Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

sábado, 31 de octubre de 2009

TÚNELES, LOS DE ANTES Y LOS DE HOY


FOTOGRAFÍAS: Túnel de Pancorbo. Túnel de Ubierna.

Hubo un tiempo en el que cualquier tipo de construcción, bien fuera infraestructura pública o arquitectura civil de las ciudades, era hecha con esmero y arte. Hoy, en cambio, el feísmo impera, por lo general, en cualquier construcción (quizá con la excepción de alguna faraonada). Valgan como ejemplo las innumerables urbanizaciones-colmena de ladrillo caravista y hormigón que han surgido en los últimos años aquí y allá, por cualquier lugar, con una uniformidad y falta de estética que asusta y aburre. ¿Será este el legado de ciudad y urbanismo que dejaremos a las generaciones que vengan? No creo que su vistosidad atraiga a los turistas del mañana, la verdad. Aunque, bien mirado, vaya usted a saber los gustos, modas y necesidades de dentro de cien años.

Esa falta de mimo en el acabado de las obras se percibe incluso en los túneles de las carreteras. Traigo aquí dos modelos de acabado de túneles que son ilustrativos: uno, el de Pancorbo, creo que de principios del siglo XX, cuyas bocas fueron adornadas a imitación de un castillo, seguramente atendiendo, con sentido ético y estético, a la tradición castelar del pueblo del desfiladero; y otro, el de Ubierna, en la N-623, que es una auténtica pleitesía al feísmo. Descarnado y sin remate alguno, con el mordisco en la roca recibiéndote, parece, además de una agresión al paisaje, una obra inacabada.

A la vista de las fotografías, juzgad vosotros, amigos y visitantes de este cajón de sastre.

jueves, 29 de octubre de 2009

UN JARDÍN BOTANICO EN LAS RUINAS MEDIEVALES DE SANTA CATALINA, EN ÁLAVA








FOTOGRAFÍAS: Tomadas el 28 de octubre de 2009

Permitidme hoy, amigos y seguidores de este cajón de sastre, que salga de nuestras fronteras provinciales para contaros y enseñaros un lugar del que no tuve conocimiento hasta el pasado sábado. En una nueva visita a las ruinas del monasterio de Santa María de Rioseco, en compañía de unos amigos, uno de ellos, venido desde Vitoria, maravillado por lo que en Rioseco estaba viendo, se le ocurrió comparar estas ruinas burgalesas con otras que él conocía cerca de la capital alavesa. Me habló del Jardín Botánico de Santa Catalina, con una superficie de 32.000 metros cuadrados, construido entre los restos de un antiguo palacio, luego convertido en convento de agustinos, en la localidad de Trespuentes, del Municipio de Iruña de Oca, a 10 kms. de Vitoria y casi arrimado a las ruinas de la ciudad romana Iruña-Veleia.

Un jardín botánico aprovechando las ruinas de un monasterio medieval ¡Pero si es esto mismo lo que yo siempre pensé para Rioseco!, le dije. Prometí visitarlo en poco tiempo. Y es así como ayer, 28 de octubre, soleado día otoñal, tuve el gran gozo de visitar este Jardín Botánico de Santa Catalina. En síntesis, se trata de eso, de unas ruinas medievales que llevaban muchos años abandonadas, comidas por la hiedra y perdidas dentro de la impresionante espesura de la Sierra de Badaya; unas ruinas que, ya por sí mismas, antes de dicho Jardín, eran un motivo de atracción para excursionista ávidos de emociones. Pero los responsables del citado Ayuntamiento, a lo que se ve una corporación sensibilizada con su patrimonio, y con una visión clara de que aquello podía ser aprovechado como un bien cultural que debía ser conocido por todos, han ido más allá y han querido y sabido crear en torno a ellas un auténtico gozo para los sentidos. Con una perfecta simbiosis entre las ruinas medievales, casi tan importantes como las de Rioseco, y una impresionante muestra botánica, Atlántica y Mediterránea, con plantas de casi todo el mundo, se ha creado, en mi opinión, no solamente un Jardín Botánico, sino todo un parque romántico, en el que uno podría pasarse horas y horas olvidado de la gran ciudad, sobre todo en estos días de otoño, cuando está en su momento álgido la explosión de los colores.

