Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

domingo, 25 de noviembre de 2012

ARTE EN LOS POLÍGONOS INDUSTRIALES




FOTOGRAFÍAS: Polígono Industrial en Burgos (Tomadas el 22-11-12).

Echan humo y vapores los minaretes de las fábricas en los polígonos industriales. A veces, dédalos de tuberías forman acertijos de difícil comprensión y solución. Engulle nuestra vida la fábrica, en turnos de inspirar-espirar y sin solución de continuidad, o pasamos de largo ante ella, sin fijarnos en la belleza que encierran sus neuronas de metal y cemento, en sus intestinos abiertos. Ni siquiera los ingenieros creacionistas advierten en los kilómetros de conductos retorcidos que ellos mismos diseñaron un ápice artístico. Todo el esfuerzo es para  fabricar una punta, un tablero o una botella, y ya está, no buscamos más pies al gato que nos permite seguir jugando a vivir. Y sin embargo, cuando desde fuera contemplamos contraluces de humos en el laberinto venoso y fabril, todo se convierte en un poema para enmarcar.

PD: Perdón por la manipulación fotográfica.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

OTRAS VENTANAS EN EL RÍO DE LOS HIDALGOS

Casona de Tubilleja en 2007. 

Misma casona de Tubilleja en noviembre de 2012. 

En el costado norte hay una ventana del siglo XV.


Arco conopial en casona de Tubilleja.


Otra casona con escudo en Tubilleja.

Casona con escudo en Tudanca de Ebro.

FOTOGRAFÍAS: Ventana de Tudanca (Tomada el 13-10-2012) y Tubilleja (Tomadas en 9-5-2007 y 13-10-2012)

Siguiendo la estela de las ventanas con historia, de nuevo  os propongo navegar por el Ebro, por el río de los hidalgos. Hoy, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, vengo con otras tres joyitas. Una la encontré en visita reciente a Tudanca, traspapelada de visitas anteriores, y las otras dos en la cercana Tubilleja. De las últimas, una de ellas se halla en una casona de bella fachada, con gran escudo, que ha sido recientemente restaurada, o al menos echada nueva cubierta, algo que es de agradecer, porque así tendremos edificio histórico para rato. Pegada a la carretera, ya no luce el balcón de madera que hasta hace poco lucía, habiéndose colocado en su lugar un simple armazón, seguramente para recordar lo que allí hubo. Pero íbamos de ventanas; en el costado norte y sombrío de esta casa puede verse un precioso ejemplar con arco conopial, elemento que le da cierto porte moro y que puede llevarnos al siglo XV, lo que no estaría nada mal.

En otro lugar de Tubilleja encontramos otra casona y en ella una nueva  ventana hidalga, cuyo interés radica en el escudo que luce sobre ella; el blasón está situado bajo una graciosa moldura con inscripción, de la que sólo he alcanzado a leer la fecha: 1666. Se trata, pues, de un ejemplar más de ventana con escudo, de los muchos que llevamos aquí registrados y guardados.  

Otro día traeremos una muestra del gran número de escudos vacíos que venimos encontrando en el Ebro y aledaños. Os pediré opinión sobre estas ¿obras inacabadas?, sobre las que todavía no he encontrado nada escrito.


viernes, 16 de noviembre de 2012

VENTANAS DEL EBRO, HUELLA DE HIDALGOS


FOTOGRAFÍA: Ventana en Cortiguera (Tomada el 13-11-2012).

He vuelto a Cortiguera, ayer, después de trece años transcurridos, y el silencio es el mismo en las sombras profundas de la tarde. Buscaba los colores del otoño y aparecieron fantasmas grises de hidalguías pasadas. He visto construcciones recientes junto a muros herrumbrosos que se resisten, todo no está perdido. Una hiedra trepa paciente y abraza con fuerza la ventana de una noble casona; le falta poco para apagar el apellido Moral, un hidalgo del Ebro en Cortiguera, un hijodalgo que proclamó su limpieza de sangre en el dintel, recostado en la loma sombría, junto al palacio de enfrente, su competidor más poderoso. Escudo perfecto, señas de identidad de una casta que se perdió, que proliferó en los meandros del río, escondida entre montañas de difícil llegar.  Tantas casonas, tantos hidalgos con memoria de piedra, con sus escudos, a orillas del Ebro...

martes, 13 de noviembre de 2012

IGLESIA DE ROZAS, UN LUGAR PARA LA LEYENDA



Torre de Cidad de Valdeporres. (1973).


Torre de la iglesia de Rozas. (2011).

