Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

sábado, 13 de diciembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). EGUNDA PARTE, OCTAVA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II).  

SEGUNDA PARTE, OCTAVA ENTREGA


RUINAS MAYAS DE CHINKULTIC - LAGOS DE MONTEBELLO   


Pirámide en Chinkultic 

Gradas con piedras bien labradas en Chinkultic


Patio central para ceremonial en Chinkultic 

  

 RUINAS MAYAS DE CHINKULTIC - LAGOS DE MONTEBELLO    

[…] 

En amaneciendo, con un tiempo muy bueno y habiendo hecho noche en Ciudad Real de Chiapa, nos pusimos en camino hacia el territorio de los zapalutecos, donde nos había sido dicho que hay los lagos de Montebello, yendo por un camino muy llano que iba por derecho a Comitán población maya que los nativos llamaban Balún Canán; atravesamos esta población que parecía en verdad grande sin detenernos pues había cierto apremio en llegar a los dichos lagos que eran muy numerosos según contaron algunos españoles anteriores con Diego de Mazariegos a su mando, que llegaron a contar hasta 59 y dijeron que eran de grande hondura; cuando ya estábamos muy cerca de ellos, a cosa de diez leguas encontramos cerca de un río una ciudad abandonada de indios mayas cuyo nombre nos dijeron algunos de los naturales que vimos antes cultivando maíz era Chinkultic. Y como ya amenazaba la noche y había cansancio nos aposentamos en esta ciudad que como se ha dicho estaba vacía sin hombres de guerra ni mujeres ni niños, si bien sus casas estaban enteras; por unas escaleras labradas en la roca viva subimos a un cerrillo que a la sazón tenía una mezquita o adoratorio con forma de pirámide por ver si desde allí divisábamos los mencionados lagos y vimos hacia el norte un territorio de mucha extensión con cerros de mucho monte de árboles y muchos lagos a la vista, y debajo del templo en el que estábamos vimos un hoyo con agua verde que parecía muy hondo y que los nativos de distintas tierras llaman cenote. Por la mañana exploramos la ciudad y vimos hogueras que nos parecieron no ha mucho apagadas; exploramos todo lo que pudimos por ver si encontrábamos provisiones oro y otras cosas valiosas siendo vanas nuestras pesquisas, llamándonos la atención algunos ídolos paganos que estaban esculpidos en grandes piedras hincadas, y un campo central bien cuidado con asientos de piedras hechos en su rededor que se parecía a otros que ya habíamos visto en otras ciudades de los indios mayas y que eran para el juego con pelota que los indios llaman pok-ta-pok.         

Después de haber reposado en esta dicha ciudad salimos de ella y llegamos al mediodía al territorio de los lagos de Montebello; y como había calor tan extremo que en el primero que vimos que era muy azul nos bañamos vestidos con solo la camisa y el calzón quedando muy satisfechos; después exploramos muchos lagos cerca unos de otros escondidos en la espesura del bosque y vimos que tenían distintos y vivos colores, siendo unos de aguas verdes  y otros de azules profundos; y dimos gracias al Todopoderoso por habernos dirigido a estos lugares que en verdad se parecían al Paraíso.  

Próxima entrega: Comitán y Arcotete


 

Lago verde limón

Cenote bajo la ciudad maya de Chinkultic. 
Al fondo se observa el territorio de los lagos de Montebello.





Lagos en el Parque Natural de los Lagos de Montebello.






