Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

viernes, 27 de julio de 2012

SANGUIJUELAS EN EL MERCADO




FOTOGRAFÍA: Sanguijuelas en mercado de Estambul, mayo, 2012.
Paseando por los mercados (por los buenos, entiéndaseme), uno siente el pálpito de las ciudades, de sus gentes y sus costumbres. No puede decirse que se conoce o se ha estado en una ciudad  si no se ha visitado su mercado tradicional. En todos ellos, uno encuentra la magia de lo exótico. A mí me han dejado especial recuerdo los de Pettirossi, en Asunción del Paraguay, y Estambul. De este último, crisol de culturas y mercaderías, recuerdo algo que, entre tantas cosas,  me llamó especialmente la atención: me refiero a puestos de venta  de sanguijuelas, que tan comunes eran en otro tiempo en Burgos para ciertos remedios medicinales. Hoy, revisando mi archivo turco, he dado con una fotografía de tarros llenos de estos bichos repelentes, a la venta en un puesto de un mercado estambulino. Ello me ha hecho recordar que en Burgos, como supongo que en toda España, las hirudo medicinalis estuvieron también a la venta  en los pueblos y ciudades. Como muestra, vale un botón; os dejo aquí,  queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, una noticia que he podido sacar de un viejo libro, de 1925, que tiene como protagonistas a estas lombrices negras en Villasana de Mena. He aquí:

“Era costumbre sacar a remate la provisión de sanguijuelas por tres años, y en 1843 se obligaba al rematante a tener 500 sanguijuelas, por lo menos, en los meses del año, y tenían que pagar la multa de diez ducados si las compraba malas.  La docena había de costar seis reales para los vecinos de Mena con receta de médico, y el rematante, al terminar el compromiso, tenía que entregar al Ayuntamiento 3.000 sanguijuelas “útiles para su pronto uso”, y las demás tenía que echarlas al pozo del “Arrate de Villanueva”.

1 comentario:

  1. Yo también ví esos enormes tarros repletos de bichos-as junto al Bazar Egipcio, en el mercadito de plantas y verduras que está justo al lado.
    El vendedor de semejante mercancía, era un anciano que se estaba peinando su larguísima barba blanca. la escena era muy curiosa.
    ¿ Pero... Las utilizan como remedio medicinal? Uf!!

    Un abrazo

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