FOTOGRAFÍAS: Torre de Cidad de Valdeporres (1973). Torre de la iglesia de Rozas (2011). Tras las ruinas y la yedra se esconde la leyenda. 

Don Miguel Espinosa, a quien agradezco el seguimiento que habitualmente hace de este blog, me envía un largo y bien documentado comentario referido a la entrada de 27 de febrero de 2011, titulada El barco de Rozas no corta el mar, sino vuela. Por su indudable interés y porque en la sección de comentarios no se admiten textos tan extensos, me permito registrarlo aquí como si fuera una entrada más, con su permiso, por supuesto. Y aquí va


Estimado Elías:

Estaba investigando sobre los Condes de la Revilla de la Casa de los Velasco, y he llegado a su su blog (que sigo habitualmente con mucho interÉs) y me han parecido interesantes sus apuntes de tradición oral sobre el "Señor de horca y cuchillo"
http://arqytrad.blogspot.com.es/2011/02/el-barco-de-rozas-no-corta-el-mar-sino.html
Al hilo de esa tradición oral, quiero compartir con usted por si no los conociera estos apuntes históricos sobre dicho Conde:

Episodios de trágicos sucesos llenos de amor y odio, de poder y venganza,
El II Conde de la Revilla D. Pedro Fernández de Velasco, hijo de D. Alonso y de Doña Casilda de Velasco, fue señor de Rozas, Porres y Balmaseda, casó en 1609 con Doña Ana María de Velasco muriendo, como diremos, en 1636, un siete de julio.

Muerto trágicamente, la leyenda arropa su figura como personaje novelesco, típico del futuro Romanticismo. Contemplando los escudos y sepulcros de la Iglesia de Rozas, que puede visitarse en su desconchado interior, un anciano lugareño refirió al autor la razón de su sangriento final y es que el tal Señor y Conde quedó prendado, en una de sus salidas de caza, de doña Inés de Cidad, cuya familia poseía la Torre próxima de su nombre.

Inés, que no conocía barón, era el orgullo de su padre, viudo hacia años, y de sus hermanos que la protegían de numerosos pretendientes que no satisfacían a la moza ni a sus allegados. Mas el Velasco, amo y Señor feudal, que frecuentemente utilizaba el Derecho de Pernada, y que tiránicamente dominaba el valle, rapta a Inés llevándola al castillo de Rozas, temido por su imagen y el visible cadalso (que hasta hace pocos años podía verse en el lugar) donde se ejercía tajante justicia bajo los mandatos del propietario del legendario edificio.

Heridos en su honor, padre y hermanos, junto con otros parientes de la pequeña Inés, acuden con su gente a la fortaleza del Conde quien, no esperando la rápida reacción de los ofendidos, cae indefenso en sus manos.

Presos de la ira, son ajusticiados en su propio cadalso el Conde y la desafortunada y mancillada Inés de Cidad, quién así lava con su sangre el blasón familiar.

Enterado presto el Condestable de Castilla, primo del noble ejecutado, presiona al Rey y a las Juntas para castigar a los culpables, como ejemplo y defensa de sus próximos, siendo aquellos detenidos y conducidos a Soncillo, en espera de proceso. Sin embargo, toda la comarca estalla en una reacción popular que hace temer a las propias Autoridades. Tal era el odio de la población por su decapitado Señor y la justeza de la venganza de los de Cidad.

Durante año y medio el asunto es paralizado en espera de la paz del olvido mas, aprovechando ésta el Condestable, ávido de satisfacción y sin aguardar juicio alguno, ahorca a los presos, de noche, en la Plaza Mayor de la localidad de su cautiverio.

Algunos brotes de indignación fueron duramente reprimidos por el Velasco quien, con mano firme, pone "las cosas en su sitio", según él deseaba.

A pesar de estos tristes y agitados sucesos, el linaje de los Condes de la Revilla continuó con su tercer titular, D.Alonso.

RODRIGUEZ, Ramón Hilario: Los Velasco, vida, obra y patrimonio de una dinastía, Asociación cultural "Fernández de Velasco", Villarcayo, 2002. pp.167-171.

¿Otra leyenda o tapadera?

"Fallecimiento del Conde de la Revilla, Pedro Fernández de Velasco y del Campo, corregidor de Madrid (1634-1636), ocurrido a causa de una insolación en una corrida de toros. A 17 de Julio murió el Conde de la Revilla, corregidor de Madrid, de cansancio y pesadumbre que le causó la fiesta de toros que hubo dos días antes en el Buen Retiro, habiendo andado mucho por el sol y enviándole á decir al señor Conde Duque algunas palabras pesadas con el alguacil Quiros; y de ahí á dos días fué proveido en su lugar Don Juan de Castilla, que lo exerce con retención de las demás plazas que tiene."