Atardecer en el Lago Tziskao




martes, 9 de diciembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, SEPTIMA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, SEPTIMA ENTREGA

UN ZOO DENTRO DE LA SELVA. EL CAÑÓN DEL SUMIDERO VISTO DESDE ARRIBA


   EL ZOO DE TUXTLA-GUTIÉRREZ

Teníamos programado para esta jornada dos visitas, una al zoo de Tuxtla-Gutiérrez (ZooMAT), que reúne la mayor variedad de especies animales que pueblan el estado de Chiapas, alguna en peligro de extinción, y la otra al Cañón del Sumidero, que ya conocimos a nivel del río por una visita anterior. De dicho zoo nada conocíamos, por eso todo sería sorpresa para nosotros. Primero, por estar super preparado, con toda la parafernalia que requiere el gran turismo, y segundo, porque se trata de un zoo dentro de una gran selva, lo cual nos pareció una idea original, y hasta cierto punto respetuosa con los animales, pues expuestos en su hábitat natural podríamos pensar que se sienten como en casa, si no fuera porque se encuentran enjaulados y sin poder hacer los largos viajes como acostumbran, siendo como son espíritus libres. Bien es cierto que son enjaulados espaciosos y con refugios, y que si así lo desean pueden esconderse cuando la presencia de los miles de turistas les abruma, como hacen los cocodrilos en sus charcas habilitadas en medio de todo. Para esto del ocultamiento, deben tenerlo más fácil los monos aulladores y araña que viven en el zoo, que, en su alto mundo de las copas de los árboles, chillan de contento y saltan felices de una rama a otra sin hacer mucho caso a lo que sucede abajo. Las jaulas, pajareras incluidas, por espaciosas que sean no dejan de ser jaulas. Tal vez por eso vimos un puma que, en su encierro, iba y venía, arriba y abajo, sin parar y en paseos cortos, quién sabe si meditando sobre el valor de la libertad. Muy cerca de este puma creímos ver un jaguar semi oculto en un alto, quizá dormitando de aburrimiento en su amplia y exclusiva jaula; sentimos no poder verle en su plenitud, pues el jaguar es un animal de extraordinaria belleza y emblemático de Chiapas. Por lo demás, un entramado de sendas en el boscoso zoo permite ver cada uno de los sectores de las distintas familias animales de manera sosegada; hacer el recorrido completo, bajo la banda sonora que producen los más ruidosos, es un deleite para los sentidos y una experiencia inolvidable. La visita se agradece también porque el sombrío y la frescura que produce la misma selva nos alivia del intenso calor que siempre reina en Tuxtla-Gutiérrez.



En lo más alto de los árboles del zoo saltan y aúllan los monos. 


Selva y especies animales de todo tipo conforman
una visión de Chiapas imborrable.    


        EL “CAÑÓN DEL SUMIDERO DESDE” LAS ALTURAS

     Antecedentes: en 2013 surcamos en lancha turística las honduras del Cañón del Sumidero siguiendo las aguas mansas del río Grijalva. Cómo olvidar aquellos vertiginosos paredones a uno y otro lado, de 1000 metros de altura y donde la vista se envuelve de nubes; cómo olvidar los pelícanos entre la foresta de las rocas y los cocodrilos en las orillas con sus fauces abiertas intentando ganar aire, o los jaguares invisibles que no vimos pero que quizá podían estar al acecho. Imposible olvidar tan fantástico escenario. Pero aquello es agua pasada, queridos amigos, hoy nos lleva el Cañón desde las alturas, y ahí sí que el vértigo es real. Bien es cierto que hay miradores a distintas alturas (cinco en total), para gusto de lo que cada uno pueda resistir, pero al fin el mareo es parecido en todos. Mil metros hasta el río es una verticalidad que asusta. Por eso ha de ponerse en valor la gesta suicida de la población indígena de los chiapanecas cuando, según cuenta la leyenda, decidieron inmolarse en masa arrojándose por esos precipicios antes de caer prisioneros de los conquistadores españoles, al frente de los cuales estaba el castellano Diego de Mazariegos, a quien se atribuye la fundación de San Cristóbal de las Casas y Chiapa de Corzo (esta última es el lugar donde se  encuentra el embarcadero de las lanchas que hacen recorrido del cañón). Este suicidio colectivo por circunstancias obligadas nos lleva a recordar los innumerables habidos a lo largo de la historia de la humanidad, sin ir muy lejos de nuestra tierra burgalesa, la Numancia celtibérica asediada por los romanos (“resistencia numantina”). 



