"Floren y Mariano", regresaron de su más allá a la que fue su casa |
FOTOGRAFÍAS:
Casas de Villanueva Soportilla (diciembre 2019)
De un tiempo
a esta parte vengo observando que en los pueblos han surgido de la nada gran
número de artistas populares, y que,
desarrollando sus aptitudes, han cubierto con sus brochas y pinceles fachadas de casas, medianeras, tapiales y cualquier lienzo libre al que han tenido acceso. Estas obras de arte menor, si es que así se le podría llamar, casi siempre alusivas a la vida tradicional de los antepasados más cercanos, qué queréis que os diga, queridos amigos de este Cajón de Sastre, a mí me parece que desvirtúan el carácter rural que se intenta recuperar. Los colores chillones que por lo general se utilizan, rompen, en mi opinión, la armonía y sobriedad que siempre caracterizó a nuestro medio rural. Así, os diré (en voz baja para que nadie me oiga), que personalmente prefiero una pared roja de adobe que una escena de trilla pintada con estridentes colores.
Todo esto viene a cuento de que, recientemente y quizá en contraposición a lo anterior, pude ver una iniciativa artística que me llamó gratamente la atención. Me refiero a una performance que en Villanueva Soportilla han llevado a cabo sus vecinos, instalando grandes fotografías en las fachadas de las casas con los habitantes que las ocuparon y que les precedieron, todas con sus nombres. Hay algo en ello que va más allá del arte especulativo, pues enraíza con lo más profundamente humano de las cosas. Tiene la ventaja, además, de que la obra puede ser descolgada, en cualquier momento y sin daños colaterales, al contrario que las citadas pinturas, que con el paso de no mucho tiempo han de convertirse en pálidos y desgarbados jirones. Pero lo más importante y lo que da más interés a la instalación performativa de Villanueva Soportilla, es que los vecinos que quedan en el pueblo, posiblemente pocos, seguirán viendo la imagen de aquellos de los que aún recuerdan su calor, que es como decir que su eco ha regresado y que todavía están con ellos. Y si no esto último, al menos es un homenaje a su memoria, que no es poco.
"La señora Epi" sobre el rosal que tantas veces regó |
"Rosario y Nato". Por esta puerta entraron en años, tras esa ventana soñaron futuros halagüeños |
Vi un caso igual en el pueblo de Mogarraz en la provincia de Salamanca y me encantó la idea.
ResponderEliminarNo puede haber mejor homenaje a los que ya no están que tenerlos siempre presentes.
Un cordial saludo.
Ah, Mogarraz, qué bellísimo lugar.
EliminarGracias por el comentario, Faustino.
Un cordial saludo
QUE buena idea, excusa perfecta para pasarse por alli
ResponderEliminarEs uan forma estupenda y muy loable de ensalzar nuestros pueblos, iniciativas asi son las que deberian tomar los alcaldes o las asociaciones para no permitir que un pueblo desaparezca
ResponderEliminarGracias por su comentario
ResponderEliminarUn saludo