Plaza de la Iglesia y de la fuente en Iglesias, un lugar para meditar sobre nuestros pueblos, sobre lo que significaron, lo que significan ahora y el futuro que los aguarda. |
El rumor de la fuente acompaña al sol de mediodía, sinfonía del agua en febrero que ya pocos en Iglesias escuchan. |
Siglo y medio de continuo correr, caños que acompañaron generaciones. |
FOTOGRAFÍAS: Patrimonio de Iglesias
Domingo, 24 de febrero de 2019,
mediodía, Plaza Mayor de Iglesias (de Iglesias pueblo, quiero decir) desierta y
soleada. La calma reina en el amplio espacio urbano, solo el relajante rumor de
la fuente de cuatro caños se expande y rompe el silencio. La vida parece haberse
detenido a esta hora del día. Es uno de esos momentos que uno quisiera que
se prolongaran en el tiempo. Un hombre de avanzada edad hace acto de presencia
en el remansado cuadro, viene de una calle de arriba y se dirige a la iglesia.
Pronto va a ser la misa, pronto vendrán con sus galas de domingo los
sobrevivientes, hay que abrir el portón para que el sol penetre y caldee el
ambiente del interior. A continuación el hombre aprieta un botón verde en la
sacristía y las campanas comienzan a sonar como posesas, como si no lo hubieran
hecho nunca. Cosas de la electrónica (que ya no hacen falta campaneros). Son
las “primeras”, el estruendo es ensordecedor, más bien tirando a irritante, y
es difícil que ningún vecino de los pocos que ya quedan en el pueblo se quede
sin oírlas. Luego vendrá la segunda sesión, y al poco la tercera, y cada vez que
las campanas suenen se apagarán los limpios rumores de la fuente. Adosada a la
iglesia hay una casa de buenos sillares, me parece la sacristía, pero no, el
hombre me dice que fue la casa del organista y de su familia. ¡La casa del
organista! Esto es nuevo para mí. Un maese
Pérez de Iglesias que tenía su propia casa, memoria de un tiempo musical
para esforzados trabajadores de la tierra y para artesanos tejedores, que de
todo ello hubo en abundancia en Iglesias. Anoto una ventana principal de esta
casa (parece de aire dieciochesco) y la guardo con los cientos de singulares que
llevamos guardadas.
En esta gran plaza, entre lapsus y
lapsus campanil, no pude por menos que meditar sobre lo que ya perdimos, lo que
estamos perdiendo y lo que vamos a perder definitivamente. ¿Pero de verdad, de
verdad, que estamos decididos a que todos los pueblos mueran? ¿Estamos seguros
de lo que estamos haciendo? Hummmm, no sé si estaremos jugando a ser aprendices de brujo; algo me dice que lo
pagaremos.
Casa del Organista. Tenía una puerta contigua por la que se accedía a la iglesia y su órgano |
Fuente pública, octogonal y con anillo interior |
Pero a lo que íbamos, la plaza tiene
una gran iglesia, como es costumbre en cualquier pueblo, tiene una
casa de organista, tiene una fuente octogonal de cuatro caños, con pasillo
interior solo apto para personas y no para bestias, y por si fuera
poco, con cuatro inscripciones, una en cada canto del “árbol”, que nos hablan
de regulaciones de otro tiempo:
SE PROHIBE
LA SUMERSIÓN
DE TODA INMUNDICIA
1873
BAJO LA MULTA DE 4 RS.
¿Se podría pedir más? Pidámoslo, pues
todavía nos queda por registrar una casa en un rincón sombrío de la plaza con otra
curiosidad. No es fácil ver lo que las sombras ocultan, menos aún si se está bajo
los efectos de un sol deslumbrante. Aun
así, elevando la mirada hacia las dos ventanas del piso superior llegué a
descubrir dos inscripciones borrosas, una en cada correspondiente dintel. En aquel momento no alcancé
a descifrar lo que la sombra desdibujaba, solo pude verlo al descargar las
fotos en el ordenador. Ante mi sorpresa, en uno pude leer:
NI CONTRA EL REY
y en el otro,
NI CONTRA LA LEY
Dos ventanas con leyenda en una casa de la gran plaza |
Dos mensajes que nos lleva a pensar
que dicha casa sin duda debió pertenecer a alguna persona de orden, tal vez a
algún militar decimonónico.
Mediodía, ya empiezan a llegar los sobrevivientes
con sus galas de domingo, vienen de una calle y de otra, en un tradicional goteo, han
sonado las terceras.
Y soy de Burgos y aun así no recuerdo haber viso una fuente con anillo interior, magnífica, gran reportaje Elías.
ResponderEliminarGraciasss
ResponderEliminarUn saludo