El Cañón del Sumidero en 2013.
A uno y otro lado, un pacífico río Grijalva se abre paso 
entre paredones imposibles.  



Cocodrilitos en el Cañón, en las orillas del Grijalva.  




Desde alturas de vértigo el encajonado Grijalba parece lejano. 




Placa homenaje en la gran plaza de Chiapa de Corzo.


CHIAPA DE CORZO, RECUERDOS DE OTRO VIAJE

         Se ha apuntado ya una visita al Cañón en 2013.  Han pasado una docena de años, pero estando en el relato que llevamos tan cerca de Chiapa de Corzo, el que fuera lugar de los Chiapanecas inmolados, no nos resistimos a recordar aquí algo de lo que nos maravilló en aquella ocasión. Recordamos con emoción una magnifica ceiba (pochote), el árbol sagrado de los mayas, situada en la gran plaza de Chiapa, resistente vegetal bajo cuya poderosa sombra debió descansar -cuando sus conquistas le dejaban tiempo-, Diego de Mazariegos y Porres, fundador de esta ciudad. Nos maravilló también una monumental fuente en la misma plaza, la que fue creada en 1562 con ladrillo, al estilo mudéjar, con forma de corona real y conocida como “La Pila” o “La Corona”. 

      


Fuente de traza mudéjar en la gran plaza de Chiapa de Corzo.
Nació con vocación de corona real en 1562.  


Antes de todo estaba la imponente ceiba. 


 Huellas y más huellas dejadas por los conquistadores del otro lado del gran mar, queridos amigos de este Cajón de Sastre, a cada paso que dábamos, un testimonio.

Próxima entrega: hacia los Lagos de Montebello 

 

 

jueves, 4 de diciembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, SEXTA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, SEXTA ENTREGA


LA MAGIA DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS 

Vista parcial de San Cristóbal de las Casas.

El hechizo de una calle colonial en San Cristóbal de las Casas.
Al fondo se aprecia el volcán apagado Huitepec.


Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, puro arte colonial. 


LA MAGIA DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS

Antes de seguir adelante en estas memorias, antes de llegar a San Cristóbal de las Casas, nuestra próxima estación, y por si todavía no había quedado claro, creemos oportuno el siguiente apunte: en nuestro ya largo periplo mexicano llevamos vistos ciudades maravillosas y lugares increíbles difíciles de olvidar, tanto por sus bellezas naturales como por las arquitectónicas y su huella colonial. Pero siendo todo ello el motivo conductor de nuestro viaje nos faltaba algo por aclarar en las memorias precedentes, y es la coincidencia y el hecho de que todos los lugares visitados fueron relevantes para la Independencia de México. Sin haber programado para nuestras visitas esta circunstancia histórica, fuimos a dar a lugares emblemáticos como Guanajuato (“Alhóndiga de Granaditas”), Dolores Hidalgo (“Grito de Dolores”), San Miguel de Allende (“Fragua de la Independencia”) y Santiago de Querétaro (“Cuna de la Independencia”), todos ellos con algún acontecimiento histórico sobre sus espaldas y que tienen que ver con dicha Independencia. Así, bien podría decirse que, sin haberlo pensado ni esperado, hicimos lo que bien podría llamarse “Ruta de la Independencia”. Así fueron y así son las cosas.


