lapidarios, otra de las riquezas artísticas de San Juan de Ortega. De gran perfección, abundan en los sillares de la parte románica de la iglesia. Algunas nos sumergen en el proceloso mundo de los signos y de lo esotérico, quizá también en el de los trabajos renumerados de los masones medievales y sus logias. La interpretación es libre. Para hacer boca, os dejo igualmente una pequeña y bella muestra.
Marca de cantero en columna. |
Interesante publicación. Desde San Juan de Ortega agradecemos su trabajo de investigación y el interés.
ResponderEliminarEsperando poder contar con nuevas publicaciones las cuales nos enseñan día a día nuestro patrimonio cultural, reciba un saludo.
José Manuel Pérez - Alcalde de San Juan de Ortega