Con un respeto enorme al lugar, con mínimas intervenciones en las ruinas, sólo una escalera de caracol metálica que llega hasta los campanarios, desde donde se domina la llanada de Vitoria, y un laberinto de sendas perfectamente integradas entre la espesura, con pequeños carteles que identifican cada elemento vegetal, se ha conseguido un milagro por el que bien vale un viaje y una detenida visita. Lo recomiendo en estos días de otoño tan extraños, pero tan espectaculares.

PD:
Amigos de Rioseco, amigos de las incomparables ruinas cistercienses de Manzanedo, os hago una confidencia: ayer, en Santa Catalina, sentí una inmensa admiración, pero también una gran envidia por lo que allí vi, contraponiéndolo al abandono de nuestro monasterio.

miércoles, 21 de octubre de 2009

LA LASTRA, OTRO PALACIO ENTRE LA RUINA Y EL OLVIDO





FOTOGRAFÍAS: Paño de la capilla con inscripción. Capilla y patio con suelo de lastra. Conjunto palaciego en 1992. Acceso al gran patio, en ruinas, 2009. Lauda sepulcral en el interior de la capilla (2011). Escudo de armas de los Buxedo.


S P [¿SAN PEDRO?] PATRÓN DE ESTA CASA Y DE LOS BUXEDO NOS ABRA LAS PUERTAS DE LOS CIELOS Y NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO QUE ESTÁ EN LA [¿CAPILLA?] NOS ILUMINE DE NOCHE Y DE DÍA PATER NOSTER AVE MARÍA


Así reza una inscripción en un sillar de la ermita que antecede a un ancho patio de suelo rocoso. Por ella sabemos que el conjunto palaciego del antiguo coto redondo de La Lastra, de Valderredible (aunque ahora en el término de Linares de Bricia), perteneció a los Bujedo. No sabemos cómo ni cuándo ni por qué pasó a tierras burgalesas, pero conocemos que, desde hace muchos años, la ruina se ha apoderado de este enigmático y fantástico lugar cuyo origen debe perderse en las brumas del medioevo. Los Bujedo, cuyas armas vemos en un escudo del pueblo, fueron señores y dueños de este conjunto palaciego y rural; efectivamente: lo eran al menos en 1559, y todavía a mediados del siglo XVIII debían serlo, aunque por este tiempo figurara Francisco Lucio como “dueño de la Casa de La Lastra”. Entonces la llamaban “casa”, pero ahora no tenemos empacho en llamar palacio al edificio principal. Pero no es hacer historia lo que nos trae hoy aquí, sino llamar la atención sobre el estado ruinoso en el que se encuentra y sobre la rapiña que también ha hecho presa en todo el conjunto, en el palacio, en las arquerías del patio, en la casa de los colonos, en la ermita.... La Lastra es otro caso más del abandono del patrimonio histórico artístico de nuestros pueblos, un elemento más de la desolación. El desconocimiento, la incuria de las administraciones, la desidia de los dueños, desacuerdos familiares, o con la Administración, falta de capital, avaricia sin fin, dueños mayores e incapaces de tomar decisiones... Siempre hay algo que entorpece, siempre existen justificaciones para que monasterios, palacios, bienes de interés etnográfico etc., desaparezcan. Habría que poner freno a esto. Por lo demás, La Lastra me trae recuerdos imborrables de mi gran amigo Acacio Iñiguez, desaparecido hace pocos años, que viviendo solitario en Linares, fue el último guardián del conjunto. En varias ocasiones visité el lugar con él, y cada vez que bajábamos desde su pueblo sentíamos los latigazos el drama al ver cómo los arcos, los muros, iban desmoronándose día a día. ¡Qué fantástico sitio para establecer una casa de agroturismo!, decíamos los dos. Mi emocionado recuerdo al amor de la lumbre, Acacio.

domingo, 18 de octubre de 2009

LA CASA PINTADA DE QUINTANAS DE VALDELUCIO... Y OTRA EN REZMONDO






FOTOGRAFÍAS: Tomadas en 2008. Cuatro de Quintanas y una de Rezmondo.