 Dicho lo anterior situémonos ahora en San Cristóbal de las Casas, lugar al que llegamos después de aterrizar en Tuztla Gutiérrez, capital del Estado de Chiapas. San Cristóbal, que en el momento de nuestra llegada ya lucia catrinas y altares para el día de muertos por cada rincón de la ciudad, es una de los muchos “Pueblos Mágicos” de México, y bien que se merece este título, aunque no sea pueblo, sino ciudad. La mayor parte de esta conserva la autenticidad colonial de siglos pasados. Tan es así que costaría creer que en los tres siglos precedentes su disposición y arquitectura fueran distintos. En este sentido, San Cristóbal, población más importante de la región Los Altos de Chiapas, parece una ciudad dormida en el tiempo. Y sin embargo está llena de vida, con inusitado movimiento de gente, foránea y autóctona. Quizá uno de sus atractivos más llamativos sea eso, la mezcla entre turismo (que lo tiene, y mucho) y la población mestiza e indígena, lo que conlleva una interesante mezcla de lenguas, fundamentalmente el castellano, el inglés, el tzotzil y el tzeltal; las dos últimas son voces mayas que se escuchan por doquier en los maravillosos andadores del centro y en los coloridos y abigarrados mercados, lo mismo en los de tejidos tradicionales mayas que en los de alimentación; los mercados son en sí mismos un espectáculo, un microcosmos vibrante y laberíntico donde  uno siente la necesidad de llevar brújula para no perderse.



San Cristóbal de las Casas está lleno de grafitis interesantes.  

Expresividad del horror vacui en el barrio de El Cerrillo. 


Na Bolom, uno de los muchos y bellos patios de San Cristóbal de las Casas. 

Andador en San Cristóbal de las Casas bajo el embrujo de la luna llena.


Bien sabido es que San Cristóbal de las Casas es famosa hoy en el mundo entero por lo que tiene de relación con el movimiento zapatista. De hecho, mucha gente y de muchas partes acude a este lugar atraída quizá por un ideal romántico y por lo que significó y significa el alzamiento indígena y revolucionario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que en 1994 incluso llegó a tomar la ciudad. Pero de esto hay mucho escrito. 


Colorido en un mercado de San Cristóbal de las Casas. 


San Cristóbal de las Casas es una ciudad lejana, muy lejana con respecto a nuestro Burgos, pero después de tantas veces como la hemos visitado, por lazos familiares, la sentimos cercana, entrañable y un poco nuestra, y por eso tratamos de conocerla mejor que al resto de ciudades que hemos visitado. Podría ser larga la lista de motivos y atractivos susceptibles de ser disfrutados en esta bella ciudad, queridos amigos de este Cajón de Sastre, entre ellos las iglesias y patios coloniales, pero ya que habíamos de tener en ella algunos días de estancia, y que muchos de esos motivos ya los conocíamos y habíamos publicado, pudimos permitirnos hacer visitas que con las prisas del turista son más problemáticas de hacer, como por ejemplo la que hicimos a la Gruta del Mamut, situada a 7 kilómetros de la ciudad. Este monumento natural se localiza junto a un río en un parque habilitado para solaz de los sancristobalenses, es de proporciones gigantescas y es perfectamente visitable. La excursión nos trajo el recuerdo de otra de la misma naturaleza que en 2016 hicimos al apagado volcán Huitepec, montaña icónica que por el poniente domina y protege la ciudad de San Cristóbal; “Montaña de colibríes” y “Bosque de niebla”, recibe como seductores nombres traducidos de lengua indígena. Una maravilla natural, amigos, con impresionante biodiversidad. En definitiva, dos paseos totalmente recomendables para quien quiera escapar del bullicio de la ciudad. 



Coladas estalagmíticas en la Gruta del Mamut
. . 




En la selva del Huitepec

 Próxima entrega: entre San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez 

domingo, 30 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, QUINTA ENTREGA


Majestuosa catedral de México construida sobre ruinas aztecas.


