Refugio pastoril con huecos a los cuatro aires |
FOTOGRAFÍA: Refugio de pastores en páramo de Tubilla del Agua (noviembre, 2017)
Inteligencia pastoril,
arquitectura de piedra libre y necesidad, ajena a lo superfluo, eso es lo
que yo veo en este parapeto. Nos tomaron la medida, compañero Aire, crearon
defensas para tus impetuosas embestidas, de aquí y de allá, nada pudiste
hacer contra este refugio que aquí plantaron, ni yo cuando ventisqué dardos sin
compasión. Esta construcción es un fortín antivientos, tiene socallados a todas
tus veleidades, al solano, al ábrego, al cierzo y al regañón. Algún pastor del
páramo, sabio como ninguno, precursor de los arquitectos de hoy, que nada sabía
de titanios ni de sintéticos, construyó este refugio observatorio de cuatro
huecos, sin planos y sin ínfulas de recibir premios ni de pasar a la
posteridad. Y hasta hoy ha llegado, pese a nuestros embates. Observémoslo con
respeto, ya vacío y en la soledad de este páramo de rebaños olvidados. Sí, Lluvia,
luchamos mucho por sortear sus defensas y nos venció.
Ecos de la
lluvia y el aire
De mis paseos por
el páramo
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