Me duelen los pueblos. Me duele su abandono, a veces su ruina, y siempre su silencio. Y sin embargo, hay una fuerza en ellos que me atrae y que me incita a estar siempre pegado a sus paredes, a compartir con sus últimos habitantes el ya declarado ocaso. Presiento que algún día habrá que lamentar ese abandono del medio rural, del campo, la sustitución de la tierra por el asfalto y sus enormes incomodidades. Pero no nos pongamos tristes, menos hoy, que viene a este cajón de sastre una maravilla de casa en Quintanas de Valdelucio. Una artista americana, creo que argentina, que ha encontrado su lugar en el mundo en este apartado rincón burgalés, y en él ha establecido su centro creativo, ha pintado en cada una de las fachadas blancas de su casa murales multicolores de muy expresiva ejecución, tan expresiva que parece que las pinturas incitaran a volar. Una grata sorpresa, una delicia para la vista, un insólito ramalazo de alegría con el que combatir la depresión que surge de los adobes descarnados y del mampuesto frío.
Hay otra casa pintada con amor en Rezmondo, aunque sus pinturas vegetales parecen más populares y, sobre todo, menos pretenciosas; aunque el mensaje que subyace en ellas está claro: el reflejo del pino en la casa y la parra que existió en la fachada y que ahora no existe. En todo caso, si se diera el caso de que hubiera que pintar todas las casas de un pueblo (ni Dios ni los alcaldes permitan semejante cosa), no sé, creo que me inlinaría por encargar el trabajo a la artista de Quintanas de Valdelucio.

lunes, 12 de octubre de 2009

EL CAMINO DE LOS LADRONES




FOTOGRAFÍAS: Portillo del Tez, en San Martín de Elines. Emiliano Díez (Milo), de Quintanilla de Escalada y buen conocedor del Camino de los Ladrones. Ermita de San Antonio, de Valdelateja. Mal país por donde discurría el Camino de los Ladrones.


Quizá no sea propiamente un paso de montaña, y tampoco se encuentra en Burgos, pero el portillo de San Martín de Elines, es el principio, o el fin del Camino de los Ladrones y también del que lleva a Sargentes de la Lora. Estos dos caminos, atravesando un vasto e impresionante páramo de mal país, comunicaban el valle de Valderredible con los pueblos burgaleses de La Lora y del entorno del río Rudrón (Sedano, Nocedo, Huidobro, Cortiguera, Valdelateja,...). En su día, y como atajo para no dar el gran rodeo que suponía seguir el curso del Ebro, el Camino de los Ladrones fue muy frecuentado por aquellos que acudían a las ferias del valle Cántabro, fundamentalmente a las de Ruerrero y Polientes. Para llegar a San Martín de Elines, los burgaleses del Rudrón subían al páramo de La Lora por la ermita de San Antonio, de Valdelateja, cruzando la carretera; una vez arriba, siguiendo La Lora pero bordeando el cantil sobre el río, llegaban a las Loras de Quintanilla y de Escalada; una vez aquí, se adentraban en el páramo de Orbaneja y Villaescusa hasta encontrar el Camino de los Ladrones, que es el que les llevaba a San Martín de Elines, y finalmente a Ruerrero o Polientes.

Los vecinos de Covanera, San Felices, Quintanilla de Escalada y Escalada pudieron utilizarlo igualmente, pero a través de otras sendas que subían por la empinada ladera hasta coronar la línea de cumbre. De estos caminos secundarios y montaraces cabe destacar el cercano al Barrio de Nápoles, el cual, una vez arriba, se desviaba hacia Sargentes, y el que subía desde Quintanilla de Escalada por la Cueva Negra o de los Moros.