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, QUINTA ENTREGA

 

DANZANTES EN EL ZÓCALO 

Abandonamos Santiago de Querétaro y seguimos la ruta que teníamos programada en un cómodo camión (ya se ha dicho que a los autobuses se les llama camiones en México). Los autobuses mexicanos son muy espaciosos, dispuestos con gran confort; guardando oportunas distancias, nos recordaron a los ómnibus de Argentina que tuvimos ocasión de disfrutar en 2003, cuando nos movimos de Posadas a Buenos Aires. “Cruceros del Norte”, llevan por nombre. ¡Qué maravilla! En aquel tiempo -y creemos que nada habrá cambiado hoy-, los asientos se hacían cama extendida; por la noche te daban manta y almohada para dormir, también te servían cena, alguna bebida espirituosa y golosinas de la Argentina (alfajores podían ser); y cuando despertabas, ya amanecido, notabas que el aroma del café se había adueñado del ómnibus; te servían un desayuno más que aceptable, cruasán incluido. Todo lo cual, queridos amigos, te hacía sentir como en casa. (Igualito que por acá). 

Pero a lo que íbamos. Los autobuses [camiones] de gran recorrido son también muy confortables en México, y en ellos los viajes se hacen placenteros. Su moderada velocidad, te permiten ver y disfrutar el paisaje, al contrario que en los AVE´S de ahora, en los que apenas si te da tiempo a ver nada pues las imágenes pasan a la velocidad de la luz. Quizá Ir en AVE no signifique viajar, sino desplazarse con rapidez el que vive con prisa. 


REVIVAL DE DANZAS ACESTRALES PREHISPÁNICAS 

Había algo de mágico en aquellas danzas al anochecer.


Atavíos de otra época.  

Se echaba ya la noche cuando, tres horas después de haber salido de Santiago de Querétaro, llegamos de nuevo a Ciudad de México. Dejamos las maletas en un viejo y céntrico hotel, cerca del antiguo Palacio de la Inquisición, lo que nos permitió acercarnos sin ningún esfuerzo al Zócalo y disfrutar del ambiente nocturno en esta gran plaza que, todo hay que decir, siempre depara alguna sorpresa. En este sentido fuimos afortunados, pues hicimos nuestra entrada cuando dos grupos de danzantes (danzantes porque danzaban), ataviados a la usanza prehispánica, algunos con plumajes y en paños menores, ejecutaban bailes que bien podían parecerse a los de distintos pueblos que había en el territorio antes de la “Conquista”; y a la vez que unos bailaban, había quienes hacían sonar grandes caracolas y quienes quemaban sahumerios varios, cuyos humos y aromas se expandían por la plaza y nos envolvían. Disfrutamos del momento. Creímos que se trataba de una reivindicación de cultura patria y de un tiempo perdido, de un intento de recuperar un folklore salido de las ruinas de Tenochtitlan o de los murales mayas de Bonampak, por citar algún ejemplo imaginario. Aunque, quizá fuera otra cosa. Y mientras aquellos bailes se producían en el Zócalo, la catedral y el impresionante Palacio Nacional (sede del Gobierno de México y con cinco siglos a cuestas), que tanto poder de la palabra han tenido, tienen y tendrán, eran testigos excepcionales y mudos. En nuestro paseo nocturno bajo dicho palacio nos imaginamos a la actual presidenta durmiendo ya en él (caso de que allí tuviera su residencia), o en vela, atribulada por la difícil tarea de dirigir un país cuatro veces España y de cerca de 130 millones de almas. ¡Ahí es nada!                                   .             


Palacio Nacional, sede del Gobierno de México.

Ya con la plaza casi vacía, con el recuerdo del volteo y estruendo de las poderosas campanas de la catedral en la hora del ángelus, en un paseo por las bóvedas un día de 2016, nos retiramos al hotel. En pocas horas habríamos de tomar el avión a Tuxtla Gutiérrez para de allí continuar a San Cristóbal de las Casas. Nuestro próximo y más estable destino.

Próxima parada: San Cristóbal de las Casas

domingo, 23 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, CUARTA ENTREGA

 

Bello patio en el Museo del Calendario (Santiago de Querétaro). 


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II).  

SEGUNDA PARTE CUARTA ENTREGA


UN INCIDENTE INFORMÁTICO. 

