El gato merodea por lugares oscuros a
la busca de algún ratón que llevarse a la boca. En los pueblos hay muchos
lugares oscuros en casas vacías, el gato los conoce todos. Al gato le gustan también
las ventanas, por eso hace de ellas pedestal de dominio, por eso las ocupa. El
gato es un sibarita, tiene refinado gusto pero sabe amoldarse. Cuando no hay ventanas
ilustres, le sirve cualquier ventana para vigilar todo lo que se menea, en
cambio, cuando puede elegir, prefiere la repisa de una ventana con arte. El
gato de Cebolleros, que ha salido de la oscuridad, no es que entienda de arte
ni de heráldica, pero desde su repisa barroca y bajo el escudo, se siente marqués
de Salazar. Y lo sería, si calzara botas.
Jajaja muy buena entrada, pero esconde cosas tristes como la pobre ventana hecha polvo y una anécdota: un gato reclama su comida en una casa, recientemente abandonada... su última moradora había sido ingresada en una residencia de ancianos
ResponderEliminarDebo decirle que no sabía nada de que en esta casa, "recientemente abandonada", hubo una última moradora y que fue ingresada en una residencia de ancianos.
EliminarGracias por la información.
Un saludo
Eso me dijeron, justo antes del confinamiento. Creo que la casa era una con un cable colgando y una puerta en arco, antigua, interesante... Ya se que no tiene ninguna importancia pero igual me tomo el pelo que me lo dijo, cara de sorna si que tenía. Me choca una casa en tan mal estado aunque no sería la primera vez que veo casas habitadas en muy malas condiciones.Y con una pensión de no mucho más de 300 o 400 e a ver quien se pone a hacer reformas! Luego se "contrata" gente para hacer cosas y mantener la casa en condiciones y pasa como al viejillo de Palazuelos de Villadiego... Mierda de vida!!
ResponderEliminarPues dicha queda su aclaración sobre "la última moradora".
ResponderEliminarGracias
Un saludo