Hoy, todos estos caminos y sendas, incluido el de los Ladrones, se hallan prácticamente desaparecidos, borrados incluso de los mapas topográficos más modernos, pero en su día cumplieron una función socio-económica importante. Personas con animales en las alforjas, andando o en borricos o caballos, transitaban por ellos para acudir al mercado de Polientes y a las ferias de San Simón (28 de octubre), La Inmaculada (8 diciembre) y Santo Tomás de Aquino (5 de enero), de Ruerrero.

Hay quien cree que el nombre de Camino de los Ladrones le viene dado porque fue utilizado en los años de la posguerra con el estraperlo, pero también quien dice, creo que más atinadamente, que tal denominación viene de más atrás. Eso al menos es lo que opina mi amigo de Quintanilla de Escalada, Emiliano Díez (“Milo”), de ochenta años y gran conocedor de la zona y su historia: “Eso [el nombre] viene de más atrás, es más antiguo. Ese camino no fue usado cuando el estraperlo”. Lo más probable es que, como ya vimos que ocurría en el Portillo del Infierno, en este camino debieron apostarse asaltantes de las personas que transitaban a las ferias y volvían o iban con la bolsa bien llena.

jueves, 8 de octubre de 2009

LA GRÚA ABANDONADA





FOTOGRAFÍAS: Tomadas el 7 de octubre de 2009

Ay, polipasto fortachón y altivo,
hoy difunto en el carrascal,
al pie del pozo tenebroso.


Viene hoy a esta galería de arte arqueológico un polipasto abandonado en las canteras de Hontoria-Cubillo, un elevador que sirvió para extraer la piedra cortada en el interior de la Cantera del Águila. Hierros y cables negros que nos evocan actividad de barrenos y carretas allí donde ahora sólo reina el silencio. El pozo lo taparon con bloques desechados, hace muy poco, era un peligro para caminantes y curiosos. Abajo, en la oscuridad, se abre un hueco inmenso con restos de lo que allí aconteció: la vagoneta carcomida, el humo de los candiles en el techo, los cables de una luz eléctrica primitiva, colgando como estalactitas.
La grúa resiste, ¿hasta cuándo?

lunes, 5 de octubre de 2009

ESBOZO DE PROYECTO PARA ACONDICIONAMIENTO Y POSTERIOR USO DE LAS RUINAS DEL MONASTERIO CISTERCIENSE DE SANTA MARÍA DE RIOSECO EN EL VALLE DE MANZANEDO



... sujeto a cualquier modificación y a cualquiera otra idea o proyecto. El tema es que el monasterio no desaparezca.

Elaborado por el titular de este blog el 15 de octubre de 2007


Aunque parezca paradójico, hay veces que las ruinas y el olvido pueden convertirse en buenos aliados de la arquitectura y de los proyectos de acondicionamiento de edificios y lugares. Este podría ser el caso del monasterio de Santa María de Rioseco, cuyos restos, por sí mismos y debido al abandono secular al que se han visto sometidos, constituyen hoy un patrimonio “edificado” de enorme magnitud y encanto. Los restos del viejo monasterio cisterciense, emplazado en el siglo XIII en el valle de Manzanedo, son tan extraordinariamente bellos y atractivos, y el lugar donde se asientan tan espectacularmente agreste y salvaje, con el río Ebro de acompañante, que parece que todo se hubiera conjugado para invitarnos a llevar a cabo algún proyecto de ensueño, quizá un parque romántico donde dejar volar nuestra imaginación, donde ofrecer a todo aquel que quiera buscarse y encontrarse a sí mismo sin recurrir a los rigores de ninguna religión.

Tendría gran sentido hoy, cuando, estresados y amargados por las ciudades que nos devoran, buscamos refugios de paz y relajo allá donde podemos. Un proyecto cultural y lúdico que pudiera significar no sólo la recuperación de las ruinas, sino también dar un soplo de vida a los pueblos de valle de Manzanedo, tan despoblado ya.