SANTIAGO DE QUERÉTARO (PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD)

En la ruta mexicana que llevamos deberíamos ahora detenernos en Santiago de Querétaro y saborear con imágenes otro de los lugares emblemáticos y programados en nuestro periplo. Pero un incidente con el ordenador, que no nos permite abrir muchas de las fotografías que nos trajimos en la mochila de los recuerdos (unas sí y otras no), va a trastocar o entorpecer la dinámica que llevábamos. Y es que, estaréis de acuerdo, queridos amigos de este Cajón de Sastre, en que sin imágenes lo escrito quedará huérfano, de tan imprescindibles como son para reflejar el color de la memoria y el atractivo de los lugares que visitamos. Nada hay que supere a las fotografías, por muchos juegos florales que pretendiéramos hacer.


(En un aparte, queridos amigos, quiero haceros una confesión: desde hace algunos años mantengo junto al ordenador dos cartillas “contra las brujas”, de esas que se clavaban en los hogares de los pueblos burgaleses, como talismán protector para todo, ya fueran incendios, males de ojo o cualquiera otra desgracia. Las compré a las monjas cistercienses del convento Villamayor de los Montes por el irrisorio precio de 1 euro cada una (¡qué significaba un euro si tanto poder tenían!). En un primer momento pensé que las había comprado solo como recuerdo etnográfico, sin embargo, al poco, me pregunté: ¿y si sirvieran para protegerme contra los duendes del ordenador que tan malas pasadas, de vez en cuando (seguramente que por mi propia ineptitud), suelen jugarme? Pensado y hecho: desde entonces las tengo una a cada lado del ordenador.  Lo que no tengo claro es si me han servido de algo; no sé otras veces, pero, a lo que se ve, para este caso no han funcionado). 


 Pero volvamos al relato del viaje mexicano que nos lleva, que en estos momentos ya no podrá ser completo debido a las fotos “perdidas” que más deseábamos. Por esa circunstancia algunos lugares maravillosos de los que visitamos no estarán incluidos y desarrollados. Así, nos saltaremos gran parte del Santiago de Querétaro que conocimos, con su huella colonial, y que al contrario de lo que creíamos al organizar el viaje, no es la ciudad que habíamos imaginado o soñado, recoleta al estilo del San Miguel de Allende que dejamos atrás, qué va: se trata de una gran urbe de cerca de dos millones de habitantes; fue nuestra gran sorpresa (¡ay, la ignorancia!). De nuestra visita a esta ciudad del Bajío guardamos el recuerdo del Hotel Hidalgo, el primer hotel en fundarse (1825) en el estado de Querétaro, en el cual nos hospedamos y en el que el general Antonio López de Santana también se alojó en más de una ocasión (quién sabe si durmió en la misma habitación que la nuestra; probablemente eso nunca lo sabremos). Vaya, vaya, otra vez sale a relucir en esta bitácora dicho personaje, el general que acabó con los rebeldes texanos de la misión del Álamo. Algunos todavía nos estremecemos al escuchar el famoso “Degüello” del trompetista Manny Klein en la película El Álamo, de 1961.

No hemos podido abrir las fotografías de dicho hotel, ya ha quedado dicho, así como tampoco las de otro más imponente aún, el conocido como Hotel Casa de la Marquesa, bello y antiguo edificio virreinal con decoraciones de aire morisco; ni siquiera pudimos abrir las que hicimos del magnífico Teatro de la República, en sus principios conocido como Teatro Iturbide, el que tuvimos igualmente la fortuna de visitar en una salida nocturna. Los recuerdos, sin embargo, aún recientes, compensan la falta de imágenes y nos llevan a algunos episodios históricos que en el interior de este teatro se vivieron, y que nos contaron, como por ejemplo el hecho de que en él fuera enjuiciado y condenado a muerte, en 1867, el emperador de México Maximiliano I y que en 1917 se promulgara la Constitución de 1917. Datos de sumo interés en la historia de México, sin duda. 