RODRIGUEZ VILLA, Antonio, Monarquía de España de los años 1636 y 1637, Luis Navarro, Madrid, 1886. p.21. 

Opinión: Siendo segura su estancia en Madrid de 1634 a 1636 veo más posible los últimos hechos. 

Un saludo

viernes, 9 de noviembre de 2012

ESCUADRA Y COMPÁS EN EL PÚLPITO DE SAN LESMES




FOTOGRAFÍAS: Púlpito de la Iglesia de San Lesmes, Burgos. (Tomada en octubre de 2012). 

Podría muy bien comentar aquí la belleza del medallón que contiene la escena materno-amorosa, detenerme en las suaves y dinámicas curvas que el escultor renacentista dejó impresas en el púlpito de la iglesia de San Lesmes, en Burgos. Podría hacerlo si fuera capaz de describir como se merece tanta belleza. Pero no, no me siento capaz, y en realidad, lo que más me ha llamado la atención del conjunto escultórico es el escudo que se encuentra bajo la elegante Madonna, con sorprendentes emblemas masones en los cuarteles inferiores, en uno la escuadra y en el otro el compás. El tema es interesante y daría mucho juego para un estudio en profundidad, cosa para la que tampoco me veo capacitado. Pero no hace falta ser un especialista para que, a la vista de semejante curiosidad, quepa preguntarse qué nos están diciendo estos símbolos, ¿acaso quien labró el púlpito pertenecía a una tradición de logia masónica medieval, y por tanto estaba dentro de lo que se ha dado en llamar masonería operativa, la relacionada con quienes trabajaban la piedra, o por el contrario, el escudo es la impronta de un mecenas que sufragó el púlpito, perteneciente ya a lo que se ha definido como masonería especulativa, que poco tiene que ver con los trabajos de la piedra y mucho con la filosofía y el pensamiento? La época en que se labró el púlpito apunta ya a una transición entre las dos formas de masonería, con lo cual parece lícito hacerse la pregunta.


jueves, 8 de noviembre de 2012

PANORAMA DESDE EL PUENTE




FOTOGRAFÍAS:  Río Arlanzón, desde el Puente Malatos ( 6 de noviembre de 2012). 

Solo un pequeño apunte, a modo de relajo. Este fin de semana será, probablemente, la última oportunidad de disfrutar en  plenitud con los colores del otoño en Burgos. La lluvia y el viento anunciados vendrán y las hojas multicolores de los árboles caerán. Se habrá ido así  uno de los espectáculos más bellos que contemplar se puede en nuestra ciudad. Os aconsejo, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, que os detengáis una vez más en los puentes y os asoméis al Arlanzón y su arboleda dorada, el panorama es de aplauso, un regalo que guardamos en la etiqueta arte en la naturaleza.  

Picad en cada fotografía.      

sábado, 3 de noviembre de 2012

TERCER AÑO DEL ÁRBOL DE LA PROVINCIA, LAS BELLOTAS DE TODOS




FOTOGRAFÍAS: Árbol de la Provincia, Jaramillo de la Fuente. (Tomadas el 30-10-2012).

Han pasado tres años desde la plantación (en marzo fue su cumpleaños) y el Árbol de la Provincia sigue creciendo bajo los ritmos serranos de Jaramillo de la Fuente. Su tercera producción de bellotas viene abundante y con fuerza este año, cada fruto debe llevar ya una parte sabia de cada pueblo burgalés y eso se nota, pues no debe ser lo mismo crecer con la sangre de una tierra que con la de un millar de tierras. Alguien dijo que tanta tierra diferente podría originar una locura de difícil control en el árbol, se equivocó. Alguien dijo que no era tierra de encinas, y que por ello no arraigaría, se equivocó también. Hubo incluso quien predijo: el árbol es viejo, pronto morirá. Nada de eso ha sucedido, afortunadamente, días pasado le vi lleno de vitalidad y de lozanos frutos. Pero, y aunque llegara a caer, cosa que no permitirán los buenos vecinos de Jaramillo, que tanto le miman al pie de su maravillosa iglesia románica, quedan ya hijos para continuar la saga. Pasarán siglos y estará entre nosotros, el Árbol de la Provincia, que es el de todos con la tierra de todos.