Las fantásticas ruinas de Río Seco, sus maravillosos arcos medievales y herrerianos, abrigadas por dos impresionantes sierras, el padre Ebro que mece sus soledades, la naturaleza salvaje que todo lo envuelve, más la maravillosa arquitectura tradicional de los pueblos del valle de Manzanedo, son ingredientes lo bastante atractivos como para crear un todo lleno de sentido y futuro. Lo principal está ya hecho, las bellísimas ruinas están ahí, los eremitorios y los pueblos también, invitándonos a su aprovechamiento. Ahora veamos lo que seríamos capaces de hacer.

Para empezar, habríamos de inventar algo nuevo. Monasterios medievales reconstruidos hay muchos, ruinas aprovechadas pocas o ninguna. Dejemos, pues, volar nuestra imaginación.


PROYECTO

EL proyecto estaría basado en dos ideas fundamentales: creación de un PARQUE ROMÁNTICO, en el que quedaran visibles y realzadas las ruinas, y de un JARDÍN BOTÁNICO, en el que se convivirían la mayoría de las especies vegetales endémicas del valle de Manzanedo y las que los propios monjes usaban para sus herbolarios. Y todo ello, como no podría ser de otra manera, con un protagonismo especial del agua, que habría de tener su máxima expresión en una fuente instalada en el centro del claustro.

El resultado final recibiría el nombre de

“Parque romántico de Santa María de Rioseco”

Su explotación, para el mantenimiento y rendimiento, estaría también en función de lo que se fuera capaz de organizar o programar en dicho Parque.


OBRAS A EJECUTAR

PRIMERA FASE: Limpieza del conjunto

a. Desbroce selectivo del manto vegetal que envuelve y enmascara las ruinas. Esta labor deberá hacerse con sumo cuidado, pues es del todo necesario conservar las especies arbóreas y arbustivas más representativas de la zona. Deberán conservarse, por ejemplo, una buena parte de los grandes avellanos que han crecido dentro las ruinas, o las yedras que no signifiquen un peligro para la integridad de los muros. Y en todo caso, esta labor debería hacerse bajo la supervisión de un experto botánico.

b. Habilitación del camino de acceso a vehículos, desde la carretera al monasterio, durante el tiempo que duren las obras. Teniendo sumo cuidado para que los daños sean los mínimos.

SEGUNDA FASE: Consolidación de la ruinas.

a. Reconstrucción o consolidación de la Torre del Abad. El estado actual de la misma es un peligro para quien pase por debajo. Y más que la consolidación, sería deseable su reconstrucción, con el fin de ofrecer una imagen impactante al visitante y a todo aquél que pase por el valle de Manzanedo.

b. Reparación de la techumbre de la iglesia.

c. Consolidación de los arcos del corredor del claustro, actualmente en difícil estado de equilibrio y por tanto un peligro.

d. Consolidación o reconstrucción de todos los arcos de paso existentes en el conjunto. Unos están arruinados y otros a punto de estarlo. Los arcos deben jugar un papel importante en el parque romántico.

e. Y en general, consolidación de todos los elementos, de la iglesia y exteriores, que amenacen ruina.

f. Reconstrucción de la cerca de piedra que rodea el monasterio y acondicionamiento del camino de ronda.

TERCERA FASE: Limpieza de muros y sillares

a. Algunos actos vandálicos que han tenido lugar recientemente en las ruinas han ensuciado con pintura buena parte de los sillares, tanto de los muros que están al aire libre como de los que están en interiores. Deberán limpiarse todos ellos con el método más apropiado. Aunque el color natural del paso de los siglos habría de respetarse al máximo.

CUARTA FASE: obras interiores

a. Iglesia, capillas y altares: consolidación o restauración de partes.

b. Suelo de la iglesia: restauración de tumbas y cripta, hoy en deprimente estado por actos vandálicos y de rapiña.

c. Escalera de caracol: consolidación y limpieza.

QUINTA FASE: Acondicionamiento de suelos exteriores

a. Empedrado del claustro y de calles interiores del conjunto. En general, el empedrado se colocaría allá donde fuera preciso, siempre respetando el material de origen.