Como guinda del pastel en Santiago de Querétaro visitamos su gran Museo del Calendario, situado en un edificio de estilo colonial con precioso patio. Se trata del único de estas características en el mundo y en el que se exponen cientos de ejemplares de los siglos XIX y XX. En esta magna colección se evidencia la evolución de la creatividad artística, tanto en sus aspectos históricos, etnográficos o publicitarios como en su diversidad tipográfica. En lo que aquí concierne, se da la circunstancia de que entre el naufragio de las muchas fotografías que no nos ha sido posible abrir, hay dos solitarias que sí se muestran, dos náufragas que son las únicas visibles en esta entrega.

No haría falta decir que si en algún momento pudiésemos abrir en su totalidad la colección estaríamos encantados de insertar las fotografías que más convengan para este relato, respetando el texto en su actual composición, pues sería como una anécdota más en el camino que seguimos.

 


Exposición permanente en el Museo del Calendario, en Santiago de Querétaro,


ADENDA FOTOGRÁFICA:

Apenas han pasado cinco días desde que insertamos esta entrada en nuestra bitácora, cuando, por mediación de expertos, hemos podido tener acceso a las fotografías que en su momento no pudimos abrir. Permitidme, queridos amigos de este Cajón de Sastre,  que sea ahora y de esta manera, no muy ortodoxa,  cuando dichas fotos vean la luz. Aquí van y que las disfrutéis. 


Casa colonial con bello balcón esquinero frente al Teatro de la República. 


Calle de Querétaro. Arquitectura urbana colonial. 


Hotel Casa de la Marquesa, magnífico edificio virreinal en Querétaro.  





Teatro de la República en Querétaro.
En él tuvieron lugar importantes 
acontecimientos históricos.

 

martes, 18 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, TERCERA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, TERCERA ENTREGA


 

Hacienda de beneficio al pie de mina, hoy convertida en museo y donde
la piedra se transformó en metal precioso. 

Exvoto que recuerda la inundación de una mina en Guanajuato. 
Los mineros iban desnudos. 


LA OSCURIDAD DE LA PLATA 

Como despedida de Guanajuato visitamos testimonios de las minas, las que dieron y dan personalidad a esta ciudad. Descendimos a las tinieblas de una de ellas, perteneciente al complejo de La Valenciana, guiados por un jubilado que, a sus 70 años corridos, roto de piernas por tantos años de trabajo en la mina que ahora enseña, ayudándose con la cuerda-guarda que alivia hoy a los turistas, baja con mucho esfuerzo, uno a uno, los pronunciados escalones, afortunadamente ya sin llevar ningún cargamento a la espalda. Quisimos ver el brillo de la plata en las paredes y solo vimos en ellas hombres desnudos, oscuridad y lamentos de siglos de explotación, minera y humana, solo eso. Quizá el filón se encuentre hoy en profundidades cercanas al infierno, en las que probablemente no habite San Cayetano, especie de protector de los mineros guanajuatenses a cuya devoción se levantó, arrimada a las minas y con gustos churriguerescos, una suntuosa iglesia que causa hoy admiración. La misma iglesia que visitamos de nuevo, al día siguiente, cuando emprendimos viaje a Dolores Hidalgo, en una de las típicas “combis” que hacen trayecto turístico de ida y vuelta de Guanajuato a San Miguel de Allende.   



Iglesia de San Cayetano, un santo protector para los mineros. 


