Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

FRAGMENTOS DE ROMA EN LARA



Restos del castillo, vestigios de Roma

Una estela fuera de lugar

Restos de arquitectura romana

Escaleras para subir a Roma

FOTOGRAFÍAS: Piedras de Lara de los Infantes (Tomadas en diciembre de 2015) 

Si en un día despejado uno sube a lo más alto de Lara de los Infantes quedará hipnotizado por el paisaje que desde allí se puede contemplar. Hasta donde alcanza la vista y por donde quiera que se mire todo son tierras de Lara, del histórico alfoz de Lara. Si se mira al sur, veremos Peña Carazo, nave de piedra, arca noética en la que un visionario soñó una vez que estaba el origen de la humanidad. Quiso experimentar su sueño en los años noventa del siglo pasado y, sin previa radiografía, excavó durante días y días en lo más alto por ver si llegaba a las tripas de una ciudad enterrada. No lo consiguió, como tampoco en las cumbres níveas de Canales de la Sierra, donde llevó a cabo la misma operación con la seguridad de que allí estaba también dicho origen. Es disculpable lo primero, uno ve Peña Carazo desde Lara y comprende al visionario, tanta peña llana, tanta mesa puesta no puede estar en vano: con nada dentro, sería un despilfarro.

Visiones aparte, abandonamos Carazo y nos situamos sobre el pueblo de Lara, y aquí sí, aquí, debajo de las casas, debe haber una ciudad romana enterrada. No sabemos su nombre, pero sí que debió existir, pues no de otra manera se explica la aparición de tantos restos de aquella época; restos, dicho sea de paso, aprovechados en la construcción de las casas de Lara. Un buen observador que recorra las calles de la pequeña población y escudriñe sus paramentos exteriores no tendrá dificultad en encontrar diversidad de testimonios, ya sean fragmentos de estelas funerarias o cualquier otro resto de la ciudad perdida. No digamos ya en la vieja fragua, que tiene, incrustada en sus rústicas paredes, suficiente colección como para confirmar ella sola la existencia de dicha ciudad. Lo demás, debió ser pasto de expoliadores de los siglos. 

Pero Lara es mucho más que una ciudad perdida, su nombre viene asociado a otros nombres que con solo pronunciarlos uno se estremece. San Pedro de Arlanza, Fernán González y el Condado de Castilla, Santa María de las Viñas, Castillo y Picón de Lara,  los Siete Infantes, Peña Carazo... ¿Nos hemos parado a pensar en el significado de todos estos nombres juntos? Deberíamos hacerlo alguna vez, para sentir la emoción de la historia, del romance y la leyenda. Sus resonancias nos hacen viajar a la primitiva Castilla, no a los orígenes de la humanidad pero sí a los nuestros más cercanos. ¡Cuánto patrimonio reunido en Lara!



En Revilla del Campo, al influjo de Lara



Relieve romano en Arauzo de Salce (1998). 
Lara y Clunia, hermanas de Roma, debieron estar
comunicados por calzada.






jueves, 10 de diciembre de 2015

VENTANAS DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS










FOTOGRAFÍAS: Ventanas de Espinosa de los Monteros (Tomadas en febrero de 2012).

Cuando a uno se le ponen los ojos de ventana, ya no ve otra cosa que ventanas. Por mas que busquemos otras historias, siempre, incluso en los sueños de almohada, ellas salen a nuestro encuentro. Vayamos donde vayamos, indaguemos lo que indaguemos, registremos donde registremos, ellas, las ventanas de otros siglos, contadoras mudas de historias ocultas, son inevitables. Su mirada de ojos negros nos persigue, ella y la nuestra se enfrentan sin querer. Y bien que es de agradecer, pues su belleza, apenas reconocida, es algo al alcance de la mano que sería pecado despreciar.
       En marzo de 2012 (¿más de tres años ya?, ay, que me parece que fue ayer) guardamos en este Cajón de Sastre una importantísima -inigualable, podría decirse con justicia-, colección de palacios y torres de Espinosa de los Monteros. En aquella ocasión no bajamos a los detalles y mostrábamos solo las imágenes exteriores de cada conjunto. Hoy, de aquellas torres sacamos las ventanas, hijas más bellas aún que su madres, y las guardamos con sumo cuidado aquí para que ajimeces y parteluces nos den luz cuando el mundo se nos haga vulgar.  








lunes, 7 de diciembre de 2015

LA VENTANA BLANCA DE MODÚBAR DE LA CUESTA


Radiante como una novia radiante

Destaca sobre todo

Un reloj de sol del siglo XVI


FOTOGRAFÍAS: Ventana y reloj de sol en la iglesia de Modúbar de la Cuesta (Tomadas en diciembre de 2015) 

La vi un día a lo lejos, de frente, fue como una aparición, llegando a Modúbar de la Cuesta por el camino de Revilla del Campo. Una ventana blanca, radiante como una novia radiante y en claro contraste con el color general de la iglesia parroquial, un aspecto que llamó mi atención. ¿Era una ventana hecha en tiempo reciente, y su luminosidad era por piedra nueva, o es que la habían blanqueado? Tenía miga la cosa, así que prometí volver para despejar dudas. Y he vuelto, y he comprobado que la rareza no es tanta y tiene fácil explicación. No hace mucho, la iglesia de la cuesta fue restaurada, el presupuesto llegó hasta donde llegó, la obra no pudo ser completada y una gran parte del exterior del templo quedó sin pulir. Hubo alguien, sin embargo, que pensó que la ventana, aun a pesar de las limitaciones presupuestarias, por su indudable arte merecía un decoro especial, y estiró hasta donde pudo para dignificarla. Así, pues, que nadie más se confunda, que la blanca  ventana, la dama blanca de Modúbar, es una muestra renacentista más, una obra del siglo XVI, contemporánea, por cierto, del reloj de sol que puede verse debajo de ella, en edificio anexo que hace de sacristía.