SEXTA FASE: Agua

a. Instalación de fuente en claustro.

b. Restauración de la canalización de agua

c. Instalación de otros surtidores que produzcan murmullo.

SÉPTIMA FASE: Luz y sonido.

a. Instalación estratégica de puntos de luz que iluminen y realcen el conjunto cuando sea necesario.

b. Instalación estratégica de puntos de sonido para posibles recitales y conciertos.

OCTAVA FASE: Repoblación y ajardinado en espacios libres.

a. Plantación de árboles, repoblación con especies arbustivas y plantas aromáticas y medicinales propios del territorio y de los herbolarios monacales, en las zonas libres del monasterio, especialmente en la cuesta situada al norte, que se halla totalmente desprovista de vegetación.

NOTA: Para llevar a cabo las actuaciones anteriores deberá ser expedito el camino de acceso a las ruinas desde la carretera del valle. Labor que deberá hacerse con el mayor de los respetos para que los daños medioambientales y sobre posibles construcciones del convento que puedan aparecer sean mínimos.


SUGERENCIAS PARA MANTENIMIENTO Y MODO DE EXPLOTACIÓN

MANTENIMIENTO DEL CONJUNTO

Para el mantenimiento del conjunto sería deseable la instalación en un lugar muy cercano a las ruinas de una casa de turismo rural o de un albergue, cuyos propietarios o regentes tendrían la obligación de dicha labor, así como la hacer de guías por el parque romántico. Para todo lo cual se exigirían amplios conocimientos de jardinería y de la historia del convento.

MODO DE EXPLOTACIÓN

Se crearía una Fundación, de la cual formarían parte personas de las instituciones que apoyaron económicamente el proyecto y de la Asociación de Amigos del Monasterio, impulsora del mismo.

Si bien las visitas guiadas, controladas en su número, podrían realizarse durante todo el año, cualquier otra actividad de las que se proponen, como recitales musicales o poéticos, representaciones teatrales, o cualquiera de otra índole cultural y respetuosa con el lugar, se llevarían a cabo en los meses de buen tiempo, o lo que es lo mismo, desde principios de junio hasta finales de septiembre. En todo caso, de las programaciones y publicidad de las mismas debería encargarse la mencionada Fundación.

Opcionalmente, las visitas guiadas podrían hacerse extensibles a los pueblos y eremitorios cercanos, algunos verdaderamente espectaculares, como la llamada Cueva de San Pedro, de origen y factura mozárabe; también a iglesias románicas próximas, como las de San Miguel de Cornezuelo o San Martín del Rojo.

LAS FUENTES OLVIDADAS







FOTOGRAFÍAS: Fuente de San Bol. Fuente de Altable. Fuente de Vega de Lara. Fuente y canal del monasterio de Rioseco. Fuente de Villamorón.


En 1994 publiqué un libro sobre las fuentes de la provincia de Burgos, se tituló y titula “Arquitectura del agua. Fuentes de la provincia de Burgos”. Decía en él que no pretendía ser un trabajo exhaustivo, sino una muestra, lo más significativa posible, de un patrimonio “menor” al que, hasta entonces, no se le había concedido la importancia debida. Sabía, pues, que habiendo miles de fuentes en Burgos, muchísimas se quedarían sin figurar en dicho libro, no podía ser de otra manera. Han pasado quince años desde aquella publicación y mis correrías por pueblos, montañas y llanos de la provincia han continuado, bien para la realización de otros trabajos o simplemente para gozar del contacto con la tierra y el cielo sin contaminar. Y en el transcurso de estas andanzas han ido apareciendo ante mí fuentes construidas que no conocía, fuentes que, si hubiera sabido de ellas, estarían ocupado, por derecho propio, un lugar destacado en cualquiera de los capítulos del libro que he mencionado.

Creo que este es un buen lugar y momento para el desagravio, para el reconocimiento de algunas fuentes olvidadas. Seguramente que me dejaré algunas en mis archivos, pero a medida que vayan apareciendo las incluiré aquí para disfrute de todos.