DOLORES HIDALGO Y SU GRITO

     El trayecto a Dolores Hidalgo fue de lo más entretenido, sobre todo para el que le gustaran las rancheras, aquellas que, a todo trapo, no dejaron de sonar durante  toda la ruta. Las rancheras es un patrimonio mexicano que todos conocemos, y que tienen en José Alfredo Jiménez uno de sus más famosos y queridos exponentes. En realidad, visitar el colorido mausoleo de este compositor y cantante era uno de los motivos de la visita a Dolores Hidalgo, además de la iglesia parroquial desde cuyo atrio el cura Miguel Hidalgo lanzó, en 1810, su famoso “Grito de Dolores” con el que se inició la guerra de la Independencia. Al parecer y según describen algunas crónicas, su grito fue: ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII! Es la Historia, amigos, por eso Dolores Hidalgo es considerada “Cuna de la Independencia de México”.  Así, pues, como los demás viajeros de la combi, visitamos también la monumental tumba de José Alfredo, donde parece obligado fotografiarse con sarape y gran sombrero charro, de ala ancha, por supuesto. Como así lo hicimos, ¡ándele!


                                        Parque en el centro de Dolores Hidalgo.
             Monumento a Miguel Hidalgo e iglesia en la que pronunció su famoso grito,
                                               el llamado "Grito de Dolores".





SAN MIGUEL DE ALLENDE, PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD  


Bella arquitectura colonial en San Miguel de Allende.




EN SAN MIGUEL DE ALLENDE 

Finalizado el programa en Dolores Hidalgo, volvimos a la combi de las rancheras para seguir ruta, ya rumbo a San Miguel de Allende, una de esas ciudades de huella española con las que tanto habíamos soñado, que en el momento de su fundación recibió el nombre de San Miguel el Grande y que su actual apellido lo recibe del general insurgente Ignacio Allende, quien colaboró con el caudillo Miguel Hidalgo en el movimiento independentista.   

Se fue la combi con su música tras dejarnos en una ciudad que, en una primera mirada nos produjo grande emoción, por su bella arquitectura colonial, en la que destacan casonas e iglesias de fantasía y largas calles cuidadosamente empedradas y adornadas con buganvillas. No nos extrañó que, por este motivo, por la bonanza de su clima y por su existencia como pueblo tranquilo, en su día se le adjudicara el título de “Mejor ciudad del Mundo”, que fuera declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y que haya sido elegida, como residencia temporal o fija por cierto turismo, fundamentalmente estadounidenses y canadienses, que, todo hay que decirlo, salen beneficiados también con el cambio de moneda.

Con todo, si hay algo que por su grandeza y espectacularidad llama la atención en San Miguel de Allende es su iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, monumental, neogótico e icónico conjunto que, si no fuera porque sabemos que no lo es, la confundiríamos con una catedral gótica de las famosas europeas. Haber tenido el privilegio de estar sentado en un banco una apacible noche en la plaza central de la ciudad, queridos amigos, admirando esta obra tan asombrosa, es algo impagable, mágico y un regalo para los sentidos y para la memoria.   

    

¡Cómo no enamorarse de San Miguel de Allende!


Parece gótico, pero es imitación, ¡bella imitación! 



Iglesia colonial de Nuestra Señora de la Salud con
espectacular concha. 



"EL CHARCO DEL INGENIO” 

         Antes de dejar San Miguel de Allende aún teníamos programada una visita al parque que llaman “El Charco del Ingenio”, situado a corta distancia, a orillas de la carretera de Querétaro (antiguo Camino Real) y que debe su nombre a una poza encajonada en una gran grieta por donde discurre un río, cerca de donde hubo un batán. Se trata de un extenso jardín botánico en el que se cuidan y exhiben toda suerte de cactus, además de otras especies protegidas de México, y “Un espacio de paz”, como lo bautizó el Dalai Lama en su visita de 2004. Caminar por alguno de los senderos establecidos es un atractivo más de los muchos recomendables en San Miguel de Allende que no nos quisimos perder.   


"Charco del Ingenio", una profunda garganta con salto de agua incluido. 


Charco del Ingenio, el jardín de todos los cactus.


Una vista del "Jardín Botánico el Charco del Ingenio".

Próxima parada: Querétaro, y más