CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS
EN MÉXICO (II).
SEGUNDA PARTE, SEPTIMA ENTREGA
UN
ZOO DENTRO DE LA SELVA. EL CAÑÓN DEL SUMIDERO VISTO DESDE ARRIBA
EL ZOO DE TUXTLA-GUTIÉRREZ
Teníamos
programado para esta jornada dos visitas, una al zoo de Tuxtla-Gutiérrez
(ZooMAT), que reúne la mayor variedad de especies animales que pueblan el estado
de Chiapas, alguna en peligro de extinción, y la otra al Cañón del Sumidero,
que ya conocimos a nivel del río por una visita anterior. De dicho zoo nada
conocíamos, por eso todo sería sorpresa para nosotros. Primero, por estar super
preparado, con toda la parafernalia que requiere el gran turismo, y segundo,
porque se trata de un zoo dentro de una gran selva, lo cual nos pareció una
idea original, y hasta cierto punto respetuosa con los animales, pues expuestos
en su hábitat natural podríamos pensar que se sienten como en casa, si no fuera
porque se encuentran enjaulados y sin poder hacer los largos viajes como
acostumbran, siendo como son espíritus libres. Bien es cierto que son
enjaulados espaciosos y con refugios, y que si así lo desean pueden esconderse cuando
la presencia de los miles de turistas les abruma, como hacen los cocodrilos en
sus charcas habilitadas en medio de todo. Para esto del ocultamiento, deben
tenerlo más fácil los monos aulladores y araña que viven en el zoo, que, en su alto
mundo de las copas de los árboles, chillan de contento y saltan felices de una
rama a otra sin hacer mucho caso a lo que sucede abajo. Las jaulas, pajareras
incluidas, por espaciosas que sean no dejan de ser jaulas. Tal vez por eso
vimos un puma que, en su encierro, iba y venía, arriba y abajo, sin parar y en
paseos cortos, quién sabe si meditando sobre el valor de la libertad. Muy cerca
de este puma creímos ver un jaguar semi oculto en un alto, quizá dormitando de aburrimiento
en su amplia y exclusiva jaula; sentimos no poder verle en su plenitud, pues el
jaguar es un animal de extraordinaria belleza y emblemático de Chiapas. Por lo
demás, un entramado de sendas en el boscoso zoo permite ver cada uno de los
sectores de las distintas familias animales de manera sosegada; hacer el
recorrido completo, bajo la banda sonora que producen los más ruidosos, es un
deleite para los sentidos y una experiencia inolvidable. La visita se agradece
también porque el sombrío y la frescura que produce la misma selva nos alivia del
intenso calor que siempre reina en Tuxtla-Gutiérrez.
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| En lo más alto de los árboles del zoo saltan y aúllan los monos. |
| Selva y especies animales de todo tipo conforman una visión de Chiapas imborrable. |
EL
“CAÑÓN DEL SUMIDERO DESDE” LAS ALTURAS
Antecedentes: en 2013 surcamos en lancha turística las honduras del Cañón del Sumidero siguiendo las aguas mansas del río Grijalva. Cómo olvidar aquellos vertiginosos paredones a uno y otro lado, de 1000 metros de altura y donde la vista se envuelve de nubes; cómo olvidar los pelícanos entre la foresta de las rocas y los cocodrilos en las orillas con sus fauces abiertas intentando ganar aire, o los jaguares invisibles que no vimos pero que quizá podían estar al acecho. Imposible olvidar tan fantástico escenario. Pero aquello es agua pasada, queridos amigos, hoy nos lleva el Cañón desde las alturas, y ahí sí que el vértigo es real. Bien es cierto que hay miradores a distintas alturas (cinco en total), para gusto de lo que cada uno pueda resistir, pero al fin el mareo es parecido en todos. Mil metros hasta el río es una verticalidad que asusta. Por eso ha de ponerse en valor la gesta suicida de la población indígena de los chiapanecas cuando, según cuenta la leyenda, decidieron inmolarse en masa arrojándose por esos precipicios antes de caer prisioneros de los conquistadores españoles, al frente de los cuales estaba el castellano Diego de Mazariegos, a quien se atribuye la fundación de San Cristóbal de las Casas y Chiapa de Corzo (esta última es el lugar donde se encuentra el embarcadero de las lanchas que hacen recorrido del cañón). Este suicidio colectivo por circunstancias obligadas nos lleva a recordar los innumerables habidos a lo largo de la historia de la humanidad, sin ir muy lejos de nuestra tierra burgalesa, la Numancia celtibérica asediada por los romanos (“resistencia numantina”).
| El Cañón del Sumidero en 2013. A uno y otro lado, un pacífico río Grijalva se abre paso entre enormes paredones. |
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Desde alturas de vértigo el encajonado Grijalba parece lejano. |
| Placa homenaje en la gran plaza de Chiapa de Corzo. |
CHIAPA DE CORZO, RECUERDOS DE OTRO VIAJE
Se ha apuntado ya una visita al Cañón en 2013. Han pasado una docena de años, pero estando en el relato que llevamos tan cerca de Chiapa de Corzo, el que fuera lugar de los Chiapanecas inmolados, no nos resistimos a recordar aquí algo de lo que nos maravilló en aquella ocasión. Recordamos con emoción una magnifica ceiba (pochote), el árbol sagrado de los mayas, situada en la gran plaza de Chiapa, resistente vegetal bajo cuya poderosa sombra debió descansar -cuando sus conquistas le dejaban tiempo-, Diego de Mazariegos y Porres, fundador de esta ciudad. Nos maravilló también una monumental fuente en la misma plaza, la que fue creada en 1562 con ladrillo, al estilo mudéjar, con forma de corona real y conocida como “La Pila” o “La Corona”.
| Fuente de traza mudéjar en la gran plaza de Chiapa de Corzo. Nació con vocación de corona real en 1562. |
| Antes de todo estaba la gran ceiba. |
Próxima entrega: hacia los Lagos de Montebello




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