Me referiré en primer lugar a la fuente de San Bol, situada en pleno Camino de Santiago, cerca de Hornillos del Camino y junto a un albergue con el mismo nombre de San Bol, de buena sillería y abovedada con arco de medio punto. Esta fuente, obviamente, hubiera ocupado su lugar en el capítulo que dediqué a las fuentes del Camino de Santiago.

Incluyo otro elaborado ejemplar, que debería haber ido en el grupo de las fuentes “capilleta”, o también en el capítulo de las fuentes de los caminos. Está situada casi al pie de la carretera N-232, en el cruce que lleva a Altable y Valluércanes. Se trata de una gran caja con tejadillo a dos aguas y dos grandes ventanas de acceso en su frente principal.

También es merecedora de figurar en esta galería la fuente de Vega de Lara (¿?). Con su rústica, pero expresiva inscripción-prescripción, debería haber figurado en el capítulo dedicado a las inscripciones.

Y para terminar, la joya más preciosa: la fuente medieval, con su largo y elaboradísimo canal, del monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco, en el valle de Manzanedo. Por su enorme interés arqueológico, esta fuente debería haber ocupado un espacio de privilegio en el capítulo de las “fuentes conventuales”.


Anexo 1 Fuente de Villamorón. Medieval, abovedada con arco de medio punto, pila cuadrada.

domingo, 4 de octubre de 2009

CASAS NOTABLES X


“LA CASA DEL VIKINGO”. UN EDIFICIO DE LAMPÉREZ EN LA PLAZA MAYOR

Diario 16 Burgos, 2 enero 1994
FOTOGRAFÍA: Tomada en septiembre de 2009, tras una limpieza de la fachada.

No puede decirse que exista una gran similitud entre la figura representada por el arquitecto Vicente Lampérez y Romea en el plano y la que, al final, quedó esculpida en piedra. Hay quien asegura que se trata de una representación de Minerva, la diosa romana símbolo de la inteligencia y de la sabiduría. Otros, en cambio, consideran que la figura pretende ser Mercurio, dios del comercio; habiendo por último quien, sin duda fallándole la vista en el momento de la observación, llamó “Casa del Vikingo” al nº 16 de la Plaza Mayor, creyendo que eran cuernos y no alas los salientes del retrato escultórico que, provisto de un casco alado semejante al de Asterix el galo, ocupa un óculo situado entre la tercera y última planta de dicho edificio.
Pero si bien el citado retrato es, sin duda, lo más llamativo de la fachada de esta casa, mezcla de ladrillo rojo, piedra y hierro, el edificio constituye también una espléndida muestra de lo que puede lograrse cuando la actuación del arquitecto-artista (en este caso de Lampérez Romea) se mueve con una mínima libertad de expresión. Y mucha confianza debía tener, en efecto, el Ayuntamiento de la ciudad en este prolífico maestro de obras cuando en 1907, en contestación a la solicitud de “Pablo Manero Hermanos, Constructores de edificios”, para que se determinase el modelo de la fachada de la casa que iban a construir en la Plaza mayor, responde que “se ejecute en la forma que el expresado facultativo estime más conveniente”. Por ello, a su libre albedrío, y quién sabe si atendiendo a algún capricho o sugerencia de las señoras propietarias, de Blanco y Bohigas, el maestro estimó que la fachada, de 7, 20 metros de anchura, había de ser una de las más exóticas y espectaculares de la Plaza Mayor, dotándola para ello de una compostura modernista no exenta de neobarroquismo, especialmente en la tercera planta. El famoso arquitecto, autor de numerosas restauraciones en la Catedral y de nuevas e interesantes construcciones, como el Colegio de las Hijas de la Caridad en el Paseo de la Isla, contó para la materialización de esta casa de cuatro plantas con los hermanos Manero, quienes, para entonces, ya habían trabajado para él en la capilla del Cristo del primer templo de la ciudad.