Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

lunes, 28 de abril de 2014

EL HAYA ALIEN DE CARRALES




FOTOGRAFÍA: Haya en el monte de Carrales (Burgos). Tomada en abril de 2014.  

Intestinos aflorando cual operación abierta. Tripas, protuberancias, verrugas. El haya de Carrales ha parido una criatura fantástica, un monstruo bicéfalo, greñudo y con mocos salidos de ojos vacíos, de bocas sin dientes que anuncian estómagos doloridos. El sueño de la razón vegetal produce monstruos. ¿Qué les pasa a las hayas cuando no tienen formas de mujer, cuando desaparece la tersura y suavidad de su piel? Que están viejas y transforman su lozanía en arte de la fealdad. Pero, ¿acaso es fealdad la edad? Acaso un tronco joven, recto y con piel de culebra, es más bello que el que manifiesta sus achaques con rugosidades de roble cocodrilo? No. Como los humanos, los árboles tienen cuerpo frágil y sensible, y a la que algo los aqueja, que sienten un achaque, lo pregonan en la niña de sus ojos, en el bello arte de su dolor. 


jueves, 24 de abril de 2014

PISADAS BLANCAS EN LA ROCA (II)


El paso es de un normal caminar.

Pasan junto a una casamata de la guerra. 

Desafíando  leyes de la gravedad. 


FOTOGRAFÍAS:  Pisadas en rocas de Las Pueblas. (Tomadas en 2013 y 2014). 


Quizá alguno de vosotros, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, recuerde una entrada de 18 de febrero de 2013 en la que os hablaba de unas huellas de pies descalzos, incisas en la roca y pintadas de blanco, junto a una casamata de la guerra en el norte de Burgos. Os expresaba la gran sorpresa de quienes íbamos en la excursión por semejante descubrimiento, pues por más vuelta que le dábamos no lográbamos encontrar una explicación coherente. Eran (son) once pisadas humanas que marcaban el paso normal de una persona y que se perdían en el borde de un pequeño precipicio o cortado. Guardando las debidas distancias, había algo en aquellas huellas que nos recordaba a las de los dinosaurio inscritas en las areniscas de la sierra burgalesa, solo que, en lugar de iguanodontes u otros animalitos jurásicos, eran pies humanos los incisos. Igualmente nos traían a la memoria  las huellas de pies descalzos, prehistóricas, de Ojo Guareña, cosa no extraña, pues en la excursión nos hallábamos dos de sus descubridores, allá por 1969. Pero bueno,  así quedó la cosa, era un expediente equis sin resolver, otros temas nos ocuparon y las pisadas quedaron relegadas hasta que se presentara una nueva ocasión. Ha pasado un año largo y esa ocasión ha tenido lugar. En días recientes, en una visita a la zona de Las Pueblas en busca de viejos árboles, tuvimos oportunidad de descubrir un nuevo yacimiento de pisadas blancas, calcadas a la anteriores, sólo que esta vez se encontraban en un paredón vertical, desafiando las leyes de la gravedad. Esto ya sobrepasaba con creces nuestro capacidad de sorpresa, todo nos parecía una broma, era hora de que alguien nos diera una explicación. Interrogamos a los pocos vecinos de Ahedo y así supimos que el autor de las misteriosas pisada fue (es)  un natural del pueblo residente en Bilbao, que en sus días vacacionales da rienda suelta a su imaginación y a su supuesta vocación de artista. Digamos, pues, que su trabajo en la roca es una especie de performance. Quizá algún día podamos contactar con él y nos explique su interesante mensaje creativo. Si ello llegara a ocurrir, os contaré en nueva entrega.



viernes, 18 de abril de 2014

MORALES DE TAÑABUEYES Y ABAJAS


Moral de Abajas (Tomada en abril de 2014).



EL MORAL DE ABAJAS   
                
Dicen que es un árbol, que las tripas se le cruzaron en el sopor,
pide ayuda con los brazos, se retuerce de dolor.
Dicen que es un tronco, y es que alguien lo torturó,
le condenaron a siglos, mil años, hasta gemir en su ardor.
Moral de Abajas doliente, superviviente, de la tierra terrateniente,
en las horas bajas, tus moras de sangre espero impaciente.



Moral de Tañabueyes (Tomada en abril de 2014).


EL MORAL DE TAÑABUEYES


Ocho centurias y el moral se reclina,
años de artrosis se le echaron encima.
Le pusieron cemento, memento,
cayado en su testamento, vecinos en su parlamento.
¿Hasta cuándo, moral, hasta cuándo estarás,
cuándo a las sombras te irás?


sábado, 12 de abril de 2014

ROCAS DE LA GUERRA



Panel rocoso

Esvástica y yugo con flechas

Un puñal en el centro

DUCE

Mujer desnuda


FOTOGRAFÍAS: En las montañas del norte de Burgos (Tomadas en abril de 2014).


Han pasado casi veinte años desde que recorrí el frente de guerra en el norte de Burgos. Trataba entonces de recabar testimonios que nuestra contienda fraticida pudo dejar en aquella línea burgalesa establecida en 1937 tras el alzamiento de 18 de julio de 1936, tanto materiales como orales. De aquello di cumplida cuenta en sendos reportajes que publiqué en Diario 16 Burgos en 1996. Descubrí entonces casamatas y trincheras en los altos, las vi con mis propios ojos, camufladas ya por la erosión y la maleza; me hablaron de bombardeos, de pueblos destrozados, de carnicerías sin cuento, de separaciones familiares, de cosas horribles que ya todo el mundo conoce y cuesta relatar. Ha pasado mucho tiempo de aquello, ya digo, y hoy vengo con un testimonio nuevo, con otra huella de la guerra, de nuestra guerra de nunca acabar. Me refiero a un descubrimiento nuevo para mí, a una huella que entonces no vi y que aún se conserva fresca como la roca. Digo en la roca porque está grabada en ella, en un panel de arte inciso; digo arte porque así se puede considerar la magnífica ejecución del artista que la representó. Aunque no es el arte lo que más impresiona en ella, sino el valor del dato histórico. Y hora es ya de que os cuente, queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, lo representado en el lienzo- pared-roca, que no es otra cosa que los tres símbolos que conmovieron a España y al mundo en los años 30 del pasado siglo: la esvástica hitleriana, el fasces italiano, un haz de varas con hacha, y el yugo y las flechas, tan nuestro. Los tres juntos, como lo estaban cuando combatieron contra el ejército republicano, más un puñal, más la palabra DUCE dominando el panel. Soldados italianos que lucharon y murieron en los montes burgaleses debieron acampar en este lugar, y uno de ellos debía ser buen artista, pues esculpió con arte una mujer desnuda que viene a quitar dramatismo al conjunto. Y no digo más, que la roca y los símbolos hablan por sí solos.